Huawei ha sido, durante los últimos años, el epicentro del terremoto provocado por la guerra comercial entre Washington y Pekín. El mayor damnificado de esta batalla, que vio cómo justo cuando estaba en su momento álgido, llegando a desbancar a Samsung como mayor fabricante de teléfonos del mundo, era víctima de las sanciones comerciales que le impedían acceder a proveedores estadounidenses, incluidos los servicios de Google.
Esta situación le supuso un frenazo a su crecimiento y una caída de sus ingresos, que de un año para otro descendieron un 30%. En la división de Electrónica, la más perjudicada, el revés fue del 50%.
Pese a un escenario tan complicado, Huawei está logrando lo que parecía imposible: remontar. Incluso tras un año que comenzó con una ampliación del veto.
La vida después de los proveedores estadounidenses
Aunque todavía quedan lejos los casi 900.000 millones de yuanes con los que cerró 2020, 2023 cierra con “más de 700.000 millones de yuanes” ingresados, según dijo a los empleados de la empresa su presidente rotativo, Ken Hu, y reafirmó un comunicado corporativo.
La cifra concreta será divulgada, presumiblemente, a finales de enero, cuando el fabricante haga públicas sus cifras del último trimestre, y con ellas, las del año completo. No obstante, esta estimación supone un crecimiento de alrededor del 10% respecto a 2022, siendo conservadores.
Es especialmente meritorio, teniendo en cuenta que no se trataba de superar un bache coyuntural, sino una medida que sigue vigente. Huawei ha tenido que mantenerse en el mercado sin tener acceso a proveedores estadounidenses.
Huawei tiene, principalmente, tres patas en cuanto a ingresos: el mercado corporativo, la electrónica de consumo y su negocio de redes. La división de consumo fue la más castigada por el mercado tras las sanciones, y sin dar detalles, Hu dijo que esta división “ha superado las expectativas”. No sabemos, en cualquier caso, cuál es siquiera la estimación de la empresa para ella en 2023. Pronto sabremos su cifra definitiva.
Javier Lacort