sábado 23 de noviembre de 2024 8:21 am
Eddy Tolentino

La nación caribeña transita por una fase de crecimiento económico y lucha anticorrupción que amerita elogios de algunos analistas y críticas de otros.

SANTO DOMINGO.- Con la mayoría de las encuestas a su favor, el presidente dominicano Luis Abinader se encamina a lograr un segundo mandato en las elecciones generales del próximo 19 de mayo, una contienda electoral que marcará también un punto de inflexión en el panorama político de República Dominicana.

Los comicios servirán además para medir la participación ciudadana tras una alta abstención (53,33%) registrada en las pasadas elecciones municipales de febrero, en las que el Partido Revolucionario Moderno (PRM), del presidente Abinader, arrasó en las principales demarcaciones del país y consolidó el avance de su organización de cara al proceso de este mes.

“Después de un período de gobierno de dieciséis años del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el PRM busca conseguir una gran victoria en estas elecciones para afianzarse como partido dominante en el sistema político nacional”, dijo en declaraciones a DIARIO LAS AMÉRICAS la analista política dominicana Rosario Espinal.

La experta señaló que hay un escenario favorable para el partido en el poder porque está unificado, contrario al PLD, la principal fuerza opositora que acude dividida a estos comicios. Espinal agregó que no espera que haya sorpresas en los resultados, basada en las encuestas que colocan al actual mandatario por encima de su principal rival, el expresidente Leonel Fernández, exlíder peledeísta y actual candidato de la Fuerza del Pueblo.

Abinader, un acaudalado empresario de 57 años, alcanzó la presidencia por primera vez en las elecciones del 5 de julio de 2020, cuatro años después de haber perdido por una gran diferencia contra el entonces presidente Danilo Medina, del PLD, y de haberse impuesto como líder del PRM tras su separación del histórico Partido Revolucionario Dominicano en 2014.

La organización forum Americas Society/Council of the Americas ubicó al mandatario este año entre los tres presidentes más populares de América Latina junto al salvadoreño Nayib Bukele y el mexicano Andrés Manuel López Obrador. En Santo Domingo, la última encuesta de ACD-Media, otorgó a Abinader un 61,4% de los votos, frente a un lejano 23,1% para Fernández, y un 10,8% para Abel Martínez, el candidato del PLD.

“El gobierno de Luis Abinader dio respuesta al reclamo popular que sacó al PLD del poder”, dice Jhonatan Liriano, candidato a diputado por el PRM en las elecciones legislativas que también se realizarán este 19 de mayo para escoger a 32 senadores y a 190 diputados.

Liriano, que basa su campaña en lograr condiciones más justas para los trabajadores, mejorar la calidad de vida de la población e impulsar la creación de espacios verdes, señaló a DIARIO LAS AMÉRICAS que la lucha contra la impunidad y la independencia judicial caracterizaron los cuatro años del gobierno de Abinader y apuntalaron la democracia dominicana caracterizada por su “clientelismo” y su lento avance hacia una consolidación nacional.

Durante la presente administración, la Fiscalía abrió decenas de casos que involucran a exfuncionarios del pasado gobierno (2012-2020), incluyendo a un hermano del expresidente Medina, que urdieron redes de corrupción por no menos de 345 de millones de dólares.

Más de veinte personas, entre ellos el exministro de Obras Públicas y excandidato presidencial Gonzalo Castillo; el exministro administrativo de la Presidencia José Peralta y el exfiscal general Jean Alain Rodríguez fueron detenidos o puestos bajo arresto domiciliario, aunque casi la mitad llegó a acuerdos con la justicia para evitar ir a prisión.

“En esta gestión, el PRM se concentró básicamente en convertirse en el abanderado de la lucha contra la corrupción que desplazó al PLD. Aparte del tema haitiano, el PRM ha sido un beneficiario político de los sometimientos judiciales y de la misma acción del gobierno de remover funcionarios propios cuando ha surgido algún escándalo”, dijo Espinal.

Sin embargo, el politólogo Belarminio Ramírez cree que la lucha anticorrupción liderada por el actual gobierno buscó también desarticular a todos los partidos de la oposición para consolidarse en el poder, llevando a la democracia nacional a un retroceso a través de la “judicialización de la política”.

“Este gobierno quiso buscar popularidad persiguiendo a sus adversarios. Esto daña la democracia; aquí la confianza se ha deteriorado”, comentó Ramírez a DIARIO LAS AMÉRICAS.

El escepticismo entre los más de ocho millones de dominicanos habilitados para ejercer el derecho al voto dentro y fuera del país se ha manifestado en el alto nivel de abstención al pasar de 30% en las presidenciales de 2016, al 45% en 2020.

El año pasado, Latinobarómetro ubicó también a República Dominicana entre los países donde el sistema democrático ha retrocedido, y dijo que “su inclinación hacia el autoritarismo, junto con su disposición a la indiferencia, contrapesan su apoyo a la democracia”.

“Esta es claramente una democracia fértil al populismo y autocracia desde el punto de vista de su imagen de la democracia, si bien no se trata de una situación crítica como la de otros países analizados. El país transita levemente en el sentido contrario a la consolidación democrática”, señala el estudio.

Ramírez consideró, por su parte, que el actual gobierno impulsa una “filosofía” para destruir a los partidos y que el poder económico ha tomado la decisión de hacerse del poder político.

“Este es un gobierno de los ricos cuya prioridad es generar riquezas; una plutocracia. La deuda externa creció en este período más que en los cuarenta años anteriores y nos vemos en el espejo de Argentina. El gobierno se montó en la ola del consumismo tomando préstamos que no se necesitan… somos un barco a la deriva”, dijo Ramírez.

Respecto a los comicios de este mes, el politólogo dominicano señaló que Abinader, quien junto a Fernández y Martínez participaron en abril en un histórico primer debate entre candidatos presidenciales, está obligado a triunfar en primera vuelta ya que la tendencia en el país es que los partidos perdedores se unan en el balotaje para derrotar al ganador.

Pero también, estos comicios marcarán —según Ramírez— el cierre y el inicio de un nuevo ciclo en la historia política dominicana, en la que varios liderazgos saldrán del escenario.

“Los partidos políticos dominicanos como sistemas ideológicos están en una fase de declive. Viene otro tipo de liderazgo para un nuevo modelo y un nuevo orden democrático en el país”, apuntó el experto.

Por Javier Valdivia

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