Eddy Tolentino

“Jehová es mi pastor; nada me faltará.”

Salmos 23:1

Este salmo, uno de los más conocidos y amados de la Biblia, nos muestra la relación íntima entre Dios y Su pueblo. Aquí, el salmista David describe a Dios como el Pastor perfecto que cuida, guía y provee para Sus ovejas. La metáfora del pastor no solo es reconfortante, sino también profundamente significativa: un pastor protege, lidera y se sacrifica por el bienestar de sus ovejas.

Decir que “nada me faltará” no implica que nunca enfrentaremos dificultades o carencias en esta vida, sino que, bajo el cuidado de Dios, siempre tendremos lo necesario para cumplir con Su propósito. Es una declaración de confianza total en la suficiencia de Dios, sabiendo que Él proveerá en cada aspecto de nuestra vida, tanto físico como espiritual.

Este versículo también nos invita a reflexionar sobre nuestra dependencia de Dios. Como ovejas, no siempre entendemos el camino que debemos seguir o los desafíos que enfrentamos, pero el Pastor nos guía por sendas de justicia y nos acompaña incluso en los valles más oscuros. Su presencia asegura que, a pesar de las pruebas, podemos tener paz, consuelo y esperanza, porque estamos bajo Su cuidado constante.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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