Lauren Pazienza empujó en Manhattan a la entrenadora vocal de Broadway, Barbara Maier Gustern, y la dejó sangrando por la cabeza causándole una “hemorragia masiva” en el lado izquierdo del cerebro.
Una exorganizadora de eventos, que se declaró culpable de homicidio involuntario en agosto, fue condenada a ocho años y medio de prisión tras empujar sin haber sido provocado a una profesora de canto de Broadway de 87 años hacia una acera de Manhattan en 2022.
Felicia Menin, jueza de la Corte Suprema del estado de Manhattan, agregó el viernes seis meses a los ocho años ya acordados en el acuerdo de declaración de culpabilidad de Lauren Pazienza, de 28 años, diciendo que no creía que la mujer hubiese asumido la responsabilidad por sus actos.
La acusada dejó a Barbara Maier Gustern sangrando en una acera de Chelsea luego de que Pazienza la empujara y se fracturara el cráneo el 10 de marzo de 2022.
La anciana sufrió una “hemorragia masiva” en el lado izquierdo de su cerebro y murió tras pasar cinco días hospitalizada.
Pazienza podría haber enfrentado hasta 25 años de cárcel si no hubiese aceptado el acuerdo de culpabilidad y no hubiera sido declarado culpable por el jurado.
Como parte del acuerdo, la mujer admitió haber insultado a Gustern y haberla empujado deliberadamente al suelo. El motivo sigue sin estar claro.
Los fiscales dijeron previamente que la acusada arrolló a la víctima en una acera de Chelsea, la llamó “pu–” y la arrojó contra la acera por detrás.
Pazienza está arrestada en la prisión de Rikkers Island desde el mes de marzo de 2022, cuando un juez revocó su libertad bajo fianza.
“Lauren Pazienza empujó agresivamente a Barbara Gustern al suelo y se alejó mientras la querida neoyorquina yacía allí sangrando”, dijo el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, en un comunicado después de que ella se declarara culpable.
“La declaración de hoy responsabiliza a Pazienza por sus acciones mortales”.
La víctima mortal era una entrenadora vocal y entre sus clientes se encontraba celebridades como la cantante, Blondie Debbie Harry, así como Kimilee Bryant, de Carolina del Sur, que le decía a Gustern que era como su “mamá de Nueva York” y le dijo a Fox News que la profesora y su fallecido esposo la habían recibido cuando llegó a Nueva York en su primera etapa en Broadway en “El fantasma de la ópera”.
“Nos hicimos muy cercanos, porque realmente adoptaron muchos tipos de perros callejeros, como nos llamaban, para las vacaciones porque no podíamos volver a casa”, dijo. “No pude ir a casa para el Día de Acción de Gracias. Tuvimos un espectáculo”.
Por Marlyn Montilla