Un reciente BMC Salud Pública Un estudio de revista investiga los efectos de la contaminación del aire y los factores del estilo de vida sobre la mortalidad.
El papel crucial de las elecciones de estilo de vida en la salud y el bienestar
Los factores del estilo de vida, como la actividad física, el sueño, los hábitos alimentarios, la exposición a la nicotina y el índice de masa corporal (IMC), son cruciales para combatir las implicaciones económicas y médicas asociadas con muchas enfermedades.
Estudios anteriores han destacado que la inactividad física, la mala alimentación, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo contribuyen al 60% de la mortalidad prematura. Estos factores de estilo de vida poco saludables también aumentan el riesgo de enfermedad coronaria, cáncer, hipertensión y diabetes; por lo tanto, mantener un estilo de vida saludable es esencial para mejorar la calidad de vida en general.
La contaminación del aire ambiente está estrechamente relacionada con la salud humana. De hecho, un informe de 2018 indicó que el 6% de las muertes mundiales se atribuyeron a la contaminación del aire ambiente. Aunque los seres humanos están expuestos a múltiples contaminantes del aire simultáneamente, la mayoría de los estudios han investigado el impacto de cada uno de los contaminantes del aire en los riesgos de mortalidad.
Es imperativo comprender la relación combinada entre los factores del estilo de vida, la contaminación del aire y la mortalidad por todas las causas. Además, se necesitan más pruebas para dilucidar cómo las interacciones entre los estilos de vida y la contaminación del aire afectan la salud.
Sobre el estudio
El presente estudio de cohorte prospectivo basado en la población se realizó para evaluar la posible asociación entre diversos factores de estilo de vida y contaminantes del aire, incluidas las partículas en suspensión (PM2.5PM10PM2,5−10), óxidos de nitrógeno (NOX) y el riesgo de mortalidad por cualquier causa.
Los datos del Biobanco del Reino Unido se utilizaron para obtener información genética y de salud de más de 500.000 personas de entre 37 y 73 años. Para el estudio actual, 271.075 participantes del Biobanco del Reino Unido cumplieron todos los criterios de elegibilidad.
Al inicio, se obtuvo información sobre cinco factores diferentes del estilo de vida, incluido el tabaquismo, el consumo de alcohol, la actividad física, la dieta y el sueño. Los modelos de Regresión del Uso de la Tierra (LUR), que se desarrollaron a partir de los proyectos del Estudio Europeo de Cohortes para los Efectos de la Contaminación del Aire, se utilizaron para estimar el promedio anual de PM.2.5PM10y PM2,5-10 y NOx. Los datos sobre las tasas de mortalidad se obtuvieron del Centro de Información del Servicio Nacional de Salud (NHS) de Inglaterra y Gales y del Registro Central del NHS de Escocia.
Hallazgos del estudio
Los estilos de vida saludables se asociaron con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, mientras que una mayor exposición a NOx, PM2.5y PM10 se correlacionó positivamente con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas. La fuerza de la asociación entre estilos de vida poco saludables y el riesgo de mortalidad difirió entre los subgrupos de contaminación del aire, observándose una asociación más fuerte en los subgrupos con niveles más bajos de contaminación del aire.
Aproximadamente el 23% de los participantes del estudio tenía un estilo de vida poco saludable, el 61% seguía un estilo de vida general y el 16% tenía un estilo de vida saludable. La edad media de los participantes con un estilo de vida saludable fue de 56 años, la mayoría de los cuales eran blancos y hombres.
Entre los contaminantes del aire, PM2.5 se asoció fuertemente con la mortalidad, posiblemente debido a su pequeño tamaño y su capacidad para permanecer suspendido en la atmósfera durante períodos prolongados, causando daño pulmonar. Las partículas también absorben sustancias tóxicas del aire y penetran en los pulmones.
PM10 Contiene principalmente elementos naturales en lugar de metales pesados y es relativamente menos tóxico que el PM2.5. Sin embargo, la exposición combinada a múltiples contaminantes del aire se asoció con un impacto mayor que la exposición individual.
En consonancia con informes anteriores, los resultados del estudio destacan que una buena calidad del sueño, una actividad física suficiente, no fumar y una dieta saludable podrían reducir positivamente las tasas de mortalidad. Entre los diferentes factores del estilo de vida, el tabaquismo fue el que se asoció más fuertemente con la mortalidad, lo que podría atribuirse al hecho de que la exposición a la nicotina aumenta la inflamación e induce estrés oxidativo.
El consumo de alcohol no se correlacionó significativamente con la mortalidad por todas las causas. Este hallazgo contradice un estudio anterior que reveló que beber con moderación es más saludable que no beber porque el vino contiene compuestos biológicamente activos como las antocianinas y el resveratrol que reducen el estrés oxidativo y regulan el metabolismo de los lípidos. Teniendo en cuenta los hallazgos contradictorios, se necesita más investigación para comprender mejor la asociación entre el consumo de alcohol y los riesgos de mortalidad.
Conclusiones
Existen múltiples factores relacionados con el estilo de vida que tienen un efecto protector sinérgico sobre los riesgos de mortalidad; por lo tanto, es importante mantener una variedad de factores relacionados con el estilo de vida para promover una buena salud. Por el contrario, una amplia investigación ha documentado un impacto adverso acumulativo de múltiples contaminantes del aire sobre la mortalidad.
La asociación entre el riesgo de mortalidad y los estilos de vida poco saludables se hizo más significativa a medida que la densidad de la contaminación del aire se redujo de alta a baja. Estos hallazgos ponen de relieve la importancia de adoptar medidas bien coordinadas para mejorar la calidad del aire y adoptar un estilo de vida saludable, lo que debería minimizar el riesgo de mortalidad.
Las principales limitaciones del presente estudio incluyen la posible presencia de errores de medición y la existencia de factores de comportamiento adicionales que no fueron considerados. Tampoco había datos disponibles para estudiar los efectos de la exposición al ozono, el monóxido de carbono y el dióxido de azufre sobre el riesgo de mortalidad. Los factores de confusión residuales también pueden haber afectado los resultados a pesar de controlar múltiples covariables.
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