viernes 22 de noviembre de 2024 8:15 pm
Eddy Tolentino

Educadores consultados en las calles de la Gran Manzana, coinciden en que es momento de poner regulaciones a las empresas tecnológicas, pues estas plataformas son más adictivas que las drogas. 70% de los estudiantes de secundaria pasan más de tres horas diarias frente a las pantallas.

Dos “retos” difundidos en redes sociales, han sido identificados por las autoridades de Nueva York como los motores principales de varias desgracias y de un perfil de robos.

Primero, el juego mortal de “surfear” en los vagones del Subway, se asocia con la plataforma TikTok: se ha detectado que se promueven piruetas peligrosas en el sistema de transporte y quien lo logre, obtiene miles de ‘likes’ y seguidores.

Y, segundo, detrás del creciente aumento de robos de vehículos Kia y Hyundai, el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) ha precisado que tiene como detonante, “manuales de instrucción” en la red de videos TikTok, en donde se anima y se le explica a los adolescentes, cómo robar con pasos sencillos estos vehículos.

Eso no es todo. Desde hace varios meses el alcalde Eric Adams y su equipo han puesto el dedo en el renglón de los efectos devastadores que tiene la adicción a las redes sociales en niños y adolescentes y su vínculo con problemas de salud mental y suicidios.

Pero esta semana llegó más lejos, al anunciar la presentación de una demanda para responsabilizar a cinco plataformas de redes sociales (TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat y YouTube) por impulsar el crecimiento a nivel nacional de problemas de salud mental en los más jóvenes.

De esta forma, la Ciudad se une a cientos de distritos escolares de todo el país para presentar litigios que buscan obligar a los gigantes tecnológicos a algunas modificaciones, a la vez hacerlas responsables de los costos de abordar esta amenaza a la salud pública.

Se pondera que la municipalidad invierte anualmente $100 millones en programas de salud mental, para revertir los efectos de estas tecnologías.

“Competencia por cosas tontas”

Más de 150 defensores de las comunidades escolares, investigadores, tecnólogos, proveedores de salud mental, organizaciones comunitarias y asociaciones de jóvenes de la ciudad de Nueva York, respaldan la acción municipal de trazar límites más drásticos a las corporaciones tecnológicas.

En las calles y en varias encuestas, educadores, padres y representantes respaldan en “todas sus letras” las preocupaciones de las autoridades de Salud de la Gran Manzana.

Tal es el caso, de la maestra dominicana Yaina Guinoa, quien asegura que los niños están teniendo cambios en sus patrones de conectar con otras personas y están expuestos a ambientes “virtuales” muy negativos.

“Es una generación que está creciendo sometida al estrés, al exceso de información y una competencia por cosas tontas, como nunca antes. Ese esquema de estar comparándote a cada segundo con el estilo de vida de otros, afecta la autoestima y crea un aislamiento de niños y jóvenes. Están en una reunión familiar y solo ven la pantalla del teléfono. Nada les interesa más que lo que pasa en las redes”, analizó la isleña, con apenas dos años en la Gran Manzana.

Yaina aduce que “es un fenómeno mundial”, pero que tiene más incidencia en ciudades como esta, en donde los niños desde muy pequeños, tienen acceso más fácil a la tecnología de todo tipo y a mejores teléfonos. Pero a la vez, a un exceso de información muy dañina, que básicamente les crea muchas frustraciones.

Asimismo, la puertorriqueña Candy Melo, de 48 años, residente de Washington Heights, cuenta que en horas nocturnas ella “confisca” los teléfonos a sus dos hijos adolescentes, porque solían durar hasta altas horas de la madrugada viendo “porquerías”.

“Las redes son peor que las drogas, porque llevan a esos muchachos a cosas muy malas. Se sienten menos o más, por estupideces. Pero la gran pregunta, es qué preferimos como padres: ¿Que estén como bobos en una pantalla, o que estén en la calle buscando peligro?

Un mundo virtual adictivo

El criterio de la demanda interpuesta esta semana es que esta tecnología está alimentando una crisis nacional de salud mental juvenil, al diseñar intencionalmente un mundo virtual adictivo, al utilizar algoritmos dañinos dirigidos a los jóvenes.

Por su parte, el comisionado del Departamento de Salud e Higiene Mental de la ciudad de Nueva York (DOHMH), Dr. Ashwin Vasan comparó estas plataformas como “toxinas” como el plomo y la nicotina.

Actualmente la ciudad de Nueva York está empleando una amplia gama de herramientas para contraatacar, incluida la educación, la concientización, la investigación y la regulación. Esta demanda es otro paso, para buscar soluciones más de fondo.

“Los días de libertad absoluta para los gigantes tecnológicos deben terminar. Esperar que se autorregulen es ingenuo”, aseveró Vasan.

En este sentido, Eva Wong, directora ejecutiva de la Oficina de Salud Mental Comunitaria de la Alcaldía de NYC refiere que muchas veces, las redes sociales exponen a nuestros niños al ciberacoso, problemas de imagen corporal, depredadores en línea, preocupaciones sobre la privacidad y un riesgo creciente de depresión, ansiedad, sentimientos de aislamiento e incluso suicidio.

“Como madre, estoy profundamente preocupada por el efecto negativo duradero que tienen las redes sociales en la configuración de la cultura juvenil. Y hoy, como Ciudad, decimos que no basta con simplemente advertir a los jóvenes sobre estos peligros. Debemos responsabilizar a las empresas por crear y sacar provecho de una verdadera toxina ambiental”.

Datos abrumadores

En la ciudad de Nueva York, más del 38% de los estudiantes de secundaria informaron sentirse tan tristes o desesperados durante el año pasado, que dejaron de realizar sus actividades habituales.

La tasa de desesperanza entre los estudiantes de secundaria en 2021, fue casi un 50% más alta para los estudiantes latinos y negros que para los estudiantes blancos.

Hoy en día, más de un tercio de los niños de 13 a 17 años en todo el país, informan que utilizan las redes sociales, “casi constantemente” y admiten que esto es “demasiado”.

Sin embargo, más de la mitad de estos niños, informan que les resultaría difícil reducir el uso de las redes sociales.

Asimismo, en 2021 el 77% de los estudiantes de secundaria de la Gran Manzana, manifestaron que pasaban un promedio de tres o más horas por día escolar frente a pantallas, sin incluir el tiempo dedicado a las tareas escolares.

El año pasado, el alcalde Adams anunció el lanzamiento de TeenSpace, un servicio gratuito de telesalud mental disponible para todos los adolescentes de la ciudad de Nueva York, entre 13 y 17 años, que les permite conectarse con un terapeuta autorizado a través de teléfono, video y texto. En los tres meses de funcionamiento, este consultorio virtual ha atendido a más de 2,000 jóvenes en los cinco condados.

Meta se disculpa

La demanda interpuesta por la Ciudad de Nueva York, sigue a la de otros estados, exactamente por la misma razón: el enganche adictivo de los niños a estas plataformas, incluso cuando la compañía dijo que sus sitios de redes sociales eran seguros para los jóvenes.

Colorado y California encabezaron una demanda conjunta presentada por 33 estados en el Tribunal de Distrito de EE. UU. para el Distrito Norte de California, acusando a Meta, propietaria de Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger de violar las leyes de protección al consumidor al atrapar injustamente a niños y engañar a los usuarios sobre la seguridad de sus plataformas.

En un comunicado replicado por The New York Times, la gigante Meta aseguró que estaba trabajando para brindar un entorno más seguro para los adolescentes en sus aplicaciones y ha introducido más de 30 herramientas para apoyar a los adolescentes y sus familias.

“Estamos decepcionados que en lugar de trabajar productivamente, con empresas de toda la industria, para crear estándares claros y apropiados para la edad de las muchas aplicaciones que usan los adolescentes, los fiscales generales hayan elegido este camino”, expresó la corporación tecnológica.

A principios de año, en una comparecencia ante el Capitolio, para analizar los daños causados por las redes sociales a los niños, Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, se disculpó con las familias que informaron daños a sus hijos por estas tecnologías.

Plataformas se defienden

Los representantes de YouTube dijeron a medios locales ante la “declaratoria de guerra” planteada desde varios Estados, que habían implementado una variedad de salvaguardas para los usuarios jóvenes, incluida la adición de “funciones de bienestar digital” y la eliminación de contenido que “pone en peligro el bienestar emocional de los menores o promueve el suicidio y la autolesión”.

Asimismo, un portavoz de TikTok el pasado mes de enero, asegura que sus empresas han agregado ayudas para el usuario para mejorar la salud mental de los jóvenes, como recordatorios de la hora de acostarse y restricciones de edad.

La compañía también dijo que creó una interfaz de programación de aplicaciones que incluye datos públicos sobre el contenido y las cuentas de la plataforma, que está disponible para los investigadores estadounidenses.

Detalles de la demanda:

La demanda presentada en el Tribunal Superior de California por la Ciudad de Nueva York, el Departamento de Educación de NYC y la Corporación de Hospitales Públicos de NYC (H+H), busca ciertas regulaciones a las empresas que operan TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat y YouTube, responsables de su papel en la creación de la crisis de salud mental juvenil en la ciudad de Nueva York.

La demanda alega que las empresas diseñaron intencionalmente sus plataformas para manipular y hacer adictos a niños y adolescentes a aplicaciones de redes sociales.

También las acusan de usar algoritmos para generar ‘feeds’ que mantengan a los usuarios en las plataformas por más tiempo y fomenten el uso compulsivo.

Se deja claro que usan mecanismos similares, a los juegos de azar en el diseño de aplicaciones, que permiten la anticipación y el anhelo de acumular obsesivamente “me gusta” y “corazones”.

La demanda afirma específicamente que la conducta intencional y la negligencia de las empresas han sido un factor sustancial, para alimentar una crisis de salud mental juvenil, que constituye un flagelo que afecta a las escuelas, los hospitales públicos y las comunidades de toda la ciudad.

El dato:

77% de los estudiantes de secundaria de la Gran Manzana, manifestaron que pasaban un promedio de tres o más horas por día escolar frente a pantallas, sin incluir el tiempo dedicado a las tareas escolares

Por Fernando Martínez

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