miércoles 11 de diciembre de 2024 7:28 pm
Eddy Tolentino

Nuevas pistas genéticas sobre el autismo: un microexón clave podría transformar el abordaje del TEA

Un reciente estudio liderado por el Institute for Research in Biomedicine (IRB Barcelona) ha aportado una comprensión más profunda sobre los mecanismos genéticos implicados en el trastorno del espectro autista (TEA), abriendo posibles puertas a futuras terapias. Aunque las investigaciones previas habían identificado la relación entre la proteína CPEB4 y el autismo, este trabajo explica cómo la ausencia de un fragmento clave de ADN afecta el desarrollo neuronal.

El enigma del autismo idiopático

El TEA afecta aproximadamente a una de cada 100 personas, pero aún queda mucho por entender sobre su origen. Mientras que el 20% de los casos está vinculado a mutaciones genéticas específicas, el 80% restante se clasifica como “autismo idiopático” debido a su origen desconocido. Este estudio ofrece un avance crucial al desentrañar un mecanismo que podría estar detrás de este tipo de autismo.

El papel de los microexones y la proteína CPEB4

La investigación revela que la pérdida de un microexón, un pequeño segmento de ADN que codifica ocho aminoácidos, tiene un impacto significativo en la proteína CPEB4, un componente esencial en el cerebro. Este microexón es responsable de una región desordenada de la proteína que le permite formar “gotas” o condensados dinámicos en el interior de las células.

Estas gotas actúan como depósitos temporales para el ARN mensajero (ARNm), liberándolo en momentos clave para que las células produzcan proteínas específicas. Sin el microexón, los condensados pierden su dinámica, formando estructuras sólidas que no funcionan correctamente, reteniendo ARNm que codifica genes asociados al autismo.

Impacto en el desarrollo neuronal

Cuando la proteína CPEB4 pierde esta capacidad de ensamblaje y desensamblaje, se interrumpe el desarrollo neuronal adecuado. Esto podría explicar la diversidad de síntomas y severidades que caracterizan el autismo idiopático. Según las investigadoras Carla Garcia-Cabau y Anna Bartomeu, “incluso pequeñas disminuciones en la inclusión del microexón pueden tener efectos significativos, lo que explica por qué algunas personas desarrollan autismo sin una mutación genética evidente”.

Perspectivas hacia nuevas terapias

El estudio no solo aporta claridad sobre los mecanismos biológicos, sino que también abre la puerta a nuevas intervenciones. Los investigadores están explorando la posibilidad de reintroducir el microexón en las células afectadas, una estrategia que podría restaurar el correcto funcionamiento de la proteína CPEB4 y aliviar los síntomas del autismo. Aunque esta idea aún está en sus primeras etapas, representa una esperanza para millones de familias en todo el mundo.

El camino hacia adelante

El descubrimiento marca un avance significativo en la comprensión del TEA y refuerza la necesidad de seguir investigando los factores genéticos y moleculares que influyen en este trastorno. Además, resalta el papel crucial de los microexones en la salud cerebral y su potencial como objetivos terapéuticos.

Este trabajo, publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature, abre una nueva ventana hacia el desarrollo de tratamientos personalizados que podrían cambiar la vida de quienes enfrentan los desafíos del autismo.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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