Salmos 46:1:
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.”
Este versículo nos invita a recordar que en medio de las adversidades, Dios es nuestro refugio seguro. Él está siempre presente, listo para fortalecernos y brindarnos ayuda cuando más lo necesitamos.
En tiempos de incertidumbre o dificultad, podemos encontrar consuelo al refugiarnos en su presencia. Su amor y poder son un ancla que nos sostiene, recordándonos que nunca enfrentamos nuestras luchas solos.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com.