sábado 23 de noviembre de 2024 7:30 pm
Eddy Tolentino

Con más de 100,000 personas en albergues y hoteles de emergencia, mayormente solicitantes de asilo, en pleno frío, manifestantes instalaron carpas en Wall Street para exigir al Alcalde Adams que cese su lucha para acabar con la obligación municipal de suministrar techo y a la Gobernadora que impulse programas de inversión de vivienda permanente.

Las temperaturas gélidas ya aterrizaron en la Gran Manzana, y aunque el mercurio yéndose hacia abajo es algo típico por estas fechas, migrantes recién llegados como Yorman Lizcano, quien dejó todo en Rubio, Venezuela, tras escuchar que Nueva York le ha estado abriendo los brazos a los solicitantes de asilo, con techo, comida, y servicios básicos, están sintiendo el frío, literalmente en los huesos. El frío, y un temor enorme de quedarse sin un lugar donde “meter la cabeza”.

El joven de 27 años, quien llegó a la ciudad hace apenas unas semanas, confiesa que tuvo que dormir varios días en la calle, como le ha ocurrido a decenas de recién llegados en los últimos días, “poniendo trapos y cobijas regaladas”, antes de ser instalado en un refugio en Manhattan. Y mientras la temporada de invierno se acerca, el migrante sabe que las nuevas normas municipales que advierten que su estadía máxima será de 30 días, le aguará la Navidad.

“Yo sé que esta ciudad ha hecho mucho por nosotros, y aunque al principio pensaba que era un abuso pedir que nos resuelvan con sitios donde quedarnos, ya me explicaron que por ley la Ciudad nos tiene que dar albergue, porque entramos de manera legal, pidiendo asilo, y es su obligación velar por nosotros hasta que podamos valernos por nosotros mismos”, aseguró el padre de familia, quien dejó a sus dos niños y a su esposa en su tierra natal, y quien asistió este martes a una masiva manifestación en Wall Street, donde fueron instaladas varias carpas para pasar la noche, bautizadas como “Hochulville”.

La mexicana Iris Urbina, se sumó a la protesta contra la Ciudad y la Gobernación estatal, y en momentos en que los más de 210 refugios y hoteles de emergencia abiertos para migrantes nuevos alrededor de la Gran Manzana albergan a más de 100,000 personas, de las cuales 66,000 son solicitantes de asilo, y pidió al alcalde, Eric Adams que frene su intento por no dar refugio a quienes lleguen a la ciudad. Desde la primavera del año pasado han llegado más de 146,000 nuevos migrantes.

“Como migrante que soy, le pido al Alcalde que sea más humano y que piense en los derechos de los demás, que no sea egoísta. Nosotros venimos pidiendo asilo, no tenemos nadie que nos reciba y si nos deja sin refugio vamos a terminar en la calle”, aseguró la joven mexicana, originaria de Toluca. “Nos quieren sacar, pero no nos están dando apoyo, eso es mentira. Nos están diciendo que hay que irse y ya, pero el alcalde debe saber que tenemos derecho a tener refugio y en vez de fomentar que nos discriminen más, debería ayudarnos con más abogados y a acelerar los permisos de trabajo”.

El Contralor Municipal, Brad Lander, fue enérgico en arremeter contra el mandatario local, y aseguró que si continúa “atacando el derecho a refugio”, que por ley existe, para garantizar que nadie, ni recién llegado ni quienes llevan tiempo mucho viviendo en la Gran Manzana, tengan que dormir en calles, aceras y estaciones de tren, sus protestas serán mayores y habrá más carpas por todo lado.

“El Alcalde, en vez de darle la bienvenida real a los nuevos inmigrantes lo que hace es querer quitarles el derecho a albergue y eso es inconcebible”, dijo el funcionario municipal, advirtiendo que es inhumano que la Ciudad pretenda que familias y niños pasen las fiestas de fin de año sin techo y frío. “Si siguen sin hacer lo correcto nos van a escuchar más fuerte y cada vez más fuerte, porque especialmente ahora que vienen las festividades de fin de año no vamos a tolerar que esta Administración quiera poner a familias en calles y a niños con inestabilidad en las escuelas”, agregó insistiendo en que el límite de 60 días impuesto por la Ciudad, tras el cual deberán volver a solicitar su estadía y hasta dejar sus camas, es muy cruel.

Y aunque la Administración Municipal ha asegurado que los límites puestos son una manera para que los nuevos migrantes busquen opciones por ellos mismos, apoyados por la Ciudad, menos del 25% de los 20,773 migrantes que habían alcanzado el límite de 30 días hasta finales del mes pasado habían regresado a un refugio.

Milton Pérez, de la organización VOCAl-NY, advirtió que los esfuerzos del alcalde Adam y la gobernadora Hochul para desmantelar el derecho legal a la vivienda, que definió como una protección fundamental que ha salvado decenas de miles de vidas durante el último medio siglo y ha impedido que la ciudad de Nueva York experimente los campamentos masivos de tiendas de campaña en espacios públicos, pidió acciones para resolver la crisis de techo y no ataques.

“Hay leyes y políticas que llevan funcionando años otorgando protecciones para que la gente tenga refugio y si no actúan inmediatamente con recursos y programas, y si los enemigos insisten en ponerse contra nosotros, esto, es lo que vamos a seguir haciendo hasta ganar”, dijo el joven puertorriqueño, instando a que se utilicen recursos y herramientas para brindar refugio seguro a todos los que lo necesitan, trasladar a los neoyorquinos sin hogar desde hace mucho tiempo a viviendas permanentes lo más rápido posible y reasentar a los recién llegados en todo el estado.

“Durante los últimos 42 años, el derecho legal de Nueva York, Right the Shelter, ha funcionado para nuestra ciudad. Cuando la gente de Los Ángeles o San Francisco llega a Nueva York, se sorprenden de lo diferente que se ve aquí la falta de vivienda, porque llevamos mucho tiempo comprometidos con el ideal de que nadie debería tener que dormir en la calle. El derecho a la vivienda ya ha ayudado durante más de un millones de neoyorquinos sin hogar encuentran una manera de salir de las calles, y desmantelar ese derecho no hará más que conducir al surgimiento de tiendas de campaña “Hochulvilles” y al aumento del sufrimiento entre los más necesitados”, aseguró Dave Giffen, director ejecutivo de la Coalición para las Personas sin Hogar. “El ataque del alcalde Adams y la gobernadora Hochul a este derecho fundamental es cruel, contraproducente e innecesario, dadas las herramientas y recursos que la Ciudad – y, aún más, el Estado – tienen para abordar la crisis actual”.

Adriene Holder, abogada principal de Práctica civil de la organización Legal Aid Society, aseguró que se han identificado varios recursos para ayudar a la Ciudad a afrontar la crisis, pero dijo que los líderes neoyorquinos no han logrado implementar esas soluciones, no solo para recién llegados sino para todos aquellos desamparados que están en los refugios.

“En lugar de buscar un resultado que sólo conducirá a una gran cantidad de personas sin hogar en las calles y a un mayor sufrimiento, la Gobernadora Hochul y el alcalde Adams deben ejecutar plenamente estos pasos adicionales para aumentar la capacidad de los refugios y la transición de neoyorquinos sin hogar del refugio a la vivienda permanente”, dijo la defensora.

La nueva manifestación se da en momentos en que el alcalde Adams tiene planeado viajar a Washington para sostener varias reuniones para discutir la necesidad de que que el gobierno federal entregue ayuda a la Gran Manzana, que ya se ha gastado más de $2,100 millones.

“El objetivo aquí es ir constantemente, estar al frente y al centro y plantear inquietudes sobre cómo esto está afectando a nuestra ciudad”, dijo el mandatario, quien a pesar de las quejas y reclamos de diferentes sectores, ha insistido en que ha su Administración ha hecho lo mejor que ha podido para tender la mano a los recién llegados, pero hace mucho están ahorcados con falta de recursos.

Anthony Feliciano, vicepresidente del Departamento de Defensa de Housing Works, aseguró que tener una vivienda estable, mejora las condiciones de vida para todos, incluyendo a personas portadoras del VIH, y criticó que el alcalde Adams busque “hacer retroceder a la ciudad de Nueva York a los años 70, una época en la que miles de neoyorquinos sin hogar se vieron obligados a valerse por sí mismos en las calles y sufrieron y murieron a causa de heridas terribles”.

“La crueldad del alcalde Adams. El intento de poner fin al derecho a la vivienda y convertir a las familias e individuos inmigrantes recién llegados en Nueva York en chivos expiatorios tener efectos negativos en la salud física y mental de nuestros neoyorquinos en mayor riesgo y, en última instancia, terminarán

costando más a la ciudad”, dijo el activista. “Nueva York es una ciudad santuario y debe seguir siéndolo para proteger a los más vulnerables. Menospreciar este derecho es imponer castigos crueles e inusitados”.

Christine Quinn, presidenta y directora ejecutiva de Win, el mayor prestador de servicios de albergue de la ciudad para mujeres y niños, destacó que el derecho a la vivienda garantiza que ningún neoyorquino tenga que dormir en las calles, lo cual es especialmente importante ahora que viene el frío intenso.

“Es más que una política humana y compasiva: es una declaración de que creemos que nadie debería ser condenado a morir por exposición al frío mientras estamos bajo nuestro mando. Hacer retroceder el derecho a la vivienda no sólo resultará en que más personas vivan en condiciones inseguras y socavará nuestros esfuerzos por romper el ciclo de la falta de vivienda, sino que desgastará la fibra moral de nuestra ciudad”, dijo Quinn, al tiempo que pidió que el alcalde y la Gobernadora dejar de atacar el derecho a la vivienda y trabajar con sus defensores para lograr objetivos comunes.

“Poner fin al derecho a refugio allana el camino para que niños tan pequeños como bebés se vean obligados a salir a la calle y envía el mensaje de que Nueva York está dando la espalda a nuestros neoyorquinos más vulnerables y nuevos neoyorquinos, y eso simplemente no es lo que somos“, concluyó la defensora.

Datos

30 días es la estadía máxima para solteros recién llegados en albergues

60 días es la estadía actual máxima para familias con niños

100,000 personas y más hay actualmente en los albergues de la ciudad

66,000 de ellos son solicitantes de asilo

25% de los 20,773 migrantes que habían alcanzado el límite de 30 días hasta finales del mes pasado no regresaron a un refugio.

$2,100 millones ha gastado la ciudad en nuevos migrantes

Por Edwin Martínez

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