domingo 24 de noviembre de 2024 5:04 pm
Eddy Tolentino

Este miércoles la Junta de Revisión de Movilidad del Tráfico (TMRB) analizará el futuro del plan, que pudiera costar a los vehículos que transiten abajo de la calle 60, entre $9 y $23, y diferentes grupos piden no estar sujetos al nuevo peaje que busca reducir el tráfico de automotores y recaudar más recursos.

Faltan solo unos meses para que finalmente, y luego de años de múltiples intentos, la Ciudad de Nueva York comience a implementar la llamada “tarifa de congestión”, conocida formalmente como “Programa de peaje del distrito comercial central”, que busca cobrar a partir de la primavera del 2024 un costo adicional a los vehículos que transiten en áreas congestionadas al sur de la calle 60, en Manhattan, a fin de reducir el tráfico y recaudar millonarios fondos. Se calcula que diariamente de los más de 20 millones de personas que viven en el área triestatal, 1.3 millones se movilizan en carro hacia el Bajo Manhattan, en unos 700,000 autos, taxis y camiones.

Y justo cuando este miércoles se adelantará la primera reunión de la Junta de Revisión de Movilidad del Tráfico (TMRB), panel de 6 miembros asignado para hacer recomendaciones a la MTA (Autoridad de Transporte Metropolitano de Nueva York) sobre los costos de los recargos, que pudieran estar entre $9 y $23 durante las horas pico, y sobre quiénes deberían estar exentos del pago extra, diferentes sectores están clamando que el sobrecosto no afecte los bolsillos de trabajadores necesitados.

La ley tarifas de congestión, aprobada en 2019, en el articulado, solo incluye exenciones de cobros a vehículos de emergencia, vehículos calificados que transportan personas con discapacidades y residentes que vivan abajo de la calle 60 que ganen $60,000 o menos al año.

Y en la antesala de las discusiones iniciales de este miércoles, taxistas y conductores de servicios de transporte de automóviles como Uber y Lyft, se plantaron frente a la sede principal de la MTA para exigir que la “tarifa de congestión” no sea pagada por ellos, y que en el peor de los casos, sea un costo mínimo que se le transfiera a los pasajeros.

Así lo aseguró el taxista Víctor Salazar, quien lleva 30 años trabajando al volante, y quien a todo pulmón, en la jornada de protesta previa a la reunión en la MTA exigió que esa agencia “no destruya más” a los conductores de vehículos de servicio público, que han sufrido duros coletazos en los últimos años.

Los taxistas estamos ahogados con tantos impuestos por todo lado, Dios Mío. Nos han convertido en colectores de impuestos para la MTA, para Albany y para la Comisión de Taxis y Limusinas. Creo que la MTA se está pasando de mal a peor al querer cobrarnos más, porque como se acostumbraron a agarrar taxes de varias industrias, cuando su presupuesto es de billones de dólares, ahora quiere ponernos más cargas y eso nos terminaría de destruir”, aseguró el trabajador ecuatoriano. “Aumentarnos costos a nosotros, que hacemos solo el 1% de las carreras de Nueva York, es muy grave. Sería más razonable pasar el costo a los pasajeros, pero tendría que ser algo muy pequeño, algo de centavos, porque si no, nadie va a poder viajar en taxis y estaríamos convirtiendo esta industria en un servicio de lujo, que ni Uber ni Lyft lo son”.

El taxista fue más allá y advirtió que de darse cobros diarios para los carros de servicio público que transiten abajo de la calle 60 en Manhattan, así sea un solo costo por turno, llevaría a muchos trabajadores del volante como él, casi a la mendicidad.

“Nosotros ya llevamos mucho batallando, por eso pedimos que quedemos exentos de la tarifa de congestión. Si no es así, tendría que poner vasitos alrededor de mi taxi pidiendo a la gente una caridad para poder sobrevivir. Queremos que se nos respete de igual a igual, que nos traten con dignidad. Sacarnos más impuestos sería un crimen”, agregó el conductor hispano.

Bhairavi Desai, presidenta de la organización New York Taxi Workers Alliance, que agrupa a taxistas de la Gran Manzana, defendió el clamor de los conductores y aunque aseguró que apoya la tarifa de congestión, no puede afectar a los trabajadores más vulnerables.

Estamos pidiendo de manera clara que en todo lo relacionado con taxis amarillos y livery, nadie pague nada extra, ni los conductores ni los pasajeros. La industria ya está batallando mucho para poder sobrevivir con el 25% menos de carreras diarias comparado con el 2020 y solo 6,000 o 7,000 taxis trabajando cada día. Necesitamos estar exentos de cualquier cobro”, aseguró la líder sindical. “Tienen que implementar un plan de tarifas de congestión justo. Se trata de la sobrevivencia de la industria. Igualmente creemos que tampoco los conductores de Uber y Lyft deberían pagar ese costo, ni siquiera un costo diario, nos oponemos. Queremos exención total para los taxistas y si va a haber un costo, debería limitarse a una porción muy pequeña, solo para pasajeros de Uber y Lyft”.

La asambleísta Jessica González-Rojas, también aprovechó la jornada de protesta para exigir a la MTA que “haga lo correcto”, y no le ponga más obstáculos a los conductores de servicio público.

Los taxistas y conductores de Uber y Lyft deben estar exentos de esos cobros. Creemos que eso es lo justo, porque ellos han llevado la carga hace mucho tiempo, y ya están pagando impuestos del bolsillo”, dijo la líder política de Queens. “La ley de tarifas de congestión es una buena idea, pero no debe ponerse en la espalda de los trabajadores, que son mayormente inmigrantes, pues el 96% de los conductores son inmigrantes y viven de eso. Hay que dejarlos fuera de ese cobro, porque eso los pondría a sufrir más”.

La Coalición Congestion Pricing Now, que incluye a organizaciones como Riders Alliance, New York League of Conservation Voters y Regional Plan Association, se sumó al llamado y recomendó que los pasajeros de vehículos de alquiler como Uber y Lyft sean responsables de pagar el costo del peaje como recargo en sus viajes, pero no en el caso de taxis.

“Los taxistas han sufrido mucho y ya están agobiados por las inversiones que los propietarios de taxis han hecho en medallones que ahora están valorados en un valor significativamente menor que la inversión original”, afirmaron en una carta conjunta.

La concejal latina Alexa Avilés pidió que se escuche el clamor de los taxistas, de quienes dijo no solo no han visto un incremento en sus ingresos en muchos años, sino que han tenido que asumir deudas elevadas por la desvalorización de sus medallones, y exigió que queden exentos de cualquier cobro adicional.

“Los conductores son trabajadores esenciales y parte de la infraestructura de transporte (…) y si alguien debería ser responsable por esos costos son las compañías, pero no deberían pasársele a los conductores”, dijo la política de Brooklyn.

Hasta el momento la Autoridad de Transporte ha dicho que contempla un pago diario único de congestión para taxistas y también ha mencionado que ofrecería un descuento a otros conductores de bajos ingresos que se movilicen de manera regular abajo de la calle 60 en Manhattan, para mitigar posibles efectos adversos.

Otras voces críticas del plan provienen del otro lado del túnel. Residentes de Nueva Jersey que a diario viajan hasta Manhattan a trabajar, han señalado que incluirlos a ellos dentro del programa de pago extra es injusto, ya que estarían pagando doble peaje por entrar a la Gran Manzana.

Los habitantes de Nueva Jersey no deberían tener que pagar dos veces: pagar un peaje ($17) y luego pagar un impuesto de congestión. Nueva York no debería estar generando ingresos a costa de los trabajadores de Nueva Jersey”, ha repetido hasta el cansancio el senador del Estado Jardín, Bob Menéndez, quien insiste en que el plan además aumentará el tráfico vehicular y la contaminación.

“Una tarifa de congestión de $23 por día impondría un costo adicional de $5,000 por año a los habitantes del estado que trabajan o hacen negocios en Manhattan. En un momento en que los presupuestos de las familias trabajadoras y las pequeñas empresas han llegado a un punto precario, Nueva York está tratando de equilibrar su presupuesto exprimiendo cada dólar posible de los residentes de otros estados”, dijo el legislador federal. “Esta propuesta de precios de congestión es una injusta y vergonzosa apropiación de dinero por parte de la Autoridad Metropolitana de Transporte de Nueva York que no podemos permitir”.

A pesar de los reclamos, una evaluación ambiental hecha para la MTA aseguró que del total de personas de Nueva Jersey que diariamente ingresan a Manhattan, casi el 83%, es decir unos 186,000, utilizan transporte público, y solo el 17%, lo que equivale a 38,600, lo hacen a través de sus vehículos.

Para este miércoles, se espera otra jornada de protesta a las afueras de la MTA por parte de conductores de Uber y Lyft, quienes denunciaron que se les prohibió testificar sobre los impactos que tendrá en ellos la tarifa de congestión, que rechazan.

“Mientras la Junta de Revisión de la MTA se reúne para discutir el doble impuesto a los conductores de Uber, Lyft y FHV, los conductores se preparan para que se escuchen sus voces, ya sea que estén en la agenda o no”, aseguraron, a través de un comunicado de la Coalición Justice for App Workers, donde anunciaron que estarán a las 3:00 de la tarde alzando sus voces en la sede de la Autoridad Metropolitana de Transporte, en el Bajo Manhattan.

“A pesar de que la comunidad de trabajadores de aplicaciones de Nueva York enfrenta una crisis de salarios de pobreza a medida que los costos de vivienda se disparan, los funcionarios del estado de Nueva York aprobaron recientemente un plan de precios de congestión sin tener en cuenta su impacto en la población vulnerable de trabajadores que afectaría”, agregaron. “Los conductores de Uber y Lyft pagarán impuestos por segunda vez si no se hace nada para corregir el plan actual, y después de que se les prohibió hablar en la audiencia de la MTA el miércoles, los conductores de la coalición Justice for App Workers realizarán una manifestación afuera de la audiencia para protestar por la doble imposición, y un proceso que les ha callado la voz”.

Tarifa de congestión en datos y cifras

  • El nuevo costo se conoce formalmente como Programa de Peaje del Distrito Comercial Central
  • Vehículos que transiten en Manhattan abajo de la calle 60 deberá pagar la nueva tarifa
  • 1.3 millones personas viajan en auto hacia el sur de Manhattan cada día
  • 700.000 autos, taxis y camiones ingresan en promedio al Bajo Manhattan todos los días
  • La primavera del 2024 es cuando se espera que el plan de cobro de tarifa de congestión entre en vigor
  • 19 de julio se reunirá la Junta de Revisión de Movilidad del Tráfico (TMRB), panel de 6 miembros, que hará recomendaciones a la MTA, que tomará la decisión final
  • $9 a $23 durante las horas pico, son algunas propuestas que se han oído sobre los costos que pudiera tener la nueva tarifa de congestión
  • En mayo pasado la Administración Federal de Carreteras aprobó la evaluación ambiental que se hizo del plan
  • Además de recaudar recursos adicionales para invertir en planes de transporte público, el plan busca reducir el tráfico vehícular
  • $5,000 anuales pudiera costar a ciertos conductores movilizarse en Manhattan, si la tarifa de congestión se basa en $23
  • 10% en reducción del tráfico vehícular en Manhattan es uno de los objetivos estimados con el plan de tarifas de congestión
  • 25% menos de carreras tienen actualmente los taxis en Manhattan después de la pandemia
  • $15,000 millones podría recaudar la MTA con la iniciativa para invertir en modernizar el sistema de transporte público
  • Para los taxistas pagar un costo de congestión sería el tercer impuesto de la MTA sobre las tarifas de los taxis: 50 centavos desde 2009 en todos los viajes más $2.50 desde 2019 en todos los viajes que se originan, terminan o pasan por la calle 96 y más abajo.
  • $8,000 por año de sus propios bolsillos sería el estimado que taxistas pagarían anualmente con la tarifa de congestión si no quedan extentos.

eldiariony.com

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