El Sol ha estado muy activo en los últimos días, lo cual puede traer repercusiones para la vida en el planeta.
En las últimas semanas, la actividad solar ha acaparado la atención de la comunidad científica, y ahora, muchos ojos están puestos en la llamada mancha solar AR 3697, la cual es responsable de una serie de intensas llamaradas solares que han generado preocupación en la comunidad científica y entre los especialistas en clima espacial.
Esta región activa del Sol, conocida por provocar auroras visibles en diversas partes del mundo el pasado mayo, ha vuelto, con una intensidad renovada y potencialmente peligrosa para la Tierra.
La mancha solar AR 3697, identificada por los astrónomos, ha sido la causa de una serie de llamaradas solares, incluida la más poderosa del actual ciclo solar. El mes pasado, AR 3697 emitió una poderosa llamarada que giró fuera de la vista hacia el lado opuesto del Sol. Ahora, esta mancha solar ha regresado y continúa emitiendo llamaradas de clase X, las más potentes conocidas, que pueden tener efectos significativos en la Tierra.
Durante los últimos días de mayo y los primeros de junio, AR 3697 ha mostrado una actividad solar considerable. El 29 de mayo, el Sol emitió una llamarada de clase X1.45, seguida por otra de X1.1 el 31 de mayo. El 1 de junio, se registraron 2 llamaradas más, una de clase X1.03 y otra de X1.4. Esta serie de eventos ha llevado a los expertos a monitorear de cerca la evolución de esta mancha solar.
¿Qué impacto provoca esta mancha solar en la Tierra?
Las llamaradas solares de clase X tienen el potencial de causar perturbaciones en nuestro planeta. Pueden afectar las comunicaciones por satélite, las redes eléctricas y los sistemas de navegación. Además, estas llamaradas intensifican las auroras boreales y australes, creando espectáculos visuales impresionantes, pero también son indicativos de la perturbación geomagnética en la atmósfera terrestre.
Aunque AR 3697 parece haber reducido su actividad intensa, sigue emitiendo llamaradas de menor magnitud. El 2 de junio, se detectaron 2 llamaradas de clase M, que son 10 veces más débiles que las de clase X, y otras 10 de clase C, que son aún menos intensas. Sin embargo, la constante emisión de estas llamaradas mantiene a los científicos en alerta.
Una de las principales preocupaciones relacionadas con la actividad de la mancha solar AR 3697 es la posibilidad de una eyección de masa coronal (CME). Las CME implican la expulsión de grandes cantidades de plasma solar y campo magnético hacia el espacio. Si una CME llega a la Tierra, puede provocar tormentas geomagnéticas que afectan las redes eléctricas, las comunicaciones y los sistemas de navegación por satélite.
Actualmente, AR 3697 se encuentra cerca del centro del disco solar, lo que significa que cualquier erupción apunta directamente hacia la Tierra. Esta posición aumenta la probabilidad de que los efectos de las llamaradas solares se sientan con mayor intensidad en nuestro planeta. Según Spaceweatherlive, existe una probabilidad del 30% de que se produzcan más llamaradas de clase X en los próximos días.
Los científicos y especialistas en clima espacial están vigilando de cerca la actividad de AR 3697 para predecir y mitigar cualquier posible impacto en la Tierra. La situación actual requiere una vigilancia constante y la preparación para responder a posibles perturbaciones causadas por la actividad solar.
Por Montserrat Arqué