miércoles 11 de diciembre de 2024 7:36 pm
Eddy Tolentino

La actividad física cotidiana: un aliado para mantener el cerebro joven

Un reciente estudio ha demostrado que incluso las actividades físicas más simples pueden generar beneficios inmediatos en la salud cerebral, especialmente en personas de mediana edad. Este hallazgo, publicado en la revista Annals of Behavioral Medicine, destaca cómo pequeños movimientos diarios pueden contribuir a mantener nuestro cerebro más ágil y joven, lo cual es crucial para combatir el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.

El movimiento cotidiano cuenta

El equipo de investigación ha concluido que cualquier tipo de movimiento regular es útil para mejorar la salud cerebral. Esto abarca desde acciones cotidianas como pasear al perro o realizar tareas del hogar, hasta actividades más intensas como ir al gimnasio o practicar deportes. Según el coautor del estudio, Jonathan Hakun, “no es necesario inscribirse en un gimnasio para experimentar los beneficios de la actividad física; todo movimiento cuenta”.

Una muestra significativa

El estudio incluyó a 204 participantes de entre 40 y 65 años, residentes del Bronx, Nueva York. Durante nueve días, los investigadores usaron evaluaciones ecológicas momentáneas, una metodología que consiste en monitorear a los participantes mediante sus smartphones mientras realizaban sus actividades diarias. Cada 3,5 horas, los participantes reportaban si habían estado físicamente activos y calificaban la intensidad de su actividad (ligera, moderada o vigorosa). Además, completaban rompecabezas diseñados para medir la velocidad de procesamiento cognitivo y la memoria de trabajo.

Resultados reveladores

Los resultados mostraron una clara relación entre la actividad física reciente y mejoras en la velocidad de procesamiento cognitivo. Estas mejoras equivalían a rejuvenecer el cerebro aproximadamente cuatro años. Sin embargo, no se encontró evidencia de que la actividad física tuviera un impacto inmediato en la memoria de trabajo.

Otro hallazgo clave fue que las personas con hábitos más constantes de actividad física experimentaban mayores beneficios a largo plazo, lo que refuerza la importancia de mantener un estilo de vida activo de manera sostenida.

Más estudios por realizar

A pesar de los prometedores resultados, los investigadores enfatizan que aún queda mucho por aprender. Futuras investigaciones podrían incorporar herramientas más objetivas, como dispositivos portátiles que monitoreen la actividad física en tiempo real. Esto permitiría obtener datos más precisos sobre la frecuencia, intensidad y duración de los movimientos.

Un paseo puede marcar la diferencia

El deterioro cognitivo es una preocupación creciente entre los neurólogos, y no solo por enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Este proceso natural afecta a todas las personas en mayor o menor medida. Por ello, saber que algo tan sencillo como salir a caminar puede contribuir a mantener nuestro cerebro joven es una noticia alentadora.

Al final del día, cada pequeño movimiento cuenta. Ya sea subir escaleras, caminar hasta el supermercado o incluso realizar tareas del hogar, estas actividades no solo fortalecen el cuerpo, sino también la mente, demostrando que cuidar de nuestro cerebro no siempre requiere esfuerzos extraordinarios.

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