martes 22 de octubre de 2024 4:40 am
Eddy Tolentino

Filipenses 4:6: “Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” Este versículo nos invita a confiar plenamente en Dios, dejándonos guiar por su paz en lugar de preocuparnos por las circunstancias. La ansiedad y el estrés son comunes en la vida diaria, pero aquí se nos recuerda que en lugar de afanarnos, debemos llevar nuestras preocupaciones a Dios en oración.

La oración y el ruego son herramientas poderosas que nos conectan con el Padre celestial, quien escucha atentamente nuestras necesidades. No se trata solo de pedir, sino de hacerlo con un corazón agradecido, reconociendo la bondad y fidelidad de Dios. La gratitud transforma nuestra perspectiva, permitiéndonos ver más allá de los problemas y enfocarnos en la gracia que Dios derrama continuamente sobre nosotros.

Este versículo también nos da la promesa de que, al orar con gratitud, Dios nos dará su paz, una paz que va más allá de lo que podemos entender. Nos enseña a confiar en que Él tiene el control de cada situación, y al entregarle nuestras preocupaciones, podemos experimentar una vida de tranquilidad y fortaleza, sin importar las circunstancias que enfrentemos.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com.

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