lunes 9 de diciembre de 2024 11:41 am
Eddy Tolentino

El papa advierte sobre la necesidad de migrantes en Italia y lamenta baja natalidad y envejecimiento poblacional

El papa Francisco hizo un llamado en el Vaticano sobre la situación demográfica en Italia, señalando la urgente necesidad de recibir e integrar a los migrantes en un país con baja natalidad y una elevada edad media. En una audiencia con los misioneros de la congregación de San Carlo, también conocidos como ‘Scalabrianos’, el papa declaró que “Italia necesita migrantes, y debe acogerlos, acompañarlos, promoverlos e integrarlos”, subrayando que el país “no hace hijos”. La media de edad de la población italiana es de 46 años, un indicador del envejecimiento y la falta de reemplazo generacional en el país.

El pontífice insistió en que la integración de los migrantes es esencial para el desarrollo de la sociedad y expresó su propia experiencia como hijo de inmigrantes italianos en Argentina: “En casa, siempre vivimos ese sentido de ir a ‘hacer las Américas’ para progresar y seguir adelante”, comentó, destacando que los inmigrantes llegan a nuevos territorios con la esperanza de encontrar el “pan nuestro de cada día” y, a pesar de los desafíos, no se rinden en su búsqueda de oportunidades.

La migración como una fuente de esperanza y crecimiento

Francisco sostuvo que los migrantes son “maestros de esperanza”, ya que su determinación y esfuerzo constante, a menudo motivados por el amor a sus familias que quedan en sus países de origen, son un ejemplo para toda la sociedad. En su discurso, recordó que la migración, cuando es apoyada y gestionada adecuadamente, puede convertirse en una fuente de crecimiento y desarrollo para el país receptor, aunque también advirtió sobre el peligro de la soledad y el desarraigo que pueden experimentar los migrantes cuando no son acompañados adecuadamente, lo cual puede derivar en crisis de valores, pérdida de fe y desesperación.

“Las injusticias y la violencia que sufren muchos de nuestros hermanos y hermanas despojados de sus casas son a menudo tan inhumanas que pueden arrastrar también a los más fuertes a un oscuro malestar y resignación”, lamentó el papa.

Un llamado a la solidaridad y justicia social

Además, Francisco instó a la caridad y la solidaridad hacia los migrantes y denunció la “injusta desigualdad de oportunidades” y “guerras que afligen al planeta”, las cuales obligan a las personas a migrar, dejando sus hogares y familias en busca de un futuro mejor. Resaltó que, en muchos casos, quienes parten lo hacen por causas trágicas y enfrentan el rechazo de los países desarrollados que ven en ellos una amenaza a su bienestar.

El pontífice criticó el uso instrumental de los migrantes en labores temporales sin garantías ni respeto por su dignidad humana. Como ejemplo, mencionó la explotación en las labores de recolección de manzanas en el norte de Europa, donde los migrantes son luego expulsados sin más. “Los usan para recoger manzanas y después los echan. Esto hoy”, afirmó con indignación.

Francisco concluyó su intervención denunciando el “espectáculo de indiferencia” ante las muertes y el sufrimiento de los migrantes en todo el mundo, destacando el papel de aquellos que buscan lucrar con el sufrimiento de otros. “Es un escándalo ver cómo, en el encuentro entre quienes protegen su propia prosperidad y aquellos que luchan por sobrevivir huyendo del hambre y de las persecuciones, se pierden muchas vidas humanas ante los ojos indiferentes de quienes se limitan a observar el espectáculo”, lamentó.

El llamado del papa subraya la necesidad de políticas migratorias basadas en la dignidad humana, la integración y el respeto mutuo, abordando los desafíos sociales y demográficos que enfrentan Italia y otros países con una visión inclusiva y de justicia social.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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