jueves 21 de noviembre de 2024 12:55 pm
Eddy Tolentino

Si a partir de los 40 años implantamos ocho hábitos de vida saludable, podemos vivir hasta 24 años más en el caso de los hombres y 21 más en el de las mujeres, según un estudio.

Un nuevo estudio, presentado en la Nutrition 2023, la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición celebrada esta semana en Boston, ha revelado que, adoptando ocho hábitos de estilo de vida saludables en la mediana edad, una persona podría alargar su esperanza de vida una media de 24 años. Estas ocho costumbres o rutinas consisten en tener una dieta sana y equilibrada, estar activo físicamente, no fumar, controlar el estrés, no beber en exceso de forma regular, tener una buena higiene del sueño, tener relaciones sociales positivas y estar libre de adicción a los opioides, como algún tipo de droga o analgésico disponible legalmente.

En concreto, los resultados de la investigación, que contó con la participación de casi 720.000 veteranos estadounidenses de entre 40 y 99 años, revelaron que los hombres que llevan a cabo estos ocho hábitos a los 40 años vivirán un promedio de 24 años más, mientras que en el caso de las mujeres, la media es de 21 años adicionales de vida. Todo ello, claro está, en comparación con aquellos que no siguen ninguna de estas pautas.

“Nunca es tarde para adoptar un estilo de vida saludable”

“Nos sorprendió mucho lo mucho que se podría ganar con la adopción de uno, dos, tres o los ocho factores de estilo de vida”, dijo Xuan-Mai T. Nguyen, especialista en ciencias de la salud del Departamento de Asuntos de Veteranos del Carle Illinois College of Medicine. “Adoptar un estilo de vida saludable es importante tanto para la salud como para el bienestar personal. Cuanto antes mejor, pero incluso si solo se hace un pequeño cambio a los 40, 50 o 60 años, sigue siendo beneficioso”, añadió.

El mayor impacto para una menor esperanza de vida se debía a una baja actividad física, el uso de opiáceos y el tabaquismo, y supuso entre un 30% y un 45% más de riesgo de muerte durante el periodo de estudio. El estrés, una mala alimentación, pocas horas de sueño o el consumo excesivo de alcohol se asoció a un aumento del 20% de muerte prematura, mientras que la falta de relaciones sociales lo incrementó en un 5%. “La medicina del estilo de vida tiene como objetivo tratar las causas subyacentes de las enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiacas, en lugar de sus síntomas”, aseguró Nguyen. Así, “se proporciona una vía potencial para alterar el coste de la atención médica derivado de los medicamentos recetados y los procedimientos quirúrgicos que cada vez son mayores”. De este modo, se reducen los riesgos de las enfermedades y, por tanto, a vivir más tiempo. “Nunca es demasiado tarde para adoptar un estilo de vida saludable”, concluyó Nguyen.

Por Jorge García González

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