jueves 21 de noviembre de 2024 11:27 pm
Eddy Tolentino

La finalización del Programa de Conectividad Asequible representa una amenaza para el acceso a internet de millones de estadounidenses.

El Programa de Conectividad Asequible (ACP) finalizó el 30 de abril, y ahora representa un problema porque otorgaba acceso a internet a millones de estadounidenses, principalmente a personas en situaciones económicas desfavorecidas.

El programa contaba con un fondo de $14.2 mil millones de dólares y ofrecía créditos de hasta $30 dólares mensuales para hogares de bajos ingresos y hasta $75 dólares para residentes en zonas rurales, lo que facilitaba el acceso a redes de alta velocidad para estas comunidades.

Se estima que alrededor de 23 millones de hogares estadounidenses se beneficiaban de esta iniciativa y el cese provocará facturas de internet más caras y pondrá en una situación difícil a las personas que tendrán que decidir si pagan más por el internet o cubren otras necesidades básicas de la familia.

El motivo que provocó la expiración del ACP fue la falta de aprobación de recursos por parte del Congreso, a pesar de los llamados de la administración Biden y de grupos de defensa por la continuación del programa.

El cese pondrá en una situación difícil a personas que requieren el internet para servicios relacionados con la salud, la educación, la seguridad y el trabajo remoto.

Se estima que cerca de 60 millones de estadounidenses serán afectados por el fin del programa, particularmente los mayores de 50 años, militares en retiro y familias trabajadoras de bajos ingresos.

Prescindir del ACP plantea diversas incógnitas en la brecha digital para Estados Unidos y sobre su importancia para la primera economía del mundo.

Y a pesar de programas como Lifeline, de la Universal Service Administrative Company, que ofrece subsidios a los estadounidenses para telefonía e internet, los beneficios resultan sensiblemente menores, comparados con los que la población recibía a través del ACP.

Las voces que defienden el programa revelaron frustración, pues el programa mantenía conectados a sectores vulnerables de la sociedad americana.

Por Jorge Antonio Vázquez Buendía

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