viernes 22 de noviembre de 2024 11:53 am
Eddy Tolentino

la Pequeña Edad de Hielo de la Antigüedad Tardía comenzó el año 536 y se prolongó durante unos 15 años.

El año 536 es a veces llamado “el peor de la historia”, pero este año tan solo marcó el inicio de una pequeña edad de hielo. Una era de unos 15 años en la que la luz solar era casi incapaz de alcanzar la superficie de la Tierra.

Pequeña edad de hielo. Durante años se ha debatido qué es lo que ocurrió en el año 536 que desencadenó la “Pequeña Edad de Hielo de la Antigüedad Tardía” (LALIA por sus siglas en inglés) que se prolongó hasta la década del 550. Las erupciones volcánicas de este año y del 541 o el polvo de cometas habían sido considerados como posibles causas, pero contamos con una tercera hipótesis: una desconocida erupción submarina.

De la historiografía a los anillos de los árboles. De esta era de oscuridad tenemos constancia a través de distintas fuentes: algunas historiográficas, como textos medievales en los que se habla de una luz solar tan tenue que apenas destacaba sobre la de la Luna.

Otras, más “modernas”, como el análisis de los anillos de los árboles. Estos anillos aparecen como consecuencia de las oscilaciones en el ritmo de crecimiento de éstos, consecuencia a su vez de la sucesión de las estaciones del año y factores asociados a ésta, como la abundancia de agua. O las horas de luz.

Los sospechosos. Y las horas de luz no eran abundantes en esta época. La causa de este largo invierno de 15 años habría estado en una atmósfera densa llena de polvo o gas que habrían impedido que la radiación solar llegara hasta el hemisferio norte. Sin embargo no estamos seguros de qué es lo que opacó nuestra atmósfera.

La actividad volcánica ha sido el principal sospechoso del caso. Sabemos que los volcanes más potentes pueden expulsar gases en tal cantidad que pueden alterar el clima terrestre, generalmente por periodos breves de tiempo.

Durante esta década y media teníamos constancia de tres erupciones volcánicas, una erupción “cataclísmica” en 536, causada por un volcán en Islandia; y otras dos también relevantes en 540 y 547. Sin embargo hay expertos que consideran que estas tres erupciones no fueron las causantes de esta pequeña edad de hielo, hacían falta algo más.

Volcán submarino. Y ese “algo” podría haber sido un volcán submarino. Es la hipótesis defendida por un equipo estadounidense de investigadores compuesto por Dallas Abbott y John Barron. Llegaron a esta conclusión al estudiar muestras del hielo de Groenlandia en las que se encontraron restos de microorganismos marinos propios de aguas tropicales.

Según esta hipótesis, las erupciones submarinas habrían llevado a la atmósfera no solo los gases propios de estos eventos sino incluso restos de sedimentos y vida marina. Una erupción submarina también habría vaporizado gran cantidad de agua que habría pasado a la atmósfera.

Enormes consecuencias. Todo esto habría tenido severas consecuencias socioeconómicas. Los registros históricos hablan de años en los que los cultivos de cereales no permitían siquiera fabricar pan, o de nevadas en pleno verano.

Hacia el año 541 comenzaba en Egipto la llamada “plaga de Justiniano” la primera epidemia de peste negra de la edad media. En la península Ibérica este periodo de oscuridad pudo haber desatado la primera de las crisis que acabarían resultando en la caída del reino visigodo y la conquiesta musulmana.

Pablo Martínez-Juarez

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