Las condiciones para llevar a cabo las labores de rescate se han dificultado a causa de la nieve, pues se esperan fuertes nevadas este domingo en la noche.
El número de víctimas del terremoto de magnitud 7.6 en Japón, ocurrido en el día de Año Nuevo, aumentó a 126, así como 560 heridos y 222 desaparecidos.
Las condiciones meteorológicas adversas han complicado las labores de rescate, con zonas afectadas cubiertas de nieve. La prefectura de Ishikawa, donde se registró el epicentro del terremoto, esperaba fuertes nevadas durante la noche del domingo.
Esta situación supone un obstáculo adicional para los equipos de rescate, que trabajaban contrarreloj para encontrar a los desaparecidos y llevar víveres y asistencia médica a las aldeas aisladas.
Muchas comunidades de la península de Noto, en el lado del Mar de Japón de la isla de Honshu, la principal del país, quedaron incomunicadas por los daños en las carreteras y los más de 1,000 corrimientos de tierra que se estima que se produjeron tras el sismo.
Entretanto, habitantes de estas zonas tuvieron que caminar durante horas por el barro para conseguir alimentos y otros suministros básicos, informó Deutsche Welle.
Por su parte, el gobierno japonés ha movilizado a unos 20,000 efectivos, entre militares, policías y bomberos, para participar en las labores de rescate y asistencia. El primer ministro, Yoshihide Suga, visitó el sábado algunas de las zonas más afectadas y prometió que harán todo lo posible para ayudar a los damnificados.
El terremoto del día de Año Nuevo fue el más fuerte que ha sacudido Japón desde el de 2011, que provocó un tsunami y un accidente nuclear en la central de Fukushima. Japón es uno de los países más propensos a sufrir terremotos en el mundo, debido a su ubicación en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de alta actividad sísmica y volcánica.
Con información de Deutsche Welle