El actor Tony Todd, conocido principalmente por sus papeles en películas de terror como Candyman y Destino Final, falleció este viernes a los 69 años en su hogar de Los Ángeles, según informó su representante a través del medio especializado Deadline. El fallecimiento del actor, nacido en Washington D.C. en 1954, aún está siendo investigado, ya que no se han proporcionado detalles sobre las causas de su muerte.
Tony Todd, quien tenía una imponente presencia física con una altura de 1,96 metros y una voz profunda y resonante, comenzó su carrera en el cine después de completar sus estudios en el Instituto Nacional de Actores de Teatro Eugene O’Neill en Connecticut. Su primera aparición en la pantalla grande fue en la película Platoon (1986) de Oliver Stone, un filme bélico en el que compartió créditos con actores destacados como Willem Dafoe, Johnny Depp y Forest Whitaker.
A lo largo de los años, Todd demostró una notable capacidad para desempeñar diversos roles, pero fue en el género de terror donde se consolidó como una de las figuras más emblemáticas. En 1990, hizo su primera incursión en este género con Night of the Living Dead (La noche de los muertos vivientes), dirigida por Tom Savini, una remake del clásico de 1968 que lo catapultó a la fama dentro del cine de horror. Sin embargo, fue en Candyman (1992), dirigida por Bernard Rose, donde Todd dejó una marca indeleble en la cultura popular. En este filme, interpretó al temido espíritu vengativo Daniel Robitaille, un pintor que se convierte en leyenda urbana, cuyo nombre se invoca repetidamente en un espejo, desatando una serie de horrores. La popularidad de Candyman le permitió participar en dos secuelas, cimentando su lugar como ícono del cine de terror.
A lo largo de su carrera, Tony Todd participó en numerosos proyectos cinematográficos y televisivos dentro del género del horror, como The Crow (1994), Wishmaster (1997), Hatchet (2006), y varias entregas de Destino Final (comenzando con la primera película en el año 2000), donde interpretó al forense que predecía las muertes de los protagonistas. Su participación en esta saga le permitió seguir ligado a la franquicia y mantener su estatus como un rostro familiar del terror.
Aunque su legado es principalmente en el cine de horror, Todd también tuvo una exitosa carrera en la televisión. Apareció en varias series de renombre, incluidas varias entregas de la franquicia Star Trek, y en Homicide: Life on the Street, un drama policial que le permitió mostrar su versatilidad como actor. Su presencia también se hizo sentir en el mundo de los videojuegos, donde prestó su voz a personajes como Venom en el exitoso Spider-Man 2.
Todd continuó trabajando activamente en el cine y la televisión hasta el momento de su fallecimiento, participando en proyectos recientes como Hell Fest (2018) y en las producciones Werewolf Game y Stream, que estaban programadas para estrenarse este año. Su versatilidad y su capacidad para infundir miedo y respeto con su presencia lo convirtieron en uno de los actores más queridos y respetados dentro del mundo del cine de terror. Sin duda, su partida deja un vacío en este género, pero su legado perdurará a través de las numerosas películas y personajes que definieron su carrera.
Tony Todd será recordado por sus impactantes interpretaciones que marcaron a varias generaciones de fanáticos del cine de terror, y su nombre siempre será asociado con algunas de las franquicias más influyentes del género.