La NASA ha logrado avances significativos en la comprensión de los discos de acreción que rodean a los agujeros negros, estructuras formadas por material que gira en espiral hacia el interior del agujero negro. Un ejemplo notable es el sistema GRS 1915+105, ubicado a unos 35.000 años luz de la Tierra, cuyo disco de acreción puede extenderse más de 80 millones de kilómetros, una distancia mayor que la que separa a Mercurio del Sol.
Estos discos emiten luz en diferentes longitudes de onda, incluyendo visible, ultravioleta y rayos X, a medida que el gas se calienta al acercarse al agujero negro. La observación y estudio de estos discos proporcionan información valiosa sobre la física extrema en las proximidades de los agujeros negros y sobre cómo interactúan con su entorno.
Además, la NASA ha desarrollado visualizaciones que ilustran cómo la gravedad de un agujero negro puede distorsionar la luz emitida por el disco de acreción, creando imágenes inusuales y fascinantes.
Estos esfuerzos continúan ampliando nuestro conocimiento sobre los agujeros negros y los fenómenos asociados, permitiendo a los científicos explorar las dinámicas complejas de estos objetos enigmáticos y su influencia en el cosmos.