domingo 24 de noviembre de 2024 8:48 am
Eddy Tolentino

Mientras el presidente de esta nación andina, Daniel Noboa, declara oficialmente “un conflicto armado interno”, ya miles de inmigrantes forzados en la Gran Manzana, le han venido dando un “rostro” a esta calamidad desde la primavera de 2022.

La quiteña “Luisa” no lo pensó dos veces cuando tuvo la oportunidad de venir a Nueva York a solicitar albergue, desesperada por buscar una nueva vida, alejada de la extorsión y la violencia. Actualmente vive sola con sus cuatro hijos menores en un ‘shelter’ en Queens. Vino huyendo de lo que ella describe como una “guerra” en Ecuador que ya tiene mucho tiempo. Pero que en las últimas horas ha tomado dimensiones gigantescas.

“Cada vez están llegando más paisanos, porque allá hasta una vendedora de hortalizas como yo sufre las atrocidades de las pandillas. A mi me amenazaron con un cuchillo. Tenía que darle parte del poco dinero que tenía, porque si no me mataban. Eso no es nada nuevo. Solo que ahora es cuando el mundo se está dando cuenta”, comenta la inmigrante, quien hace cinco meses llegó a la Gran Manzana buscando, a lo menos, estar al margen de una intensa ola criminal que sacude a la nación suramericana.

Al igual que “Luisa”, miles de ecuatorianos que han venido en los últimos meses a Nueva York y a otras ciudades, han sido desplazados de su país no solo buscando prosperidad, sino un refugio seguro para huir de una escalada sangrienta, definida por confrontaciones entre organizaciones calificadas como terroristas, pero que tienen como telón de fondo, el narcotráfico internacional.

Y es que mientras el presidente de Ecuador, Daniel Noboa declaró este martes oficialmente en esa nación suramericana “un conflicto armado interno”, ya miles de inmigrantes forzados que viven en refugios de la ciudad de Nueva York, le han venido dando un “rostro” a esta calamidad desde la primavera de 2022.

Mayormente esta comunidad suramericana inmigrante recién llegada, comparte que son blanco entre otras amenazas, del cobro de ‘vacunas’, es decir un esquema de extorsión, que existe en varios países latinoamericanos, dominados por el crimen organizado: Se exige a pequeños o medianos empresarios una cuota mensual de dinero, para garantizar que no serán secuestrados o asesinados.

Mientras la exponencial violencia en el país suramericano luce más complicada, portavoces de organizaciones como la Alianza Ecuatoriana Internacional y el Centro Comunitario Andino, con presencia en la Gran Manzana desde hace décadas, empezaron unas jornadas este miércoles para analizar cómo podrá impactar este estado de conmoción a los familiares de la inmensa diáspora ecuatoriana residente en Nueva York.

Estas organizaciones han remarcado que ciertamente miles de ciudadanos siguen siendo desplazados por estructuras criminales, aunque también es casi “vital” subrayar que las mafias de los traficantes humanos o “coyotes”, también están actuando de forma activa en toda la región suramericana.

Además del narcotráfico, el secuestro y la extorsión, el traficar con personas ofreciéndoles paquetes del “sueño americano”, es otro de los negocios que expone especialmente a muchos a los peligros de una ruta que incluye la Selva de El Darién y el Río Bravo.

“Cobran hasta 15 mil dólares por persona, para traerlas. Estamos viendo el arribo de jóvenes que creen en el mito que solo al llegar aquí, ya cambia tu vida. Muchos llegan simplemente creyendo todo lo que le dicen los traficantes. Se exponen a un peligro inmenso. Es todo un esquema liderado por la delincuencia organizada“, destacan activistas.

“Miles y miles seguirán pasando“

Otro ecuatoriano, de 32 años, que prefirió llamarse Luis para esta entrevista, apenas acaba de ser recibido en el Hotel Row, en Manhattan, convertido desde hace 18 meses en un centro de acogida de inmigrantes. Este padre de familia, no duda que el estado de violencia que enfrenta su país, seguirá obligando a “miles y miles” de personas a seguir “pasando”. En sus palabras, se refiere al proceso de dejar a su país por tierra, caminar la selva del Darién en Panamá y terminar en México para ingresar a los Estados Unidos.Otro ecuatoriano, de 32 años, que prefirió llamarse Luis para esta entrevista, apenas acaba de ser recibido en el Hotel Row, en Manhattan, convertido desde hace 18 meses en un centro de acogida de inmigrantes. Este padre de familia, no duda que el estado de violencia que enfrenta su país, seguirá obligando a “miles y miles” de personas a seguir “pasando”. En sus palabras, se refiere al proceso de dejar a su país por tierra, caminar la selva del Darién en Panamá y terminar en México para ingresar a los Estados Unidos.

“Los ecuatorianos por años han dejado su país buscando progreso económico. Pero ahora lo hacen para salvar sus vidas. Y quienes tenemos hijos, ya grandecitos lo hacemos además para alejarlos de que puedan ser tentados por las mafias. ¡Eso es un desastre hermano!”, confesó el inmigrante de la provincia de Cotopaxi, mientras seguía en su teléfono, las últimas incidencias que en solo minutos dejó 11 muertos en la nación andina.

“Más gente viene en camino”

Las autoridades de Ecuador tuvieron que ordenar a las fuerzas militares restablecer el orden en las calles, después de que hombres armados irrumpieran en un canal de televisión de Guayaquil y tomaron como rehenes a su personal durante una transmisión en directo.

A esta situación, nunca antes vista en la nación suramericana, se adicionaron ataques de grupos armados en universidades y otras instituciones públicas, así como saqueos en Quito.

Toda esta cadena de hechos se disparó, luego que el presidente Noboa declarara el estado de excepción el lunes, al producirse graves episodios violentos en seis cárceles con secuestros de policías y la fuga de líderes de dos grandes bandas delictivas.

En los alrededores de los cientos de albergues de emergencia, instalados por la Ciudad de Nueva York, para hacer frente al arribo de más de 170,000 personas en los últimos meses, además de la gran proporción de venezolanos, haitianos y africanos, la presencia de ecuatorianos no ha disminuido de acuerdo a los cálculos de organizaciones de apoyo humanitario. Todo indica que la tendencia será nuevas oleadas, en los meses por venir.

“Quienes estamos aquí temporalmente en estos refugios, casi todos estamos esperando a alguien que viene en camino. Nueva York es como el punto de partida. Llegamos a lo único que sabemos hacer: Trabajar. Muchos llegan para conectar con familiares que no siempre dan apoyo. Otros están llegando a la deriva. No es fácil convivir en estos albergues con otras culturas”, contó.

Otra ecuatoriana al frente del hotel Row, quien prefirió reservar su identidad, tiene como testimonio que tuvo que dejar el país con su esposo y sus dos hijos, porque a él “casi lo matan”.

“Esas situaciones de violencia no son nuevas. Por eso muchos están huyendo del país. Nosotros llegamos hace cinco meses y estamos luchando para poder progresar en paz. Todo es muy triste allá”, acotó.

El otro reto: la legalización migratoria

En los alrededores de los albergues en donde familias y hombres solteros ecuatorianos aguardan por empezar una nueva vida, también surgen dudas y pocas certezas de cómo podrían lograr una regularización migratoria, que les permita trabajar de forma legal. Un camino que no parece ser corto para estos nacionales.

Como comparte, la inmigrante Lourdes Díaz, de 35 años, le “parece justo” que al igual como están “facilitando los papeles” para los venezolanos y otros ciudadanos centroamericanos, a través del Estatus de Protección Temporal (TPS), los ecuatorianos también deben ser designados con este beneficio.

“No existe un país en todo este continente en donde existan más muertos, más violencia y más amenazas que el nuestro. Con esto que está pasando, espero que este país se sensibilice y podamos tener un alivio. Lo de la reunificación familiar que aprobaron recientemente, es un proceso que beneficia a unos pocos. O mejor dicho a casi nadie”, aseveró Lourdes.

En efecto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció el pasado mes de octubre un nuevo proceso de Permiso Humanitario de Reunificación Familiar para determinados nacionales de Ecuador.

Este alivio está destinado para determinados ecuatorianos, cuyos familiares son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes legales, con una aprobación para reunirse con sus familiares en Estados Unidos.

Los ecuatorianos que son beneficiarios de un Formulario I-130 (Petición de Familiar Extranjero) aprobado, pueden ser elegibles para ser considerados para el permiso humanitario, bajo este trámite.

Los beneficiarios que aplican deben estar fuera de Estados Unidos, cumplir todos los requisitos, incluidos los de verificación de antecedentes criminales y médicos. Y no haber recibido una visa de inmigrante.

Además, para obtener el permiso, se deben demostrar razones humanitarias urgentes o de beneficio público significativo.

Los beneficiarios pueden ser hijos, hermanos, cónyuges e hijos de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes legales.

Una vez otorgada la invitación, el familiar peticionario puede iniciar el proceso mediante la presentación de una solicitud en nombre del beneficiario y de los familiares elegibles para ser considerados para la autorización de este permiso humanitario.

Las personas podrán obtener un permiso de permanencia temporal, hasta un máximo de tres años y pueden ser elegibles para solicitar autorización de empleo, mientras esperan un ajuste de estatus.

“Busque información oficial”

En el complicado “universo” de las redes sociales, desde que se anunció este programa migratorio de reunificación familiar, surgieron una serie de ofertas engañosas para promover la idea que casi todos los ecuatorianos aplicaban a este beneficio.

Por ello, el consulado de Ecuador en Nueva York, de inmediato inició una serie de jornadas virtuales de información disponibles en sus plataformas de Facebook, para despejar el escenario de falsas informaciones y estafas.

“Invitamos a nuestros ciudadanos a tomar decisiones basados en datos oficiales y de manera razonada. Ya he visto en redes sociales, decenas de anuncios para resolver la situación migratoria por cierta cantidad de dólares. Actuemos de forma ordenada, para que cada petición, si es que se aplica, tenga éxito”, indicó en redes sociales el cónsul de este país, José Sandoval.

Desde principios de la década de 1980, Ecuador ha experimentado tres grandes oleadas de emigración y en 2020 alrededor del 8% de su población (1,2 millones de ecuatorianos) vivía en el extranjero, según datos de la Organización de Naciones Unidas compartidos por el Instituto de Políticas Migratorias.

Estos emigrantes representaban la tercera nacionalidad latinoamericana más grande tanto en Italia como en España, y uno de los cinco grupos hispanos de inmigrantes más grandes en Nueva York.

El dato:

99,000 ecuatorianos fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza en los primeros 11 meses del año fiscal 2023, lo que representó un aumento del 312% desde 2022.

Por Fernando Martínez

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