viernes 22 de noviembre de 2024 11:48 am
Eddy Tolentino

El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (Met) recibe entre cinco y diez peticiones anuales de Gobiernos de países para investigar la posible procedencia ilegal de objetos de su colección, según dijo este miércoles el director de la institución, Max Hollein.

En un desayuno con la prensa extranjera, Hollein abordó el debate sobre la propiedad cultural que domina la esfera del arte y que ha llevado a esta institución a establecer -con ascensos y nuevas contrataciones- un equipo de 11 trabajadores especializado en la ardua investigación de la procedencia de las obras.

El equipo investigador, que Hollein describió como el más grande dedicado específicamente esta labor en cualquier museo del mundo, estará dirigido a partir de mayo por Lucian Simmons, exjefe del Departamento de Restituciones de Sotheby’s, con casi 30 años de experiencia en este campo.

Gracias a ellos, dijo, el museo “puede responder e investigar oportunamente” las potenciales obras expoliadas, estimadas el año pasado en “cientos” entre los 1,5 millones de objetos de la colección, y muchas adquiridas en un periodo de gran crecimiento y poca fiscalización, a finales del siglo pasado.

En los últimos meses, el Met ha llegado a acuerdos para devolver antigüedades a Camboya, Tailandia, Yemen, Nepal, India y más recientemente Irak, de donde procedía una escultura sumeria adquirida en 1955 que fue sometida a revisión tras las dudas de los investigadores sobre su legalidad.

Preguntado por las solicitudes que el Met recibe de otros países para investigar obras, Hollein calculó entre cinco y diez al año, pero señaló que el museo investiga “proactivamente” un grupo de obras susceptibles de tener un origen ilegal “porque cambiaron de manos durante aquella época”.

Explicó, además, que algunos países solicitan documentación y no todas las peticiones acaban en restitución, pero la investigación en todo caso es complicada, ya que los documentos no abundan y hay que acudir a archivos en países extranjeros o trazar el árbol genealógico de antiguos propietarios.

Destacó, en ese sentido, la gran ayuda de la Oficina del Fiscal de Manhattan, que ha formado un equipo investigador de tráfico de antigüedades pionero que “genera información” a la que puede acceder el museo, fruto de la incautación de archivos de marchantes de arte imputados o condenados.

Hollein agregó que, tras devolver los objetos a sus países, el Met “no está en posición para exigir garantías” sobre su conservación, y reveló, por ejemplo, que el gobierno de Yemen ha pedido al museo “custodiar” las antigüedades de las que tiene propiedad debido a la guerra civil que afronta.

(c) Agencia EFE

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