viernes 18 de octubre de 2024 2:26 pm
Eddy Tolentino

EDF, la empresa estatal de electricidad de Francia, planea establecer un centro de reciclaje de 15 hectáreas cerca de la central nuclear de Fessenheim, si el proyecto recibe la aprobación necesaria. El propósito es reutilizar los metales con baja radiactividad provenientes de los reactores desmantelados de dicha planta nuclear. Estos metales se someterían a un proceso de limpieza en un horno de fundición que alcanzará los 1.650 ºC, con el fin de convertirlos en productos convencionales de uso cotidiano, como cubertería y otros utensilios metálicos.

Francia es reconocida como la mayor potencia nuclear de Europa, pero la antigüedad de sus centrales nucleares ha obligado al país a desmantelar varios de sus reactores más antiguos, como parte de un plan para modernizar su infraestructura energética. EDF busca avanzar en la creación de nuevos reactores modulares SMR, pero el reciclaje de desechos nucleares también es parte de su estrategia. Aunque ya existen precedentes en otros países, como Suecia y Alemania, que han implementado métodos innovadores para reciclar metales de reactores desmantelados, la propuesta de EDF ha generado considerable atención debido a su posible impacto en la fabricación de productos de uso diario.

El centro de reciclaje, proyectado para iniciar operaciones tras la aprobación definitiva en febrero de 2025, podría procesar 500.000 toneladas de metales con baja radiactividad durante un período de 40 años. La empresa estima que alrededor del 85% de estos metales podrían ser fundidos completamente en el horno, mientras que el 15% restante, debido a su radiactividad residual, sería devuelto a instalaciones de almacenamiento nuclear sin ser reciclado. Los metales que se reciclen serían transformados en lingotes de aproximadamente 20 kg, listos para ser utilizados en la industria metalúrgica convencional.

A pesar de las aclaraciones por parte de EDF, que asegura que solo se utilizarán materiales con radiactividad muy baja, la propuesta ha generado preocupación entre algunos sectores, en particular las organizaciones ambientalistas. Grupos como Stop Fessenheim han expresado su rechazo a la posibilidad de que estos metales reciclados puedan ser utilizados en la fabricación de productos que luego llegarán al público en general, como cubiertos o utensilios de cocina.

Hasta hace poco, la ley francesa prohibía la reutilización de residuos provenientes de instalaciones nucleares, bajo la premisa de que cualquier residuo de una planta nuclear debía ser considerado como radiactivo. Sin embargo, en 2022 se modificó esta normativa, permitiendo el reciclaje de desechos de bajo riesgo. Laurent Jarry, quien fuera director de la central de Fessenheim, ha defendido el proyecto, afirmando que estos metales son básicamente chatarra con niveles de radiación extremadamente bajos, y que, una vez procesados en el nuevo centro, serían completamente seguros para su uso en la industria metalúrgica.

La decisión final sobre este ambicioso proyecto de EDF, que forma parte de los esfuerzos de Francia por optimizar la gestión de los desechos nucleares, se tomará tras un debate público en febrero de 2025. El éxito o fracaso de esta propuesta podría sentar un precedente en la forma en que se maneja el reciclaje de materiales radiactivos en el futuro, no solo en Francia, sino a nivel mundial.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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