lunes 25 de noviembre de 2024 3:01 am
Eddy Tolentino

Denuncias por operativos de “limpieza” en la Avenida Roosevelt dividen opiniones en Queens

En los vecindarios de Corona, Elmhurst y Jackson Heights, en el condado de Queens, se ha desatado una polémica en torno a las recientes labores de “limpieza” en la Avenida Roosevelt. Estas intervenciones, que incluyen el desalojo de vendedores ambulantes y un notable aumento de la presencia policial, han generado reacciones diversas. Mientras algunos residentes aplauden las medidas, otros las ven como un ataque a los más vulnerables de la comunidad.

Durante meses, vecinos han expresado su descontento por el “caos” y el “desorden” que se vivía en la populosa avenida. Sin embargo, las recientes acciones impulsadas por la administración del alcalde Eric Adams y la gobernadora Kathy Hochul, han provocado una división. Los que apoyan las medidas aseguran que estas han mejorado la seguridad y el orden en el área, especialmente en lugares como Corona Plaza, donde la presencia de fuerzas del orden ha sido más intensa.

No obstante, una gran cantidad de residentes y activistas critican lo que consideran un uso excesivo de la fuerza policial. Este martes, decenas de manifestantes se reunieron en Corona para denunciar lo que describen como una “vigilancia extrema” que afecta desproporcionadamente a inmigrantes indocumentados, trabajadores sexuales y vendedores ambulantes.

Perspectivas de los afectados

Máxima Rodas, una inmigrante argentina y activista, expresó su preocupación por la forma en que la policía está llevando a cabo los operativos. Según ella, aunque la presencia policial es necesaria para mantener el orden, el enfoque actual ha generado miedo en lugar de confianza. “Corona parece una zona de guerra, no un barrio de gente trabajadora”, afirmó Rodas, refiriéndose al gran número de oficiales armados que patrullan la zona. También mencionó que el perfilamiento racial es evidente, ya que muchos latinos son estigmatizados debido a su apariencia.

Eliana Jaramillo, vendedora ambulante y miembro de la organización Make the Road New York, compartió su testimonio sobre cómo las medidas están afectando su medio de vida. “Tengo cuatro multas, cada una de más de $1,000. ¿Cómo se supone que voy a mantener a mi familia con esa presión constante?”, dijo Jaramillo, quien instó a las autoridades a retirar la policía del área y a proporcionar más licencias para vendedores ambulantes.

La visión de los activistas

Además de los vendedores ambulantes, las trabajadoras sexuales también se han visto afectadas. Laura Torlaschi, de la coalición DecrimNY, insistió en que la solución no es aumentar la vigilancia, sino invertir en programas que atiendan las necesidades de la comunidad. “Cada dólar que se gasta en más policías es un dólar menos para nuestras bibliotecas, escuelas y programas de salud”, dijo Torlaschi.

Por su parte, Victoria Von Blaque, de Trans Equity Consulting, advirtió que el aumento de la presencia policial podría tener consecuencias nefastas para las poblaciones más marginalizadas, especialmente las trabajadoras sexuales no blancas. “Jackson Heights, que alguna vez fue un refugio para los marginados, ahora está siendo desmantelado por la gentrificación y la vigilancia excesiva”, afirmó.

Respuesta de la comunidad y las autoridades

A pesar de las críticas, otros residentes del área apoyan la intervención policial. Rosa Huamán, una madre peruana, destacó que la Avenida Roosevelt se había vuelto “caótica” y que la presencia de la policía le da una sensación de seguridad. “No estoy de acuerdo con que se pida que la policía se vaya. Necesitamos más seguridad, no menos”, expresó.

Andrés González, un comerciante en Corona Plaza, compartió una opinión similar. Para él, la policía ha ayudado a disminuir el desorden, y sugirió que los vendedores ambulantes deberían unirse para trabajar de manera ordenada sin temor a ser perseguidos.

Ante las críticas, un portavoz de la administración Adams defendió las acciones del gobierno, asegurando que los operativos son una respuesta a las quejas de la comunidad local. “La seguridad pública es un requisito previo para la prosperidad, y los residentes de la Avenida Roosevelt merecen una comunidad libre de delincuencia y desorden”, afirmó el vocero. Además, mencionó que los operativos cuentan con el respaldo de más de una docena de agencias de la ciudad, y que la administración continuará trabajando para hacer de Nueva York una ciudad más segura y asequible.

Mientras el debate continúa, la comunidad de Queens sigue dividida entre aquellos que ven en las acciones una mejora necesaria para la seguridad y quienes creen que estas medidas están marginando aún más a las poblaciones vulnerables.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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