viernes 22 de noviembre de 2024 1:52 am
Eddy Tolentino

Todas las nuevas medidas implementadas por la Comisión de Taxis y Limusinas (TLC) de la ciudad de Nueva York exigen que los taxis amarillos sean accesibles para personas con discapacidad, lo que representa un paso más en el esfuerzo por cumplir con una orden judicial emitida tras una demanda interpuesta hace más de una década. La iniciativa responde a la necesidad de adaptar el servicio de taxis a las exigencias de movilidad de pasajeros con discapacidad motora.

El nuevo reglamento establece que la TLC únicamente aprobará una licencia vehicular para taxis amarillos si el vehículo está equipado con rampas para sillas de ruedas y otros dispositivos de seguridad necesarios. Además, siempre que un taxi amarillo deba someterse a una remodelación obligatoria cada siete años, se le añadirá el equipo de accesibilidad correspondiente.

Este movimiento se deriva de un acuerdo alcanzado en 2013 entre la TLC y defensores de personas con discapacidad, en el que se estipuló que el 50% de la flota de taxis amarillos de Nueva York debería ser accesible para sillas de ruedas para el año 2020. Sin embargo, la pandemia de la COVID-19 provocó que la fecha límite se extendiera hasta junio de 2023. A pesar de la prórroga, la ciudad no alcanzó el objetivo, logrando que solo el 32% de los taxis con medallón autorizado y el 42% de los taxis activos cumplieran con los requisitos de accesibilidad, según registros judiciales.

El presidente de la TLC, David Do, anunció durante una reunión de la comisión que las nuevas regulaciones tienen como objetivo que el 50% de los taxis amarillos de Nueva York sean accesibles para personas con sillas de ruedas para marzo de 2025. Además, la orden del tribunal federal exige que la totalidad de la flota sea accesible para el 2028.

A pesar de la importancia de estas medidas en términos de inclusión, los taxistas han expresado su descontento debido a los altos costos asociados a la implementación de estas modificaciones. Los propietarios de taxis alegan que la carga financiera de hacer estos cambios recae sobre ellos, en un contexto en el que ya están enfrentando dificultades debido a la competencia desleal de plataformas como Uber y Lyft.

Bhairavi Desai, miembro fundador de la New York Taxi Workers Alliance, explicó que el costo de agregar rampas y otros elementos para sillas de ruedas puede ascender a $90,000 dólares, lo que se suma a los pagos de hipotecas de medallones, que pueden llegar a ser de $2,000 a $3,000 dólares mensuales. Desai también subrayó que la industria del taxi ha tenido una recuperación muy lenta tras la pandemia, y la expansión sin regulación de servicios como Uber y Lyft ha tenido un impacto devastador.

Antes de la llegada de Uber y Lyft, en 2012, los taxis amarillos de la ciudad realizaban más de 500,000 viajes combinados por día. Sin embargo, en julio de 2023, los datos revelaron que la cifra de viajes diarios cayó a menos de 100,000, debido a la proliferación de vehículos de alquiler asociados a estas plataformas.

La pandemia también ha exacerbado los problemas financieros de los conductores de taxis amarillos, quienes ya enfrentaban una competencia feroz en un mercado que ha cambiado drásticamente en la última década.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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