viernes 22 de noviembre de 2024 9:09 pm
Eddy Tolentino

Nueva York, la ciudad más poblada del país, sigue enfrentando una crisis de déficit policial. Al momento el número de oficiales es el más bajo en tres décadas: 823 policías han abandonado NYPD en lo que va de año y todo se podría complicar con la llegada del verano, tradicionalmente una época de auge criminal.

Nueva York, la ciudad más poblada y cara del país, sigue enfrentando una crisis de déficit policial: al momento el número de oficiales es el más bajo en tres décadas, por segundo año consecutivo.

Se estima que actualmente alrededor de 200 policías renuncian o se jubilan cada mes, según datos obtenidos por New York Post. La plantilla actual de NYPD -el mayor cuerpo policial de EE.UU.- es de 33,695 agentes, la cifra más baja desde 32,451 en 1990, según estadísticas del departamento y la Oficina Independiente de Presupuesto (IBO) de la ciudad.

El problema no es nuevo –más de 2,500 agentes dejaron NYPD es 10 meses de 2023-, pero está empeorando a medida que las jubilaciones han aumentado este año 11%. Las causas esgrimidas por lo sindicatos siguen siendo las mismas: largas jornadas de trabajo, la retórica anti policial respaldada incluso por algunos políticos y la reforma penal activada en 2020 que algunos asocian con impunidad y anarquía.

Así, en teoría se crea un círculo vicioso entre el número de policías que se retiran por el auge criminal y éste a su vez subiría más por la falta de patrullaje. Y todo se podría complicar pronto con la llegada del verano, tradicionalmente una época de violencia en las calles.

Un total de 823 policías NYPD han abandonado el departamento en lo que va del año. De ellos, 257 renunciaron incluso antes de cumplir los 20 años requeridos para recibir sus pensiones completas.

NYPD ha respondido a 2,400 protestas desde el 7 de octubre, cuando comenzó la guerra entre Israel y Hamas- y maneja un promedio de 12 manifestaciones por día. A menudo los agentes son retenidos más allá del final de su turno para hacer frente a estas situaciones. También ha aumentado el patrullaje en tiendas y estaciones del Metro, para bajar el auge de violencia, entre robos, golpes, suicidios y homicidios.

“La carga de trabajo de los agentes de policía de la ciudad de Nueva York se ha disparado en los últimos meses, y la dotación de personal aún no está ni cerca de mantener el ritmo”, alertó Patrick Hendry, presidente de la Asociación Benevolente (PBA), el sindicato de policía municipal más grande del mundo.

“Nuestros miembros ya están más que agotados, y los picos de criminalidad del verano están a la vuelta de la esquina. Exprimir a los policías para que hagan aún más horas extras no es una solución. Simplemente enviará a más de ellos corriendo hacia las salidas”, presagió Hendry. Su sindicato ha propuesto un horario flexible, que ya se está probando en algunos distritos, para que los policías tengan turnos más largos, pero también más días de descanso.

Sobre la reforma penal, hay casos emblemáticos de impunidad, desde delitos menores hasta homicidios. Por ejemplo, un hombre de 32 años que en febrero sumaba 54 detenciones, la mayoría en el Metro de NYC; y un joven arrestado 46 veces por robar en tiendas en 2021. En marzo de este año el oficial Jonathan Diller murió baleado a los 31 años durante una simple parada de tráfico en Queens y los dos sospechosos detenidos tenían amplios antecedentes.

El descontento policial tiene eco en la población. En marzo una encuesta concluyó que menos de un tercio (30%) de los habitantes de NYC son “felices” y sólo la mitad planea quedarse viviendo en la ciudad durante los próximos años. En septiembre un sondeo de Siena College identificó el crimen (73%) entre las mayores preocupaciones de los neoyorquinos en general. Según otra alarmante encuesta divulgada en el verano pasado, 70% de los habitantes de NYC dijeron que temían ser víctimas de un hecho criminal.

Por Andrés Correa

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