domingo 24 de noviembre de 2024 1:09 am
Eddy Tolentino

Tirados y amontonados en el piso, decenas de manifestantes criticaron la manera como el mandatario ha manejado la crisis de refugio, que actualmente tiene a 65,000 recién llegados con temor de terminar en la calle. La Ciudad asegura que no puede más con la crisis.

El anuncio de alcalde Eric Adams de que le meterá tijera a los recursos de las agencias municipales, que verán recortes del 5% en los próximos meses y, que tendrá un fuerte impacto que mayormente sentirán comunidades vulnerables, los avisos de estadías máximas de 30 y 60 días en albergues para nuevos migrantes, que siguen llegando en masa a Nueva York, y la lucha que el mandatario no cesa en los tribunales para evitar dar techo a todos los recién llegados, hicieron que este jueves, desde diferentes sectores le hicieran una fuerte advertencia al mandatario local. Casi en las puertas de la casa en la que vive el burgomaestre, manifestantes se congregaron para gritarle que si no cambia la ruta con la que está manejando la crisis actual, la Gran Manzana se sumirá en un gran caos que afectará a miles de familia y la ciudad en general.

Y el mensaje no fue solo vocal, también resultó bastante ilustrativo, pues en bolsas de dormir y tirados en el piso, amontonados, decenas de nuevos migrantes, mayormente de Africa, El Caribe y Sudamérica, mostraron en los que la ciudad de Nueva York se convertirá si no se revierte la ruta.

La famosa edificación de Gracie Mansion, ubicada en la avenida East End y la calle 86, se convirtió en la nueva parada en la que líderes de organizaciones defensoras de inmigrantes y grupos vulnerables, y un centenar de recién llegados que temen ser desalojados de los refugios en los que actualmente viven, levantaron su voz contra el burgomaestre, a quien pidieron que deje de atacar la política de derecho a la vivienda de la Ciudad y de “convertir a los solicitantes de asilo en chivos expiatorios“.

Con carpas instaladas en el famoso lugar, ubicado en un sector exclusivo de la Gran Manzana, los nuevos migrantes reconocieron que falta ayuda del Gobierno federal para hacerle frente a la situación, pero advirtieron que es responsabilidad del Alcalde continuar fomentando protecciones para quienes huyeron de sus países y llegaron a los cinco condados en busca de una vida mejor. Hasta el momento se estima que desde la primavera pasada la Administración Adams, que inicialmente le abrió los brazos a los migrantes, ha ayudado en cuestiones de albergue y servicios básicos a unos 140,000 solicitantes de asilo, de los cuales 65,000 están actualmente en refugios y hoteles de emergencia de la Ciudad.

Murad Awawdeh, director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC) aseguró que si la Administración Municipal continúa por el camino que está promoviendo en este momento, pronto miles de familias no tendrán otra opción que terminar en la calle aumentando el panorama de personas desamparadas viviendo a la intemperie.

“La histórica política de Derecho a la Vivienda de Nueva York ha garantizado que todos los que consideran a Nueva York su hogar sean atendidos con dignidad y respeto. El alcalde Adams debería invertir en nuestras comunidades y fortalecer nuestra red de seguridad en lugar de atacar una política que ha impedido que los neoyorquinos vivan en la calle debido a la crisis de asequibilidad de la ciudad”, dijo el defensor de los inmigrantes, insistiendo en la necesidad de que se promuevan programas de reubicación en hogares permanentes.

“Llevamos más de un año proponiendo soluciones humanas y económicas para nuestro sobrecargado sistema de alojamiento. Soluciones como ampliar los vales CityFHEPS a los neoyorquinos independientemente de su estatus migratorio y aumentar las inversiones en servicios legales para que los solicitantes de asilo puedan avanzar con sus solicitudes de legalización y autorizaciones de trabajo para emprender el camino hacia la autosuficiencia y la independencia han caído en oídos sordos en el Gobierno Municipal”, agregó el activista. “Cuando apoyamos a nuestros vecinos históricamente sin vivienda y nuevos vecinos, estamos invirtiendo en la economía, la comunidad y la cultura de nuestra ciudad, y en todos los que consideran a Nueva York su hogar.

Charles Morales, uno de los manifestantes que llevó su bolsa de dormir y se plantó a la entrada de la mansión en la que vive el alcalde Adams, recordó que si no se toman acciones inmediatas, no solo él sino muchos otros inmigrantes y personas de bajos recursos de la Gran Manzana terminarán durmiendo en esa parte y otros lugares de la Ciudad.

“Necesitamos que haya albergue y soluciones de vivienda para todos. Necesitamos apoyo”, dijo el latino.

Valeria Paz Reyes, quien reveló que en el pasado fue indocumentada, leyó el testimonio de una familia venezolana con tres niños, que llegó a Nueva York hace varios meses y que no asistió a la manifestación por temor a represalias de la Administración local.

“Con mi esposo y mis hijos nos vinimos a Nueva York desde Venezuela buscando un futuro mejor y nos embarcamos en esto porque nuestro país no nos daba eso, pero aquí nos hemos encontrado con muchos obstáculos y recibimos una notificación de que tenemos 30 días para irnos del albergue, lo que nos preocupa, especialmente por el impacto que eso tendrá en nuestros niñnos, pues al menos un refugio nos ofrece un techo seguro”, aseguró la nueva migrante, identificada solo como Ariana.

La concejal Shahana Hanif, presidenta del Comité de Inmigración del Concejo Municipal, aseguró que mientras miles de solicitantes de asilo recién llegados intentan encontrar un hogar en Nueva York, el alcalde Adams está haciendo todo lo que está a su alcance para crear un ambiente hostil, por lo que le pidió cambiar el rumbo de su accionar.

“Desde deshacer nuestras protecciones del derecho a un refugio hasta entregar avisos de desalojo a los solicitantes de asilo, este alcalde está demostrando crueldad cuando esta ciudad necesita liderar con compasión”, dijo la política. “Estoy orgullosa de solidarizarme con tantos defensores que exigen que el alcalde Adams proteja a nuestras comunidades de inmigrantes, sin importar de dónde vengan. Este es el momento de ampliar los servicios sociales y los programas de apoyo a nuestros recién llegados, no de recortarlos”.

La concejal latina Carmen de la Rosa, aseguró que la solución a la creciente crisis de vivienda no es cortar la red de seguridad de comunidades vulnerables, sino financiar y apoyar a las agencias equipadas para trasladar a las poblaciones sin hogar a viviendas permanentes y dignas.

“Nuestra ley sobre el derecho a la vivienda no es una carga que haya que litigar, sino una fuente. Es un orgullo y un rayo de esperanza para muchos”, dijo la legisladora municipal. “Es cruel debatir si los seres humanos merecen o no un lugar donde quedarse, especialmente ahora que entramos en la temporada de invierno y enfrentamos crecientes costos de vida“.

Y en medio de las tiendas de campaña y decenas de inmigrantes provenienets de Africa sumados al mismo clamos de los recién llegados latinos, Amaha Kassa, directora ejecutiva de African Communities Together dijo que especialmente ahora que el Día de Acción de Gracias está a la vuelta de la esquina y el comienzo de otro invierno, es vergonzoso que el alcalde Adams vaya a los tribunales para destruir el derecho fundamental a la vivienda.

“En lugar de sacar a las familias inmigrantes a las calles después de 60 días, el alcalde debería liderar el camino para encontrar soluciones. Soluciones como vales, conversiones de hoteles y oficinas, y más fondos estatales y federales”, dijo la defensora. “De lo contrario, los sacos de dormir y las tiendas de campaña que están frente a Gracie Mansion hoy estarán en todas las calles de Nueva York mañana”.

Mohamed Q. Amin, director de la organización Caribbean Equality Project, aseguró que para muchos inmigrantes y solicitantes de asilo LGBTQ+ caribeños, incluidas las personas afectadas por el VIH, la política de derecho a la vivienda de Nueva York es un recurso que les salva sus vidas, y exigió mayores protecciones.

“La vivienda es un derecho humano que la Ciudad de Nueva York debe brindar independientemente del estatus migratorio y no deshumanizar a las poblaciones que ya son vulnerables. Muchas de las barreras que enfrentan los caribeños tienen sus raíces en traumas ancestrales, liberación de la poscolonización, fobias relacionadas con LGBTQ dentro de instituciones religiosas y comunidades caribeñas de la diáspora, falta de acceso a cultura y cultura”, dijo el activista.

Carolyn Tran, directora ejecutiva de Comunidades Unidas por el Estatus y la Protección (CUSP), criticó al mandatario local por su intento de suspender la “ley de derecho a la vivienda” de la ciudad de Nueva York, y dijo que ello refleja no sólo su falta de cuidado y compasión por los neoyorquinos más vulnerables, sino también la respuesta insuficiente de su administración para abordar la escasez de viviendas y la crisis de asequibilidad de la ciudad.

“Sacar a las familias migrantes de los refugios después de 60 días y pedir permiso para ignorar la antigua ley de “derecho a un refugio” de la ciudad no solucionará un sistema de refugios sobrecargado ni impedirá que los migrantes lleguen a Nueva York. La implementación de soluciones humanas en colaboración con defensores de primera línea es donde esta administración debería centrar su atención y su financiación”, recalcó la manifestante.

La Administración Adams defendió su proceder y asegura que incluso con las uñas ha intentado ayudar al nivel máximo a quienes buscan un nuevo hogar en la Gran Manzana, pero advirtió que hace meses están ahorcados y no hay recursos infinitos para seguir apoyando a quienes lleguen a la ciudad, entre ellos 2,800 migrantes nuevos que arribaron la semana pasada y cuya tendencia sigue igual.

“Más de 140.000 solicitantes de asilo han pasado por nuestro sistema de admisión desde la primavera de 2022, a todos los cuales se les ha ofrecido atención vital, incluido alojamiento, comida, acceso a atención médica, servicios de atención social, asistencia legal y más. Pero, con más de 65,600 migrantes todavía bajo nuestro cuidado y miles más que continúan llegando cada semana, hemos utilizado todos los rincones posibles de la ciudad de Nueva York y, sencillamente, nos hemos quedado sin buenas opciones para albergar a los migrantes“, dijo un vocero de la Alcaldía. “A menos que quienes ahora critican la respuesta de la ciudad de Nueva York tengan alternativas realistas que sugerir, les pedimos que se unan a nosotros para pedir ayuda significativa y una estrategia de descompresión de nuestros socios estatales y federales. Como hemos dicho repetidamente, una ciudad no puede seguir gestionando una crisis nacional casi por completo por sí sola. No es justo para los solicitantes de asilo y no es justo para los neoyorquinos de toda la vida”.

Hasta el momento la Ciudad de Nueva York ya ha gastado más de $2,700 millones solo en esta crisis, y se espera gastar $5,000 millones para fines de este año fiscal y unos $12,000 millones en el transcurso de tres años fiscales.

Datos sobre la crisis de recién llegados

139,500 migrantes han llegado a la ciudad desde la primavera pasada

65,500 viven actualmente en albergues bajo ayuda de la Ciudad

2,800 nuevos migrantes llegaron la semana pasada

30 y 60 días es el período que la Ciudad está dando para permanecer el albergues

5% recortará la ciudad a agencias municipales debido a la crisis

$2,700 millones ha gastado ya la Ciudad en esta crisis

$5,000 se espera sea el gasto total para fines de este año fiscal

Por Edwin Martínez

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