sábado 23 de noviembre de 2024 8:42 pm
Eddy Tolentino

Todo indica que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) acelera una medida que sacaría pronto estos productos del mercado legal. 63% de los hispanos que fuman en la Gran Manzana prefieren este sabor en sus cigarros.

Nuevamente desde Nueva York se agita otro movimiento de líderes electos, activistas de la salud y defensores comunitarios para dar fuerza a una propuesta que terminaría prohibiendo la fabricación y venta de cigarrillos mentolados y puros aromatizados en todo el país. De hecho, este lunes desde el Hospital de Harlem, en Manhattan, la senadora Kirsten Gillibrand encabezó una petición para que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) avance pronto en el siguiente paso que sacaría del mercado estos productos.

“Podríamos salvar 600,000 vidas en los próximos 40 años. Esta medida también ayudaría a abordar las profundas disparidades raciales relacionadas con el uso de mentol, que afectan desproporcionadamente a los afroamericanos”, destacó Gillibrand.

En concreto, se está exigiendo a la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca que revise las reglas propuestas por la FDA, que exigen prohibir el mentol como sabor característico en los cigarrillos, también los saborizantes, distintos del tabaco en todos los componentes de los puros.

Esta petición desde Nueva York, que se une a la de varias organizaciones y asociaciones nacionales asociadas con la salud, reaparece cuando los intentos legislativos de la Asamblea Estatal y el Concejo de la Ciudad de Nueva York por sacar del comercio formal a estos cigarros, han sido hasta ahora infructuosos. Y cuando todo indica que la medida está a punto de cristalizarse en Washington.

Con base a los argumentos ya conocidos, expuestos por Gillibrand y un grupo de activistas, los estudios demuestran que este tipo específico de productos, pueden ser más difíciles de dejar que los cigarrillos sin mentol.

Además, se precisó que “actualmente, más de la mitad de los fumadores adultos en la ciudad de Nueva York consumen cigarrillos mentolados, lo cual tiene un impacto fatal en la salud de los neoyorquinos de color”.

Más presión

La FDA había asomado prohibir este rubro de productos desde hace varios años, pero desde esta primavera anunció que seguiría adelante con lo que denomina técnicamente una restricción estándar, que entre otras razones, reduciría “la experimentación y la adicción” de los jóvenes.

El pasado mes de octubre esta agencia envió la norma a la Oficina de Gestión y Presupuesto para su revisión final. La expectativa de los defensores de esta prohibición, es que haya un pronunciamiento oficial, antes que finalice este año.

Se estima que el tabaquismo en todo el país se reduciría en un 15% y se podrían evitar entre 324,000 y 654,000 muertes en 40 años, si el mentol en los cigarrillos, ya no estuviera disponible.

“En 2023 los cigarrillos seguirán matando a demasiados neoyorquinos. Son especialmente adictivos y la industria tabacalera apunta agresivamente a nuestros niños para encaminarlos hacia la dependencia a una edad temprana”, consideró la senadora Gillibrand, apoyada por concejales y legisladores estatales.

“Esclavitud bioquímica“

En 2009, la FDA creó un sistema de salud pública de dos niveles, al prohibir todos los cigarrillos saborizados excepto los mentolados. Desde entonces, como denuncian los activistas, millones de muertes evitables por enfermedades relacionadas con el tabaquismo han devastado especialmente las comunidades marginadas y las personas de color.

De acuerdo con lo interpretado por Kirsten John Foy, presidente de la organización The Arc of Justice “la industria tabacalera nació y fue impulsada por la esclavitud anterior a la guerra y continúa manteniendo a todos los fumadores; y personas de color que son los consumidores mayoritarios de este producto depredador mortal, en esclavitud bioquímica”.

La última medida en contra del tabaco en Nueva York se precisó desde el 1 de septiembre de este año: El impuesto a los cigarrillos aumentó a $5,35 por paquete desde $4,35, lo que lo convierte en el impuesto a los cigarrillos más alto del país.

El riesgo para los más jóvenes

La Asociación Estadounidense del Pulmón ha remarcado que si la FDA logra esta medida, podría tratarse de la acción más importante que esta agencia federal ha tomado en 14 años, desde que se le otorgó la autoridad para regular el tabaco.

Como explica esta asociación, el mentol es un saborizante añadido que produce un sabor a menta y una sensación refrescante cuando se inhala. “Estos efectos sensoriales reducen la dureza del hábito de fumar, lo que hace que los productos mentolados sean más atractivos para que los usuarios jóvenes experimenten y avancen hacia un uso regular”.

Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), en 2021, cerca del 40% de los estudiantes actuales de secundaria y preparatoria que fumaban, informaron haber usado mentolados, y casi 8 de cada 10 jóvenes que consumían productos de tabaco usaban productos saborizados.

¿Qué dicen las tabacaleras?

De acuerdo con un amplio reporte publicado por The New York Times (TNYT) “los cabilderos tabacaleros están citando como ejemplo reciente, el fracaso de la prohibición existente en Nueva York, sobre los cigarrillos electrónicos con sabores, que todavía están disponibles en muchas tiendas de tabaco”.

Agregan que una prohibición simplemente llevaría a los fumadores a cambiar a cigarrillos sin mentol.

Asimismo, R.J. Reynolds una de las empresas tabacaleras que serían afectadas por esta eventual medida, manifestó en un comunicado compartido por TNYT que “una prohibición tendría poco impacto en el consumo general de cigarrillos y conduciría al peligroso mercado ilegal. Creemos firmemente que hay formas más efectivas de reducir los daños del tabaco, antes que prohibir los productos”.

El dato:

89 por ciento de los adultos negros y el 63 por ciento de los adultos latinos, que fuman en NYC, usan cigarrillos mentolados, en comparación con el 32 por ciento de los adultos blancos, destacan cifras de las autoridades de salud.

Por Fernando Martínez

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