La administración Biden anunció una norma para reducir las emisiones de metano de la industria del petróleo y el gas de Estados Unidos.
En una medida importante para combatir el cambio climático, la administración Biden ha finalizado una norma dirigida a las emisiones de metano de la industria del petróleo y el gas de Estados Unidos.
Se espera que la norma, presentada en la cumbre climática COP28 en Dubai, consiga avances sustanciales para frenar uno de los gases de efecto invernadero más potentes, según publica CNN.
El compromiso de la administración Biden en la COP28
Mientras líderes de todo el mundo se reunían en la COP28 para abordar la urgente crisis climática, la administración Biden aprovechó el momento para introducir una norma crucial destinada a reducir las emisiones de metano.
El metano, un poderoso gas de efecto invernadero, es un subproducto de la extracción de combustibles fósiles y un importante contribuyente a la contaminación climática.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) será la fuerza impulsora detrás de la nueva regla, que reducirá las emisiones de metano en casi un 80% hasta 2038. Este ambicioso objetivo se logrará mediante la implementación de varias medidas, incluida el fin de la quema rutinaria de gas natural producido durante la perforación de pozos petroleros.
En cambio, el gas será capturado, lo que reducirá significativamente las emisiones.
Para garantizar una implementación efectiva, la regla impondrá un estricto monitoreo de fugas para compresores y pozos de petróleo y gas. Además, el uso de monitoreo independiente de terceros, aprovechando la tecnología satelital y de detección remota, apuntará a las grandes fugas de metano.
La EPA estima que estas medidas evitarán que aproximadamente 58 millones de toneladas de metano entren a la atmósfera, lo que equivale a sacar de circulación más de 300 millones de automóviles a gasolina durante un año.
Compromisos internacionales y compromiso de la industria
El anuncio se alinea con los compromisos más amplios asumidos en la COP28, donde 117 países se comprometieron a triplicar la energía renovable para 2030. La vicepresidenta Kamala Harris reforzó el compromiso de Estados Unidos al asignar $3 mil millones adicionales a la acción climática global.
Al mismo tiempo, cincuenta grandes empresas de petróleo y gas, incluidos los gigantes de la industria Exxon y Saudi Aramco, se comprometieron a reducir sus emisiones de metano entre un 80 y un 90 % para 2030.
Los expertos y defensores del clima enfatizan la importancia de tomar medidas rápidas sobre las emisiones de metano, considerando su importante potencial de calentamiento. La norma de la administración Biden es aplaudida por abordar las fugas y poner fin a la quema, lo que proporciona un fuerte incentivo para que la industria reduzca la contaminación y al mismo tiempo mejore la producción.
Si bien el pacto industrial para reducir la intensidad del metano para 2030 es aclamado como un paso positivo, algunos críticos argumentan que no alcanza objetivos más ambiciosos. La necesidad de rendición de cuentas y verificación es primordial, lo que refleja el sentimiento de que los compromisos deben ir acompañados de avances tangibles.
En un esfuerzo coordinado para garantizar el cumplimiento, un grupo de organizaciones, lideradas por Bloomberg Philanthropies y las Naciones Unidas, lanzarán un programa para monitorear el cumplimiento de las promesas de las 50 compañías petroleras. Esta capa adicional de supervisión tiene como objetivo mantener la transparencia y la responsabilidad en las iniciativas de reducción de metano de la industria.
Los esfuerzos colectivos de la comunidad internacional en la COP28 subrayan la urgencia de mitigar el cambio climático, centrándose en acciones tangibles que vayan más allá de la retórica. La norma, junto con los compromisos de la industria y los mecanismos de seguimiento, marca un momento decisivo en la lucha global contra el cambio climático.
