Trump y la transición ambiental: ¿Qué le espera a la región con su regreso a la presidencia?
El panorama ambiental global enfrenta un nuevo capítulo con el regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos. Su enfoque negacionista sobre el cambio climático, ya evidente durante su primer mandato, despierta preocupaciones entre expertos y ambientalistas. Este giro político podría tener impactos significativos no solo en el territorio estadounidense, sino también en América Latina, una región estratégica en temas de biodiversidad y recursos minerales críticos.
Un cambio en el liderazgo ambiental global
La elección de Trump trae consigo interrogantes sobre el futuro de Estados Unidos en el Acuerdo de París, un compromiso internacional clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Durante su campaña, Trump reafirmó su intención de retirar nuevamente al país del tratado, lo que podría desencadenar un efecto cascada, alentando a gobiernos ideológicamente afines, como los de Argentina, Ecuador y El Salvador, a adoptar políticas menos comprometidas con la sostenibilidad climática.
El impacto de esta decisión no solo será simbólico, afectando el liderazgo global en materia climática, sino también económico. Estados Unidos ha sido un actor principal en el financiamiento de iniciativas ambientales internacionales. Si estos fondos disminuyen, programas como el Fondo Mundial para el Medio Ambiente enfrentarían serias dificultades, comprometiendo proyectos críticos en países en desarrollo.
Designaciones polémicas en el gabinete de Trump
El regreso de Trump viene acompañado de un equipo de gobierno que refleja su postura hacia el medio ambiente. Entre los nombramientos más controversiales están:
• Lee Zeldin, como jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), conocido por oponerse a regulaciones sobre emisiones de metano.
• Elon Musk, designado para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental. Aunque Musk es visto como un pionero en la transición energética, sus empresas han enfrentado multas por violaciones ambientales.
• Chris Wright, director de una empresa petrolera y defensor del fracking, ahora secretario de Energía.
• Doug Burgum, secretario del Interior, quien probablemente impulsará la explotación de combustibles fósiles.
Estas designaciones sugieren un retorno a políticas que priorizan el desarrollo económico basado en la explotación de recursos naturales, con un menor enfoque en la protección ambiental.
La región amazónica: entre el activismo de Biden y el pragmatismo de Trump
En uno de sus últimos actos como presidente, Joe Biden visitó la selva amazónica, donde anunció una inversión de 50 millones de dólares para combatir la deforestación. Sin embargo, expertos como Alicia Guzmán cuestionan si estos compromisos serán respetados bajo la administración de Trump. Guzmán también destaca el papel creciente de China en la Amazonía, especialmente a través del financiamiento de proyectos extractivos en países como Ecuador y Brasil. Esta competencia geopolítica podría intensificarse con un Trump más enfocado en asegurar recursos estratégicos para Estados Unidos.
Minerales para la transición energética: ¿un desafío o una oportunidad?
El regreso de Trump también plantea inquietudes sobre la explotación de minerales críticos como el litio, indispensable para la fabricación de vehículos eléctricos y baterías solares. La región conocida como el “triángulo del litio” (Argentina, Bolivia y Chile) será clave en esta carrera, pero también enfrentará presiones significativas. Según Óscar Soria, de Common Initiative, estas políticas podrían aumentar los conflictos con las comunidades indígenas locales, quienes han sido históricamente excluidas de los beneficios económicos derivados de la minería.
El papel de Elon Musk en este tema genera contradicciones. Mientras sus negocios dependen de estos minerales, la administración Trump podría minimizar las preocupaciones ambientales relacionadas con su extracción. David Purkey, del Stockholm Environment Institute, advierte sobre la necesidad de establecer protocolos claros para mitigar los impactos en recursos hídricos y ecosistemas locales, en una región que alberga más de la mitad de las reservas mundiales de litio.
Un futuro incierto para las políticas climáticas
La administración Trump podría marcar un retroceso en los avances ambientales logrados durante el gobierno de Biden, debilitando los compromisos internacionales y acentuando tensiones diplomáticas en América Latina. Sin embargo, como destaca Óscar Soria, estados subnacionales en Estados Unidos y otros actores internacionales podrían asumir un papel más activo para mitigar los daños.
El reto será monumental para la sociedad civil, especialmente en países que dependen de la cooperación internacional para enfrentar la crisis climática. Con Trump de nuevo en la Casa Blanca, el panorama se presenta desafiante, pero también puede ser una oportunidad para que nuevos liderazgos surjan en la lucha por un futuro sostenible.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com