Líderes electos y activistas excarcelados presionan a la Legislatura Estatal para evitar que centenares de personas valiosas sigan envejeciendo y muriendo en las prisiones estatales.
Muchos datos dejan claro que si los legisladores de Nueva York aprueban algunas leyes que modificarían la forma cómo se procesan los casos y peticiones de libertad condicional para la población penitenciaria, particularmente para los adultos mayores, tendría mucho impacto en Queens: El 18% de quienes están pagando condena en prisiones estatales, que eran residentes de este condado, tienen 55 años o más.
Como argumenta en un comunicado, una coalición de más de 350 organizaciones que pelean por cambios en los beneficios procesales, “cientos de vecinos de Queens, fueron encerrados cuando eran jóvenes. Pero carecen de vías para que se considere su liberación, sin importar cuánto hayan madurado y transformado sus vidas. Y envejecieron tras las rejas.”.
Por ello, esta semana líderes comunitarios de Queens, anteriormente encarcelados y legisladores estatales electos se unieron en un día de acción, para demostrar a los asambleístas y senadores la importancia humanitaria que tiene la aprobación de las legislaciones Libertad Condicional para Personas Mayores y la propuesta Libertad Condicional Justa y Oportuna.
Estos dos proyectos de ley, en conjunto, garantizarán que las personas en prisión tengan oportunidades para una consideración individualizada para su liberación, en función de quiénes son hoy, qué han hecho para cambiar y si representan un riesgo si son liberados.
En este sentido, el asambleísta de Queens, Andrew Hevesi, exigió que el 2024 sea el año en que se logre avances en materia de libertad condicional: “la justicia penal debería centrarse en la rehabilitación, no en el castigo perpetuo”.
Valiosos en libertad
En esta concentración realizada en Albany se dejó claro, cómo muchas personas valiosas que pagaron prisión, pueden en libertad servir como mensajeros creíbles e interruptores de violencia, consejeros de reingreso y recuperación entre pares, propietarios y empresarios de pequeñas empresas, líderes de organizaciones sin fines de lucro, expertos en reducción de daños, agentes de cambio de políticas y mucho más.
Por ejemplo, Vanessa Santiago, residente de Long Island City cumplió 17,5 años de prisión y ahora dirige Gift it Away (GIA), una organización de ayuda comunitaria que impulsa la liberación de personas mayores en prisión.
“Cuando me liberaron, supe que quería ser un activo para mi comunidad. Y no he vuelto a mirar atrás. Me involucro con esta campaña, porque hay tantas mujeres increíbles de Queens en prisión, que harían un gran trabajo en libertad, si le dieran la oportunidad”, destacó Vanessa.
La activista es una fiel creyente, que si se sacan de las rejas a más personas que asumieron un error, como una forma de redención y transformación, el impacto sería muy positivo en sus comunidades.
La historia de Robert Ehrenberg quien creció en Richmond Hill es también aleccionadora. Hoy es subdirector de Redemptions House, luego de haber cumplido 30 años de prisión. Tenía 50 años de cadena perpetua pero tuvo la suerte de recibir clemencia y regresó a casa hace tres años.
“Sé quién sigue ahí. Conozco el trabajo que pueden hacer en nuestra comunidad. Me entristece que todavía vivan y mueran tras las rejas”, compartió.
Muriendo en prisión
El 53% de los residentes de Queens actualmente encarcelados en Nueva York son negros y el 91% son personas de color. Sin embargo, el 47% de los residentes de este condado en general son blancos.
Con base a la Campaña Popular por la Justicia en Libertad Condicional sin reformas para que este proceso sea más justo en el estado de Nueva York, los neoyorquinos, especialmente los negros y latinos, seguirán envejeciendo sin dignidad, enfermando y muriendo en prisión, independientemente de sus cambios probados.
Según un análisis del Times Union de las casi 19,000 decisiones de la junta de libertad condicional en los últimos dos años, el “prejuicio racial infecta las determinaciones de libertad condicional y las disparidades solo se han ampliado en los últimos años”.
Los datos, que abarcan desde octubre de 2018 hasta octubre de 2020, muestran que la Junta de Libertad Condicional concedió la libertad condicional al 41% de los blancos, en comparación con el 34% de los negros y el 33 por ciento de los latinos.
“El sistema de libertad condicional de Nueva York tiene sus raíces en la represalia, lo que deja a demasiados neoyorquinos languideciendo en prisión hasta la vejez, independientemente de si representan o no una amenaza para sus comunidades”, reflexionó el senador Michael Gianari, quien representa a Astoria.
Las dos leyes:
La legislación Libertad Condicional para Personas Mayores (S.2423/A.2035) permitiría a la Junta Estatal de Libertad Condicional realizar una evaluación para una posible libertad condicional para adultos mayores encarcelados que ya han cumplido 15 años o más, incluidas algunas de las personas encarceladas de mayor edad y más enfermas del estado.
El anteproyecto Libertad Condicional Justa y Oportuna (S.307/A.162) proporcionaría revisiones de libertad condicional más significativas para las personas encarceladas, que ya son elegibles para la libertad condicional.
Por Fernando Martínez