Se ubica en Virginia Occidental y tiene una restricción por un motivo científico.
Leslie Santana
¿Se imagina poder viajar en el tiempo a la era en donde los celulares y el Wi-Fi no eran indispensables? Pues en este lugar a 7 horas de Nueva York la gente no depende de ellos las 24 horas ya que están prohibidos por esta razón.
Se trata de Green Bank, un pueblo pequeño en Virginia Occidental, en donde ciertos aparatos electrónicos como los celulares y el Wi-Fi no se pueden usar cerca del Observatorio de Green Bank.
En este pueblo hay zonas que prohíben el uso de ciertos aparatos electrónicos ya que en el Observatorio de Green Bank se ubica el radiotelescopio orientable más grande del mundo y requiere del silencio de radio para poder estudiar la astronomía y los agujeros negros. Por ese motivo, desde metros antes de entrar a sus instalaciones se ubican letreros en donde se informa a los visitantes de las restricciones electrónicas que deberán respetar en la zona.
Cuando se creó el observatorio, la Comisión Federal de Comunicaciones estableció dos zonas tranquilas con el objetivo de proteger el trabajo de los especialistas de Green Bank y las instalaciones federales en Sugar Grove, Virginia Occidental.
Estas son la Zona Nacional de Radio Silencio y la Zona de Radioastronomía de Virginia Occidental, las cuales otorgan una protección única contra muchas formas de interferencia de radiofrecuencia provocada por el hombre, señala el sitio oficial del observatorio de Green Bank. Estas zonas abarcan aproximadamente 20921 kilómetros cuadrados.
De acuerdo con el sitio oficial del observatorio de Green Bank, los telescopios del GBO (por sus siglas en inglés) son tan sensibles que tienen la capacidad de detectar fenómenos cósmicos a miles de millones de años luz de la Tierra.
Una amplia variedad de dispositivos electrónicos, como los que tienen Wi-Fi y Bluetooth, emiten ondas de radio que interfieren con esas observaciones, por lo que bloquean las señales distantes que los astrónomos intentan detectar. Sin embargo, los especialistas resaltan que no se deben relacionar las restricciones con el internet, pues aquí sí lo usan para sus investigaciones.
Leslie Santana