La economía de Sudamérica que más rápido crece se enfrenta a una ‘maldición’
«Las perspectivas de crecimiento a medio plazo son mejores que nunca», expone FMI en su informe.
Guyana, excolonia británica y único país de habla inglesa de América del Sur, podría convertirse en la economía de más rápido crecimiento del mundo.
Tras un considerable aumento del Producto Interno Bruto (PIB) del 62,3 % en 2022, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que en el año en curso siga creciendo de forma extremadamente rápida (hasta el 38 %).
«En el primer semestre de 2023, el PIB real no petrolero creció un 12,3 %.
La inflación del índice de precios al consumidor (IPC) alcanzó el 7,2 % a finales de 2022, en línea con la de otros países de la región, y disminuyó al 1,2% interanual en julio de 2023, con la caída de los precios del transporte y las comunicaciones», constata un informe del FMI.
Asimismo, el organismo que precisa que la cuenta corriente externa registró un gran superávit en 2022, del 23,8 % del PIB, y espera otro gran superávit en 2023. «Los bancos están bien capitalizados y son líquidos», subraya.
ExxonMobil inició sus actividades de exploración de petróleo y gas en Guyana en 2008 y perforó su primer pozo de exploración en 2015.
Hasta entonces, el país solía ser «un aserradero en desuso rodeado de campos de caña de azúcar», pero después el país recibió un aumento de la inversión extranjera y creó un fondo de riqueza soberana para almacenar su parte del dinero del petróleo», destaca The Economist.
«En resultado, fue la economía de más rápido crecimiento del mundo aun durante la pandemia de covid-19», resume el semanario.
Más extracción por persona que Arabia Saudita
En relación con su población, la producción de Guyana será colosal. Mientras que Arabia Saudita bombea menos de un tercio de barril por persona y día, Guyana podría estar bombeando casi cuatro veces esa cantidad para finales de la década.
La velocidad a la que comenzó la producción «no tiene precedentes», afirma Alistair Routledge, presidente de ExxonMobil Guyana.
Algunas proyecciones muestran que el país va camino de superar a Kuwait y convertirse en el mayor productor de crudo per cápita del mundo. Guyana produce actualmente unos 400.000 barriles de petróleo al día, y sus reservas probadas alcanzan los 11.000 millones de barriles.
Según el Banco de Guyana, en el segundo trimestre de 2023, la industria petrolera aportó a Georgetown 439 millones de dólares en ingresos (53 millones de dólares en regalías y 385 millones de dólares de ganancias).
Impresionantes perspectivas
«Las perspectivas de crecimiento a medio plazo son mejores que nunca.
La producción de petróleo seguirá expandiéndose rápidamente a medida que empiecen a funcionar tres nuevos campos aprobados entre 2024 y 2027, y se espera que un sexto campo entre en funcionamiento en la primera mitad de 2028″, expone FMI en su informe.
Guyana va camino de superar los 1,2 millones de barriles por día desde seis Unidades flotantes de producción, almacenamiento y transferencia para 2027, comunica el director ejecutivo de Hess, John Hess.
Se trata de una cifra que supera ya a la de muchos miembros de la OPEP, por lo que Guayana puede convertirse en el decimosexto mayor productor de petróleo del mundo.
Según el presupuesto público, el Fondo Nacional de Recursos del Gobierno recibirá este año 1.600 millones de dólares en depósitos, mientras que los retiros para financiar los gastos de capital del país rondarán los 1.000 millones de dólares.
Para finales de 2026, se espera que el fondo haya aumentado su saldo hasta los 5.400 millones de dólares.
Riesgos de vicio económico y ‘mal neerlandés’
El PIB per cápita de Guyana está aumentando rápidamente debido a la producción de petróleo, y se espera que el país siga siendo una de las economías de más rápido auge con tasas de crecimiento de dos dígitos en 2023 y 2024.
Si bien, históricamente, el PIB per cápita de Guyana estuvo entre los más bajos de América del Sur, el extraordinario crecimiento económico, con un promedio del 31,7 % en los últimos dos años, llevó el PIB real per cápita hasta los 11.052 dólares en 2021, desde los 6.478,3 dólares en 2019.
Se estima que el PIB real aumentó un 57,8 % en 2022 principalmente debido a la expansión de la producción de petróleo.
Sin embargo, se teme que el enorme auge petrolero que se está registrando en Guyana cree las condiciones ideales para que surja la ‘maldición del petróleo’, escribe Oilprice.com.
El término ‘maldición de los recursos’ se refiere a la incapacidad de países con una excesiva dependencia de la exportación de recursos naturales de beneficiarse plenamente de la riqueza natural, así como a la incapacidad de los gobiernos de estos países de responder eficazmente a las necesidades de bienestar público.
La consecuencia económica de este fenómeno es la así llamada ‘mal o enfermedad neerlandesa’, un fenómeno que se da cuando el rápido desarrollo de un sector de la economía, lo que a menudo se caracteriza por una apreciación sustancial de la moneda nacional, precipita una disminución en otros sectores, como la manufactura y la agricultura.
Ajeno a esta ‘maldición’, el Gobierno airea su disposición a utilizar los ingresos de sus enormes depósitos de petróleo en alta mar para financiar inversiones en minería, turismo, agricultura y otros sectores, informó en 2022 el presidente Mohamed Irfaan Ali ante el Consejo Atlántico en Washington.
«Si bien Guyana es un mercado emergente de hidrocarburos, nuestra economía no se basará en los hidrocarburos», avisó el mandatario.
La nación sudamericana planea utilizar la afluencia de fondos para construir carreteras e infraestructura y para abrir otras áreas de la economía, incluidas sus minas de oro, de diamantes, bauxita y cobre, enfatizó Ali.
Por su parte, durante un encuentro con funcionarios británicos mantenido en Georgetown el pasado noviembre, el ministro principal de Finanzas, Dr. Ashni Singh evocó los planes del Gobierno guyanés para diversificar su economía no petrolera y para invertir en los ciudadanos, con el objetivo de crear una fuerza laboral adecuadamente equipada y calificada en línea con la demanda actual y futura de nuevos conjuntos de habilidades.