jueves 21 de noviembre de 2024 10:38 am
Eddy Tolentino

Los científicos han descubierto que más del 90% de la superficie de Ceres, un planeta enano situado entre Marte y Júpiter en el cinturón de asteroides, está compuesta por hielo de agua. Ceres es un cuerpo único que, a pesar de su gran tamaño y características como la presencia de volcanes, no es ni un planeta completo ni una luna. Se le considera un planeta embrionario que nunca llegó a desarrollarse plenamente. Sin embargo, lo que lo hace más interesante es la creciente evidencia de que Ceres alguna vez albergó océanos, los cuales, con el tiempo, se congelaron, formando parte de su actual superficie.

Un reciente estudio de la NASA y la Universidad Purdue sugiere que estos océanos primigenios no eran de agua pura, sino que tenían una consistencia turbia y fangosa. Esta hipótesis se basa en el análisis del comportamiento de los cráteres de Ceres, utilizando datos recopilados por la misión Dawn. Las simulaciones muestran que el hielo en Ceres es mucho más resistente de lo que se esperaba, lo que se debe a la posible mezcla de este hielo con materiales rocosos.

El estudio sugiere que, al igual que Europa, la luna de Júpiter, Ceres pudo haber sido un mundo oceánico. Sin embargo, sus océanos habrían sido sucios y llenos de sedimentos, que al congelarse crearon una corteza helada con rocas atrapadas en su interior. La sonda Dawn también descubrió hielo debajo de la superficie de Ceres, con una densidad parecida a la de hielo impuro, lo que apoya esta hipótesis.

Este descubrimiento sugiere que los mundos oceánicos congelados, como Ceres, podrían estar más cerca de la Tierra de lo que se creía. Ceres se presenta como un objetivo ideal para futuras misiones espaciales, ya que sus características brillantes y heladas en la superficie podrían proporcionar muestras de un antiguo océano. Según el profesor Mike Sori, Ceres es el “mundo helado más accesible del universo”, lo que lo convierte en un destino clave para investigaciones futuras sobre estos tipos de cuerpos celestes.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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