viernes 18 de octubre de 2024 1:19 am
Eddy Tolentino

Amazon, Google y Microsoft han lanzado ambiciosos proyectos que apuntan a la creación y reactivación de centrales nucleares para satisfacer las crecientes demandas energéticas de sus centros de datos, impulsados en gran parte por la expansión de la inteligencia artificial (IA). Sin embargo, la incertidumbre sobre las futuras necesidades energéticas y cómo equilibrarlas con las fuentes renovables está generando tensiones en la industria tecnológica y más allá.

La creciente demanda energética de la IA

Las empresas tecnológicas enfrentan una necesidad urgente de aumentar su capacidad de energía para soportar sus centros de datos, que consumen cantidades masivas de electricidad. La IA, en particular, es un motor clave de este consumo debido a la enorme cantidad de energía que requiere tanto para su entrenamiento como para su implementación a escala global. La solución que estas grandes compañías han comenzado a adoptar es recurrir a la energía nuclear, una fuente que promete ser más confiable y libre de emisiones en comparación con otras alternativas.

Amazon, pionera en la adopción nuclear

Amazon Web Services (AWS), la división de computación en la nube de Amazon, ha dado un paso significativo al firmar un acuerdo con Dominion Energy para desarrollar un reactor modular pequeño (SMR) en Virginia, EE.UU. Este es solo uno de los tres proyectos en los que AWS planea invertir un total de 500 millones de dólares. Cada uno de estos reactores tendrá una capacidad potencial de generar hasta 320 megavatios (MW) de potencia, lo que, en conjunto, podría proporcionar 960 MW a los centros de datos de Amazon.

Google y su apuesta por los SMR

Google no se queda atrás y ha firmado un acuerdo con Kairos Power para construir siete reactores SMR de aquí a 2030, que producirán 500 MW de electricidad sin emisiones. Esta energía abastecerá sus centros de datos, que son esenciales para mantener los servicios de IA en funcionamiento. Además, la empresa está considerando expandir esta iniciativa más allá de 2035, lo que demuestra su compromiso a largo plazo con la energía nuclear.

Microsoft revive Three Mile Island

Por su parte, Microsoft ha decidido reabrir la central nuclear Three Mile Island, cerrada desde 2019, en colaboración con Constellation Energy. Este proyecto implica una inversión de 1.600 millones de dólares para restaurar y modernizar la planta, que proporcionará 835 MW de energía a sus centros de datos. Microsoft también ha realizado inversiones en la tecnología de fusión nuclear a través de Helion Energy, lo que refleja su interés en soluciones energéticas innovadoras y de largo alcance.

El desafío de los tiempos y el futuro incierto

Si bien estos proyectos son prometedores, no estarán listos de inmediato. La central Three Mile Island, por ejemplo, no estará operativa hasta dentro de al menos cuatro años, y en países como China y Corea del Sur, considerados los más rápidos en construir centrales nucleares, se requieren unos cinco años para poner en marcha una planta. Este lapso de tiempo crea una presión adicional, ya que se estima que la demanda energética de los centros de datos en EE.UU. podría triplicarse entre 2023 y 2030, obligando a una provisión de 47 GW adicionales de energía.

La reactivación de la energía nuclear y las renovables en competencia

Después de años de declive en el interés por la energía nuclear, algunos países han comenzado a reactivar sus proyectos nucleares. Estados Unidos, por ejemplo, planea poner en funcionamiento 300 nuevos reactores de última generación antes de 2050. La energía nuclear ha vuelto a ser vista como una solución viable para afrontar las crecientes necesidades energéticas provocadas por el desarrollo de la IA generativa.

No obstante, este resurgimiento también ha reavivado las críticas. Activistas de organizaciones como Greenpeace destacan los peligros medioambientales y de seguridad que conlleva la energía nuclear, calificándola de “cara, peligrosa y lenta de construir”. Además, la competencia con las energías renovables, que han disfrutado de un fuerte apoyo gubernamental en los últimos años, podría verse afectada. Si las centrales nucleares desplazan a las fuentes renovables más baratas, esto podría provocar un aumento en los precios de la electricidad, generando un desequilibrio en el mercado energético.

El consumo eléctrico global: una bomba de tiempo

Las proyecciones a nivel global son impactantes. La International Energy Agency (IEA) estima que el consumo mundial de electricidad se duplicará de los 460 TWh de 2022 a más de 1.000 TWh en 2026, un nivel similar al consumo anual de todo Japón. Además, si la IA generativa sigue aumentando su popularidad, como algunos analistas predicen, el uso de energía podría dispararse aún más. OpenAI, por ejemplo, ya cuenta con 200 millones de usuarios semanales en ChatGPT, y si esa cifra sigue creciendo, las necesidades energéticas asociadas a estas plataformas se multiplicarán exponencialmente.

Conclusión

Las grandes tecnológicas están apostando fuerte por la energía nuclear como una solución para satisfacer la creciente demanda energética provocada por la IA. No obstante, las críticas y la competencia con las renovables añaden complejidad al panorama. Mientras tanto, el futuro energético parece depender de un delicado equilibrio entre la velocidad de implementación de estas nuevas infraestructuras nucleares y la capacidad de las energías renovables para seguir siendo una alternativa viable y competitiva.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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