viernes 22 de noviembre de 2024 4:35 pm
Eddy Tolentino

El ataque del sábado en Gaza impactó una vivienda y un almacén adyacente que servía de alojamiento a desplazados, en la entrada a la ciudad de Zawaida, mientras los mediadores buscan un cese al fuego.

DEIR AL-BALAH, Gaza — Un ataque aéreo israelí mató el sábado a al menos 18 personas, todas de una misma familia, horas después que los mediadores expresaran su optimismo ante un inminente acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamas tras 10 meses de guerra,

En un comunicado conjunto, los mediadores de Estados Unidos, Egipto y Catar indicaron que tras dos días de conversaciones se había presentado una propuesta para librar las diferencias entre Israel y Hamás y que esperaban concretar los detalles de su implementación la próxima semana en El Cairo.

Los esfuerzos de mediación no sólo buscan garantizar la liberación de decenas de rehenes israelíes y detener los combates que han devastado Gaza, donde el número de muertos ha superado los 40,000 y se teme un posible brote de polio.

También buscan aplacar las tensiones regionales que amenazan con desembocar en una guerra más amplia ante el temor a que Irán y la milicia libanesa Hezbollah puedan atacar Israel en respuesta al asesinato de altos cargos insurgentes.

El ataque del sábado en Gaza impactó una vivienda y un almacén adyacente que servía de alojamiento a desplazados, en la entrada a la ciudad de Zawaida, según el hospital Mártires de Al-Aqsa, en Deir al-Balah, a donde fueron trasladadas las víctimas. Un reportero de The Associated Press en el centro contó los cadáveres a su llegada.

Entre los muertos se encontraba un mayorista identificado como Sami Jawad al-Ejlah, que se coordinaba con el ejército israelí para llevar carne y pescado a Gaza.

El ataque también mató a sus dos esposas, 11 de sus hijos — con edades comprendidas entre los 2 y los 22 años, la abuela de los niños y otros tres familiares, de acuerdo con un listado distribuido por el hospital.

“Era un hombre pacífico”, dijo Abu Ahmed, un vecino que sufrió heridas leves. En el momento del ataque, en la casa y el almacén había más de 40 civiles refugiados, agregó.

El ejército israelí, que no suele comentar operaciones individuales, declaró que había atacado “infraestructuras terroristas” en el centro de Gaza, desde donde se habían lanzado misiles contra Israel en las últimas semanas. El ejército israelí afirmó que seguía atacando a los insurgentes en el centro de Gaza.

El ejército ordenó una nueva evacuación masiva de zonas del centro de Gaza. En una publicación en la red social X, el vocero militar Avichay Adraee dijo que los palestinos que estaban en el campo de refugiados urbano de Maghazi y en sus inmediaciones debían abandonar la zona.

“El sufrimiento comenzó desde el día en que salimos de nuestras casas”, dijo Ahmad Omrani, uno de los afectados por la orden, mientras vehículos cargados, bicicletas y carros tirados por burros zigzagueaban entre los escombros. “Sufrimos miedo y ansiedad, y tememos por los niños que juegan en la calle. No se puede dormir, sentarse ni comer bien”.

La inmensa mayoría de la población gazatí se ha visto desplazada por los combates, a menudo en varias ocasiones, y el ejército ha ordenado la evacuación de alrededor del 84% del territorio, según Naciones Unidas.

La guerra comenzó tras la incursión insurgente en el sur de Israel, dirigida por Hamas, el 7 de octubre, en la que murieron unas 1,200 personas, en su mayoría civiles, y otras 250 fueron tomadas como rehenes.

Más de un centenar fueron liberados durante una tregua temporal en noviembre, y se cree que en Gaza habría aún unas 110, aunque las autoridades israelíes creen que alrededor de un tercio han muerto.

Israel afirma haber matado a más de 17,000 combatientes de Hamas, pero no ha aportado pruebas.

Al menos 40,074 palestinos han perdido la vida desde el inicio de la guerra, dijo el sábado el Ministerio de Salud de Gaza, cuyo conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes.

En Cisjordania, ocupada por Israel, el ejército israelí aseveró haber atacado una “célula terrorista” en Jenin. El Ministerio de Salud informó de que dos cadáveres habían sido trasladados a un hospital público.

NEGOCIADORES TRABAJAN POR UN CESE AL FUEGO

Los mediadores llevan meses intentando cerrar un plan en tres fases por el que Hamás liberará a los demás rehenes a cambio de un alto al fuego duradero, de la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y de la liberación de palestinos encarcelados por Israel.

En las últimas semanas, los esfuerzos han cobrado mayor urgencia tras la muerte de un alto mando de Hezbollah en un ataque aéreo israelí en Beirut y del principal dirigente político de Hamás en una explosión en Teherán de la que se culpó ampliamente a Israel.

Israel y Hezbollah libran sus propias escaramuzas desde el inicio de la guerra. Un ataque israelí mató el sábado a al menos 10 ciudadanos sirios en el sur de Líbano, incluyendo una mujer y sus dos hijos, de acuerdo con el Ministerio de Salud del país. Israel dijo que atacó un depósito de armas de la milicia.

En una aparente señal de confianza, los mediadores estaban comenzando los preparativos para implementar la propuesta de alto al fuego incluso antes de su aprobación, dijo un funcionario estadounidense, quien habló bajo condición de anonimato en cumplimiento con las normas establecidas por la Casa Blanca.

El equipo negociador israelí expresó al primer ministro Benjamin Netanyahu “un cauto optimismo sobre la posibilidad de avanzar hacia un acuerdo”, según un comunicado de la oficina del mandatario israelí.

Un funcionario israelí dijo que una delegación iba a viajar a El Cairo el domingo para continuar las negociaciones. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar de las delicadas negociaciones con los medios de comunicación.

Pero Hamás ha puesto en duda la posibilidad de un acuerdo inminente y afirma que la última propuesta divergía significativamente de una versión anterior que habían aceptado en principio.

Hamas ha rechazado las exigencias de Israel, que incluyen una presencia militar duradera a lo largo de la frontera con Egipto y una línea que dividiría a Gaza en dos donde registraría a los palestinos que regresaran a sus hogares en busca de combatientes.

Israel se mostró flexible en cuanto a la retirada del corredor fronterizo, y la próxima semana estaba prevista una reunión entre militares egipcios e israelíes para acordar un mecanismo de retirada, según dos funcionarios egipcios, que hablaron bajo condición de anonimato ya que no estaban autorizados a hablar de las negociaciones privadas.

Miles de israelíes volvieron a manifestarse el sábado por la noche para exigir un alto al fuego. “Necesitamos también el alto al fuego para nuestra seguridad porque el ejército no es capaz de luchar durante tantos meses”, dijo el manifestante Uri Aluma.

Por Wafaa Shurafa y Samy Magdy

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