viernes 22 de noviembre de 2024 1:59 am
Eddy Tolentino

La empleada de un bar en Queens Sarah McNally fue hallada con una puñalada en el cuello y a un hombre con heridas autoinfligidas en la espalda y el cuello, el sujeto se recupera de sus heridas mientras permanece bajo custodia policial.

Un hombre acuchilló mortalmente a su novia antes de suicidarse en un pub irlandés ubicado en Queens el sábado en la noche, informaron las autoridades.

Los funcionarios recibieron una llamada al 911 en Ceili House en Grand Ave. cerca de 69th Lane en Maspeth alrededor de las 6:35 de la tarde, de acuerdo con la policía.

En el interior del pub, hallaron a Sarah McNally, de 41 años, con una puñalada en el cuello, y un sujeto de 36 años, con una puñalada en la espalda y el cuello, señalaron los funcionarios.

“Ella estaba allí parada hablando”, dijo una clienta que presenció el caos. “Su novio entró… y él simplemente entró y la apuñaló. Luego empezó a intentar apuñalarse. Horrible. ¡Simplemente horrible!”

Al llegar las autoridades, el sospechoso tenía un cuchillo en cada mano y sangraba por las heridas de cuchillo autoinfligidas, explicaron las fuentes.

Los agentes le pidieron que dejara caer los cuchillos, pero no lo hizo, por lo que lo atacaron con pistolas paralizantes, dijeron las fuentes.

Los paramédicos los trasladaron inmediatamente al Elmhurst Hospital Center, donde en principio los dos estaban en condición crítica, pero la mujer murió más tarde, informó Daily News.

El individuo no identificado está bajo custodia mientras se recupera en el hospital y hasta el momento no ha sido acusado, según las fuentes policiales.

Anteriormente, había sido detenido por violencia doméstica, añadieron.

En el bar irlandés, el domingo en la tarde, los clientes lloraron por la muerte de McNally y se cuestionaron cómo pudo haber empezado el sangriento momento en el establecimiento.

“Ni siquiera puedo imaginarlo”, dijo el propietario Mike Green sobre la violencia. “Los conozco y todavía no puedo creerlo”.

McNally es originaria de Irlanda, donde se desempeñó como oficial penitenciaria y posteriormente atendía el bar en el pub donde pasaría sus últimos momentos, expresó Green.

“Sarah era buena gente”, manifestó Green, de 51 años. “Ella ayudaba a la gente. Todo el mundo le debe dinero”.

La mujer asesinada y su victimario, que de acuerdo con Green su nombre empezaba por “M”, frecuentemente la pasaban juntos en el bar.

“Siempre estuvieron juntos”, dijo Green. “M es genial. Ambos. Por eso me dejó un poco alucinado”.

Por Marlyn Montilla

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