Musicoterapia: un recurso vital para mejorar la calidad de vida de personas con demencia avanzada
Un estudio pionero de la Universidad Anglia Ruskin (ARU) de Cambridge, Reino Unido, publicado en la revista Nature Mental Health, ha revelado los profundos beneficios de la musicoterapia para personas con demencia avanzada. Este hallazgo, basado en evidencia científica, no solo explica por qué la música tiene un impacto positivo en este grupo vulnerable, sino que también propone estrategias para su implementación efectiva.
El desafío de la demencia avanzada
En el Reino Unido, se estima que un millón de personas padecen demencia, y más de la mitad de ellas enfrentan etapas avanzadas que requieren cuidados especializados. Estas etapas suelen ir acompañadas de comportamientos complejos, como agitación, agresividad y resistencia a los cuidados. Ante esta realidad, la musicoterapia emerge como una herramienta clave para aliviar estos síntomas y mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes como de sus cuidadores.
Cómo actúa la música en el cerebro
La música activa redes en ambos hemisferios del cerebro, lo que permite a las personas con demencia acceder a recuerdos y capacidades cognitivas que de otro modo estarían inaccesibles. Este estímulo cognitivo y sensorial ayuda a reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y fomentar la calma emocional. Además, canciones familiares, especialmente aquellas que se asociaron a la juventud de la persona (entre los 10 y 30 años), pueden evocar recuerdos positivos con una rapidez y especificidad notables.
La música también disminuye el estrés fisiológico al regular el sistema nervioso autónomo, creando un entorno de bienestar tanto para el paciente como para sus cuidadores.
Un enfoque personalizado y colaborativo
La investigación subraya la importancia de adaptar la musicoterapia a las necesidades individuales. Esto incluye la creación de listas de reproducción personalizadas y la integración de instrumentos musicales. Además, el trabajo conjunto entre musicoterapeutas, personal de salud y familias permite maximizar los beneficios de esta práctica.
La autora principal del estudio, Naomi Thompson, explicó que la música no solo satisface la necesidad de estímulos cognitivos y emocionales, sino que también fomenta relaciones significativas, reduce la ansiedad y promueve la empatía entre pacientes y cuidadores.
Recomendaciones para el uso amplio de la musicoterapia
El estudio sugiere que los musicoterapeutas capaciten al personal de salud y a los cuidadores para que la música se convierta en una herramienta de uso cotidiano. Recursos como listas de reproducción personalizadas y acceso a instrumentos musicales deberían estar disponibles en los entornos de cuidado. Además, se alienta a las familias a incorporar la música en la rutina diaria de los pacientes.
Beneficios para los cuidadores
El impacto positivo de la musicoterapia no se limita a los pacientes. Los cuidadores también experimentan una disminución del estrés y una mejora en su bienestar emocional. La música puede transformar momentos de tensión en interacciones significativas, reforzando los lazos entre los cuidadores y las personas con demencia.
Un enfoque rentable y accesible
Con una población envejecida y un aumento en los diagnósticos de demencia, la música se posiciona como una intervención rentable y accesible. Thompson enfatizó que los musicoterapeutas pueden personalizar el uso de la música, de manera similar a cómo un médico prescribe medicamentos, estableciendo horarios y métodos para maximizar los beneficios terapéuticos.
Conclusión
Este estudio marca un hito en la atención a personas con demencia avanzada, mostrando que la música no solo es una forma de entretenimiento, sino una herramienta terapéutica poderosa. Su implementación puede transformar la manera en que se aborda el cuidado de estos pacientes, mejorando su bienestar y proporcionando alivio a quienes los rodean.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com