Un líder pandillero fue condenado por ordenar el homicidio de una ex testigo federal después de un altercado en Brooklyn (NYC). La mujer siguió el consejo de Eric Adams, entonces presidente del condado y actual alcalde de la ciudad, de que los neoyorquinos resolvieran las disputas sin llamar a las autoridades.
Maliek Miller, líder de la pandilla Ninedee, fue condenado por orquestar el homicidio de una ex testigo federal después de un altercado en una pelea por fuegos artificiales ilegales en Brooklyn (NYC).
Miller, de 30 años, no disparó las balas contra Shatavia Walls (33) el 7 de julio de 2020, pero ordenó su muerte, según determinaron los jurados el jueves después de un juicio de cuatro semanas en el Tribunal Federal de Brooklyn.
El jurado declaró a Miller culpable de los siete cargos en su contra, incluido el crimen organizado y homicidio en beneficio del crimen organizado. Se enfrenta a una cadena perpetua obligatoria.
El crimen fue además controversial porque Walls supuestamente siguió el consejo de Eric Adams, entonces presidente del condado y actual alcalde de la ciudad, de que los neoyorquinos resolvieran las disputas de vecino a vecino en lugar de llamar al 311 ó 911, en el violento verano pandémico.
Walls, de 33 años, había sido víctima de una disputa entre pandillas que duró una década en el complejo de vivienda pública (NYCHA) Pink Houses en East New York, donde los números de los edificios marcan el territorio de pandillas rivales, destacó Daily News.
Después de recibir un disparo de un presunto miembro de Loopy Gang, que está vinculado a los Ninedees, Walls subió al estrado en un juicio en un tribunal federal en 2019. Eso le valió la etiqueta de “soplona” y el continuo desprecio de algunos pandilleros en la zona.
“Shatavia ha sido una rata y sigue delatando”, decía un volante colocado en el desarrollo de viviendas antes de su testimonio. Walls no se veía a sí misma como una soplona y explicó en el estrado: “Me defiendo a mí misma…. Me defiendo por mí misma”.
Meses después, el 4 de julio de 2020, Walls tuvo problemas con Miller y su pandilla, peleando con él y su primo por los fuegos artificiales ilegales en el complejo de viviendas. Ella los superó y los golpeó a ambos. Miller la llamó “soplona” durante el tumulto y disparó un tiro al aire antes de irse.
El 7 de julio unos pandilleros la vieron, la persiguieron por un camino del desarrollo habitacional y la acribillaron a balazos. Milagrosamente sobrevivió al principio, pero murió 10 días después.
Quintin Green y Joe Santana, miembros de Ninedee, dispararon las balas, mientras que otro pandillero, Shakur Bay, arrojó la ropa que llevaba el dúo por un conducto incinerador, dijeron los fiscales. Otro miembro de Nindeee, Kevin Wint, alquiló una habitación de hotel en el Best Western cerca del aeropuerto JFK donde los pistoleros pudieron esconderse durante la noche.
En ese momento Santana era un adolescente de 16 años y dijo que había cometido el crimen para cumplir con un rito de iniciación en la pandilla. Desde entonces, ellos cuatro han llegado a acuerdos con la fiscalía, pero Miller fue a juicio.
“El veredicto de hoy es trascendental porque responsabiliza a Miller por orquestar un complot cobarde para matar a una mujer que valientemente se enfrentó a su banda Ninedee, y defiende el estado de derecho para los residentes de Pink Houses que sólo quieren seguir con sus vidas y criar a sus hijos sin la plaga de violencia y peligro que les infligen criminales despiadados como el acusado”, dijo el fiscal federal Breon Peace.
Los enfrentamientos entre pandilleros dejan constantemente víctimas en Nueva York, entre ellos mismos y otras personas, algunas alcanzadas “al azar” en calles, escuelas, el transporte público y negocios. Los enfrentamientos suelen estar vinculados con una batalla por el territorio y los sospechosos a menudo se incriminan al alardear y publicar sobre sus crímenes en las redes sociales. “Las personas están publicando todo lo que pueden. Son muy descarados con sus publicaciones. Y si ese es el caso, estamos listos para sacar provecho de ello”, alertó el jefe de la policía de Nueva York, Jason Savino.
A fines de mayo 18 jóvenes, algunos de ellos menores de edad, fueron detenidos como sospechosos de estar vinculados con tiroteos pandilleros que han dejado transeúntes inocentes como víctimas en Brooklyn.
Días después Jean “Bigga Twirl” Fremont (32) fue sentenciado a 35 años de cárcel por desatar una guerra de pandillas luego de que le robaran su cadena de oro en Brooklyn. En febrero un trabajador mexicano murió baleado “al azar” durante un enfrentamiento entre pandilleros adolescentes a plena luz del día en una estación del Metro en El Bronx.
El Diario