Ucrania ha lanzado con éxito su primer escuadrón de drones inteligentes capaz de seleccionar y fijar objetivos de forma totalmente autónoma, destruyendo un gran número de unidades rusas.
Los primeros drones capaces de encontrar, apuntar y destruir vehículos enemigos por su cuenta han entrado en combate, destruyendo a sus objetivos. Es un gran paso hacia el negro futuro de las armas inteligentes totalmente autónomas. Al igual que todas las innovaciones en la historia bélica reciente, esta innovación ha llegado de una Ucrania que, enfrentándose a un enemigo con capacidad militar superior, se ha visto forzada a recurrir al ingenio para diseñar y construir nuevas tecnologías para la llamada guerra asimétrica, cambiando literalmente el futuro de la guerra para todo el planeta.
Los nuevos sistemas ucranianos están diseñados para ocasionar grandes pérdidas de armamento ruso de alto valor. Sus robots aéreos, marinos y terrestres están dotados con sistemas de inteligencia artificial cada vez más sofisticados pero este último avance va mucho más allá para casi convertirse en la última llamada de atención en una nueva carrera armamentística cada vez más preocupante para el futuro de la humanidad. El éxito de estos drones llevará sin duda a que otras naciones aceleren sus propios programas en tecnología de guerra autónoma. Aunque los nuevos sistemas ucranianos todavía tienen al ser humano como iniciador del combate y la toma de decisión en la elección de los objetivos, el robot es ahora enteramente independiente en la selección y persecución final del objetivo. Esto sólo está a un paso por detrás de que los robots se conviertan en los únicos responsables de la toma de decisiones en futuros sistemas de combate. Y es ahí donde vamos a tener un problema extremadamente serio, como contamos en nuestra serie documental Control Z.
Según el ministro de Transformación Digital ucraniano, Mikhailo Fedorov, el desarrollo de drones autónomos representa un logro significativo pero también una necesidad para su arsenal. Ante el empuje ruso, alimentado por números de soldados considerados como carne de cañón que están muriendo por cientos de miles, Fedorov ha anunciado la intención de Ucrania de seguir avanzando en esta tecnología autónoma para evitar bajas en sus limitadas fuerzas, como se demostró en la guerra de robots que hace poco publicamos en estas páginas.
Según los datos y vídeos distribuidos por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SSU), un escuadrón de drones equipados con capacidades de adquisición automática de objetivos ha eliminado a un gran número de sistemas de defensa aérea rusos. Uno de los vídeos muestra cómo estos drones son capaces de fijar su objetivo de forma totalmente autónoma, sin intervención humana alguna, golpeando sus objetivos con éxito. Lo ucranianos afirman que han destruido varias unidades BUK y TOR rusos, ambas unidades móviles de misiles tierra-aire diseñados para interceptar aeronaves de cualquier tipo. En total, la SSU afirma que las bajas rusas en manos de estos kamikazes autónomos han sido “dos sistemas de defensa aérea BUK con varias modificaciones y una estación de detección de objetivos del sistema de defensa aérea BUK, dos sistemas de defensa aérea TOR-M2, sistemas de defensa aérea Strela-10, y sistemas de defensa aérea Tunguska”. Todo en el transcurso de una semana. Si es cierto, estos nuevos drones inteligentes pueden tener un gran impacto estratégico en el campo de batalla.
Cómo funcionan
El ataque, según la SSU, comenzó con el reconocimiento de los objetivos con drones Shark. Los Shark, controlados por operadores humanos, enviaron la información visual a los nuevos drones autónomos, que utilizaron estos datos para encontrar y destruir a su presa. La clave de su eficacia es que estos drones son imposibles de bloquear por sistemas de denegación de señal de radio. Anteriormente, estas armas dependían de un operador remoto para encontrar y llegar a su objetivo. Ahora, este nuevo sistema dota al dron de independencia total durante la fase de ataque, con lo que es en teoría imparable a no ser que lo consigan interceptar físicamente.
El cerebro de estos drones es un sistema de adquisición de objetivos, un sistema de visión artificial con el que puede encontrar y destruir objetivos independientemente, evitando que puedan ser neutralizados por radio. Aún así, el dron ofrece también contramedidas contra sistemas de guerra electrónica para evitar que frían sus circuitos.
Carrera a ninguna parte
Si el logro ucraniano funciona como dicen, es un gran salto en la capacidad operativa autónoma para identificar, rastrear y atraer objetivos sin la entrada directa del operador, mejorando drásticamente su eficacia, especialmente en entornos saturados de medidas de guerra electrónica como en Ucrania. Esta ventaja táctica puede ser crucial para Ucrania en un campo de juego que cada día está más en su contra por su falta de recursos humanos en comparación a la aparentemente interminable capacidad rusa para mandar soldados al frente.
Pase lo que pase, no hay vuelta atrás. Parece inevitable que la evolución de la guerra de drones continúe a un ritmo cada vez más acelerado, se ponga como se ponga la ONU o las organizaciones que intentan prohibirlas. Es como intentar ponerle puertas al campo: los avances en inteligencia artificial, aprendizaje automático y sistemas autónomos son imparables. Estas pruebas de combate real con estos drones ucranianos lo demuestran y proporcionarán datos valiosos que influirán en el desarrollo de sistemas similares en todo el mundo. Estamos en la antesala de una nueva era de guerra no tripulada y autónoma, donde las máquinas desempeñarán un papel cada vez más importante en las decisiones estratégicas y tácticas en el campo de batalla y los civiles saldremos siempre perdiendo.
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