Cerca de 40 familias migrantes irregulares se marcharon del hotel Row NYC, son las primeras de decenas que se tiene previsto que dejen los albergues.

NUEVA YORK — Familias migrantes empezaron a desalojar un hotel del centro de Manhattan el martes en el marco del plan del alcalde Eric Adams para aliviar la presión sobre el saturado sistema de albergues de la ciudad de Nueva York, el cual establece un límite de 60 días de estancia.

Las cerca de 40 familias migrantes irregulares que se marcharon del hotel Row NYC, en el corazón del distrito de teatros de la ciudad, son las primeras de decenas que se tiene previsto que dejen los albergues de la ciudad en las próximas semanas.

Algunas de las que se marcharon el martes presentaron de inmediato una nueva solicitud para un lugar donde dormir, mientras que otras dijeron que habían logrado conseguir un hospedaje más estable fuera del sistema de acogida.

El demócrata Adams impuso en octubre pasado las restricciones para las familias migrantes sin hogar, con el argumento de que la medida era necesaria para aliviar un sistema de acogida desbordado por los solicitantes de asilo que cruzan la frontera sur de Estados Unidos.

Algunas de las que se marcharon el martes presentaron de inmediato una nueva solicitud para un lugar donde dormir, mientras que otras dijeron que habían logrado conseguir un hospedaje más estable fuera del sistema de acogida.

El demócrata Adams impuso en octubre pasado las restricciones para las familias migrantes sin hogar, con el argumento de que la medida era necesaria para aliviar un sistema de acogida desbordado por los solicitantes de asilo que cruzan la frontera sur de Estados Unidos.

Nueva York desbordado por crisis

La alcaldía de Nueva York, desbordada por la crisis migratoria, empezó a ejecutar esta semana las nuevas normas que limitan la estancia para las familias a un máximo de 60 días en el mismo refugio.

Transcurrido este periodo, los solicitantes de asilo tienen que volver a empezar de cero para hallar alguna plaza en alguno de los más de 200 centros habilitados en la ciudad, donde compiten con los recién llegados.

“60 días es muy poco tiempo para una persona que está llegando a la ciudad porque con los procesos legales se tarda mucho más, para un permiso de trabajo, para lograr un TPS (Estatuto de protección temporal)”, dice por su parte el venezolano Angelo Chirino, de 22 años, llegado en noviembre a la ciudad con su esposa e hijo de un año.

Más de 160.000 personas, la mayoría latinas -sobre todo venezolanas-, han llegado a la ciudad desde el inicio de la crisis migratoria hace casi dos años, a menudo en buses fletados desde estados del sur, como el de Texas gobernado por Greg Abbott, en protesta por la política migratoria de la administración del demócrata Joe Biden, en una batalla que tiene la vista puesta en los comicios presidenciales de noviembre próximo.

María Quero, una venezolana de 26 años que tiene casi nueve meses de embarazo, se encontraba el martes por la mañana a las puertas del hotel Row con su maleta y otros efectos personales a cuestas.

Dijo que su plan era atravesar la ciudad con rumbo al hotel Roosevelt, otro alojamiento en el centro de la ciudad que ha sido readaptado como centro de acogida para migrantes recién llegados. De acuerdo con los funcionarios municipales, ahí las familias migrantes podrían volver a solicitar otra estancia de 60 días.

“Nosotros no sabemos qué va a pasar”, dijo Quero, mientras su esposo, David Domínguez, juntaba sus pertenencias para hacer el viaje de unos 20 minutos a pie. “Es muy estresante. Me da mucha ansiedad”.

Los dos, que llegaron al país hace seis meses y pasaron cinco de ellos en el hotel Row, dijeron que no tienen amigos ni familiares con quiénes quedarse en caso de que no consigan otro espacio proporcionado por la ciudad.

Domínguez expresó su esperanza de encontrar un lugar adecuado para su esposa, ya que señaló que conoce casos de embarazadas que han sido alojadas en carpas.

El gobierno de Adams ha advertido durante semanas que nadie que solicite una nueva ubicación tiene garantizada otra cama.

Pero Adams y otros funcionarios de la ciudad afirmaron el lunes que darían prioridad a las familias y que tratarían de ubicarlas cerca de las escuelas de sus hijos para reducir cualquier impacto en su educación.

Marcha proinmigrantes

Grupos proinmigrantes han organizado marchas en los últimos días, diciendo que la nueva política podría obligar a las familias a hacer largas filas en medio del frío para conseguir un nuevo refugio, la misma situación a la que se han enfrentado los migrantes que viajan solos desde finales del año pasado, cuando se les limitó su permanencia a 30 días en los refugios de la ciudad.

Los límites también podrían afectar la educación de los niños migrantes, quienes podrían verse obligados a cambiar de escuela si sus familias son trasladadas a otro lugar, señalan los activistas, una situación con la que pretenden responsabilizar al gobierno local.

El contralor municipal Brad Lander dijo el martes que abrirá una investigación en torno a la aplicación de la política de 60 días por parte del gobierno de Adams, incluido si se explicó adecuadamente a las familias y sus posibles costes.

“¿Qué información realmente está a disposición de la gente? ¿Existen protocolos para los desalojos de 60 días?”, dijo a las puertas del hotel Row mientras las familias registraban su salida

Se han enviado unas 4.800 notificaciones de desalojo a familias migrantes en centros de acogida.

Mayra Martínez, una colombiana de 40 años y madre de tres, dijo que sus hijos “están tristes y contentos a la vez” ante la idea de dejar el Row.

Martínez indicó que, por un lado, los niños se pusieron felices “porque vamos a cocinar alimento calientito”, algo que no podían hacer en el hotel, pero por el otro están tristes por “la escuela porque no se quieren cambiar”.

Vivienda gratis

La familia llevaba más de un año viviendo en el hotel y ha ahorrado lo suficiente para alquilar un apartamento de tres dormitorios en la cercana ciudad de Newark, Nueva Jersey.

Los desalojos del hotel tuvieron lugar mientras los funcionarios de la ciudad también evacuaban temporalmente a casi 2.000 migrantes alojados en Floyd Bennett Field, el antiguo aeropuerto de Brooklyn, en previsión a la llegada de una tormenta. El gobierno de Adams había instalado el albergue temporal en el aeródromo en respuesta a las oleadas de nuevos migrantes que llegaban a la ciudad.

“Para ser claros, esta reubicación es una medida proactiva que se está tomando por precaución para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas que trabajan y viven en el centro”, dijo Kayla Mamelak, portavoz de Adams, en un comunicado. “La reubicación continuará hasta que las condiciones meteorológicas que puedan surgir se hayan estabilizado y el centro vuelva a ser apto para vivir”.

Los residentes, muchos de ellos familias con hijos, fueron enviados a la escuela secundaria James Madison, también en Brooklyn.

La presencia de inmigrantes ha provocado protestas de residentes de la ciudad.

FUENTE: Con información de AP y AFP

Nueva York desbordado por crisis

La alcaldía de Nueva York, desbordada por la crisis migratoria, empezó a ejecutar esta semana las nuevas normas que limitan la estancia para las familias a un máximo de 60 días en el mismo refugio.

Transcurrido este periodo, los solicitantes de asilo tienen que volver a empezar de cero para hallar alguna plaza en alguno de los más de 200 centros habilitados en la ciudad, donde compiten con los recién llegados.

“60 días es muy poco tiempo para una persona que está llegando a la ciudad porque con los procesos legales se tarda mucho más, para un permiso de trabajo, para lograr un TPS (Estatuto de protección temporal)”, dice por su parte el venezolano Angelo Chirino, de 22 años, llegado en noviembre a la ciudad con su esposa e hijo de un año.

Más de 160.000 personas, la mayoría latinas -sobre todo venezolanas-, han llegado a la ciudad desde el inicio de la crisis migratoria hace casi dos años, a menudo en buses fletados desde estados del sur, como el de Texas gobernado por Greg Abbott, en protesta por la política migratoria de la administración del demócrata Joe Biden, en una batalla que tiene la vista puesta en los comicios presidenciales de noviembre próximo.

María Quero, una venezolana de 26 años que tiene casi nueve meses de embarazo, se encontraba el martes por la mañana a las puertas del hotel Row con su maleta y otros efectos personales a cuestas.

Dijo que su plan era atravesar la ciudad con rumbo al hotel Roosevelt, otro alojamiento en el centro de la ciudad que ha sido readaptado como centro de acogida para migrantes recién llegados. De acuerdo con los funcionarios municipales, ahí las familias migrantes podrían volver a solicitar otra estancia de 60 días.

“Nosotros no sabemos qué va a pasar”, dijo Quero, mientras su esposo, David Domínguez, juntaba sus pertenencias para hacer el viaje de unos 20 minutos a pie. “Es muy estresante. Me da mucha ansiedad”.

Los dos, que llegaron al país hace seis meses y pasaron cinco de ellos en el hotel Row, dijeron que no tienen amigos ni familiares con quiénes quedarse en caso de que no consigan otro espacio proporcionado por la ciudad.

Domínguez expresó su esperanza de encontrar un lugar adecuado para su esposa, ya que señaló que conoce casos de embarazadas que han sido alojadas en carpas.

El gobierno de Adams ha advertido durante semanas que nadie que solicite una nueva ubicación tiene garantizada otra cama.

Pero Adams y otros funcionarios de la ciudad afirmaron el lunes que darían prioridad a las familias y que tratarían de ubicarlas cerca de las escuelas de sus hijos para reducir cualquier impacto en su educación.

Marcha proinmigrantes

Grupos proinmigrantes han organizado marchas en los últimos días, diciendo que la nueva política podría obligar a las familias a hacer largas filas en medio del frío para conseguir un nuevo refugio, la misma situación a la que se han enfrentado los migrantes que viajan solos desde finales del año pasado, cuando se les limitó su permanencia a 30 días en los refugios de la ciudad.

Los límites también podrían afectar la educación de los niños migrantes, quienes podrían verse obligados a cambiar de escuela si sus familias son trasladadas a otro lugar, señalan los activistas, una situación con la que pretenden responsabilizar al gobierno local.

El contralor municipal Brad Lander dijo el martes que abrirá una investigación en torno a la aplicación de la política de 60 días por parte del gobierno de Adams, incluido si se explicó adecuadamente a las familias y sus posibles costes.

“¿Qué información realmente está a disposición de la gente? ¿Existen protocolos para los desalojos de 60 días?”, dijo a las puertas del hotel Row mientras las familias registraban su salida

Se han enviado unas 4.800 notificaciones de desalojo a familias migrantes en centros de acogida.

Mayra Martínez, una colombiana de 40 años y madre de tres, dijo que sus hijos “están tristes y contentos a la vez” ante la idea de dejar el Row.

Martínez indicó que, por un lado, los niños se pusieron felices “porque vamos a cocinar alimento calientito”, algo que no podían hacer en el hotel, pero por el otro están tristes por “la escuela porque no se quieren cambiar”.

Vivienda gratis

La familia llevaba más de un año viviendo en el hotel y ha ahorrado lo suficiente para alquilar un apartamento de tres dormitorios en la cercana ciudad de Newark, Nueva Jersey.

Los desalojos del hotel tuvieron lugar mientras los funcionarios de la ciudad también evacuaban temporalmente a casi 2.000 migrantes alojados en Floyd Bennett Field, el antiguo aeropuerto de Brooklyn, en previsión a la llegada de una tormenta. El gobierno de Adams había instalado el albergue temporal en el aeródromo en respuesta a las oleadas de nuevos migrantes que llegaban a la ciudad.

“Para ser claros, esta reubicación es una medida proactiva que se está tomando por precaución para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas que trabajan y viven en el centro”, dijo Kayla Mamelak, portavoz de Adams, en un comunicado. “La reubicación continuará hasta que las condiciones meteorológicas que puedan surgir se hayan estabilizado y el centro vuelva a ser apto para vivir”.

Los residentes, muchos de ellos familias con hijos, fueron enviados a la escuela secundaria James Madison, también en Brooklyn.

La presencia de inmigrantes ha provocado protestas de residentes de la ciudad.

Con información de AP y AFP

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