viernes 22 de noviembre de 2024 5:10 am
Eddy Tolentino

Con nombres como D. C. Weekly, New York News Daily y Chicago Chronicle, estos nuevos sitios de noticias falsas buscan dar la impresión de ser medios locales.

En las últimas semanas han surgido, en medio de la crisis del periodismo estadounidense, una serie de sitios web cuyos nombres sugieren un énfasis en las noticias cercanas: D. C. Weekly, New York News Daily, Chicago Chronicle y, una publicación hermana más reciente, Miami Chronicle.

En realidad, no son organizaciones de noticias locales. Son creaciones rusas, según investigadores y funcionarios gubernamentales, diseñadas para imitar a las organizaciones de noticias reales con el fin de difundir la propaganda del Kremlin intercalándola en una mezcla a veces extraña de historias sobre delincuencia, política y cultura.

Aunque Rusia lleva mucho tiempo buscando maneras de influir en el discurso público de Estados Unidos, estas recientes organizaciones de noticias falsas —al menos cinco, hasta ahora— representan un salto tecnológico en sus intentos de encontrar nuevas plataformas para embaucar a lectores estadounidenses desprevenidos. Según los investigadores y las autoridades, estos sitios podrían ser los cimientos de una red en línea preparada para difundir desinformación antes de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.

Patrick Warren, codirector del Centro Forense de Medios de la Universidad de Clemson que ha revelado las actividades furtivas de desinformación rusa, afirmó que los avances en inteligencia artificial y otras herramientas digitales “han facilitado aún más esta tarea y han hecho que los contenidos sean aún más específicos”.

El sitio web del Miami Chronicle apareció por primera vez el 26 de febrero. Su eslogan afirma falsamente haber ofrecido “las noticias de Florida desde 1937”.

Entre algunas noticias verdaderas, el sitio publicó la semana pasada una nota sobre una “grabación de audio filtrada” de Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para asuntos políticos de Estados Unidos, en la que habla de un cambio en el apoyo estadounidense a la asediada oposición rusa tras la muerte del disidente ruso Alexéi Navalny. La grabación es una burda falsificación, según funcionarios de gobierno que solo aceptaron hablar de manera anónima para poder comentar temas de inteligencia.

La campaña, según expertos y funcionarios, parece implicar a restos del imperio mediático controlado en su momento por Yevgeny Prigozhin, un antiguo socio del presidente ruso, Vladimir Putin, cuya fábrica de troles, la Agencia de Investigación de Internet, interfirió en las elecciones presidenciales de 2016 entre Donald Trump y Hillary Clinton.

Prigozhin murió en un accidente aéreo a las afueras de Moscú en agosto tras liderar un breve levantamiento militar contra el ejército ruso, pero la continuidad de sus operaciones subraya la importancia que el Kremlin otorga a sus batallas informativas en todo el mundo. No está claro quién ha tomado el timón de esa operación.

“Putin sería un completo idiota si dejara que la red se desmoronara”, señaló Darren Linvill, socio de Warren en la Universidad de Clemson. “Necesita la red Prigozhin más que nunca”.

Los investigadores de Clemson revelaron las conexiones rusas detrás del sitio web D. C. Weekly en un informe en diciembre. Tras su revelación, empezaron a aparecer narrativas rusas en otro sitio que se había creado en octubre, Clear Story News. Desde entonces, han aparecido nuevos medios.

Los sitios web del Chicago Chronicle y del New York News Daily, cuyo nombre evoca claramente al famoso tabloide de la ciudad Daily News, se crearon el 18 de enero, según la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números, que supervisa los dominios.

Todos los medios utilizan el mismo software de WordPress para crear sus sitios y, por lo tanto, tienen diseños similares.

Los logotipos y nombres de los medios evocan una época pasada del periodismo estadounidense, en un intento por crear una apariencia de autenticidad. Un periódico real llamado The Chicago Chronicle funcionó de 1895 a 1907, antes de desaparecer por una razón muy familiar para los periódicos de la actualidad: no fue rentable.

Además, se actualizan periódicamente con las principales noticias de última hora, creando a primera vista la impresión de actualidad. Un artículo sobre la decisión de la Corte Suprema acerca de la elegibilidad de Trump para permanecer en la papeleta de las primarias en Colorado apareció en el sitio del Miami Chronicle pocas horas después de la decisión.

En otros aspectos, los sitios web están mal construidos, incluso incompletos en algunas secciones. Por ejemplo, la sección “Acerca de” del Miami Chronicle está llena de “Lorem ipsum”, el texto en latín que se utiliza como relleno estándar. Algunas imágenes del sitio tienen nombres de archivo del ruso original. (Ninguno de los sitios publica información de contacto que funcione).

El objetivo no es engañar a un lector perspicaz para que profundice en el sitio web y mucho menos que se suscriba, explicó Linvill. El objetivo es dar un aura de credibilidad a las publicaciones en las redes sociales que difunden la desinformación.

La labor sigue un patrón que el Kremlin ha utilizado antes: blanquear afirmaciones que aparecen primero en línea a través de organizaciones de noticias menores. Esas informaciones se difunden de nuevo en internet y aparecen en otras organizaciones de noticias, incluidas las agencias de noticias estatales y las cadenas de televisión rusas.

“La página solo está ahí con el fin de parecer lo suficientemente realista como para engañar a un lector ocasional haciéndole creer que está leyendo un artículo genuino, de marca estadounidense”, aseguró Linvill.

Según el estudio de Clemson, D. C. Weekly publicó varias narrativas del Kremlin a partir de agosto. Una de ellas incluía la falsa afirmación de que la esposa del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, había comprado joyas con un valor de más de 1,1 millones de dólares en la tienda Cartier de Nueva York durante su visita a las Naciones Unidas en septiembre.

El sitio afirma contar con una plantilla de 17 periodistas, pero parecen ser personajes inventados. La biografía de la autora de esa nota, llamada Jessica Devlin, utilizó como imagen de perfil una fotografía de Judy Batalion, autora de un libro exitoso sobre mujeres judías que lucharon contra los nazis. Batalion dijo que nunca había oído hablar del sitio ni de la autora hasta que los verificadores de hechos se pusieron en contacto con ella.

Otros artículos que aparecen en los sitios parecen haber sido tomados de organizaciones de noticias reales, como Reuters y Fox News, o de agencias de noticias en inglés de medios de comunicación estatales rusos, como RT. Algunas historias han incluido por descuido instrucciones o respuestas de uno de los chatbots de OpenAI, según escribieron Linvill y Warren en el estudio.

Los artículos suelen recibir cientos de publicaciones en diversas plataformas, como X, antes conocida como Twitter; Facebook, y Telegram, así como Reddit, Gab y Truth Social, aunque es difícil medir el alcance exacto. En conjunto, en teoría podrían llegar a miles de lectores, incluso millones.

“Esto es sin duda un preludio del tipo de interferencia que veremos en el ciclo electoral”, concluyó Linvill. “Es barato, muy selectivo y obviamente eficaz”.

nytimes.com

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