domingo 24 de noviembre de 2024 11:21 am
Eddy Tolentino

Una liturgia irreverente realizada por un activista trans en la Catedral de San Patricio en Nueva York (Estados Unidos), ha causado indignación en las redes sociales, con críticas de que el templo católico fue usado para promover una agenda ideológica que contradice la enseñanza de la Iglesia.

La catedral acogió el servicio fúnebre del 15 de febrero para Cecilia Gentili, activista que ayudó a despenalizar el trabajo sexual en Nueva York, promovió que la “identidad de género” se añadiera como una clase protegida en las leyes de derechos humanos del estado, y fue una importante recaudadora de fondos para causas trans.

Los organizadores del funeral no habrían revelado a la Catedral de San Patricio que Gentili, quien murió el 6 de febrero a los 52 años, era un hombre biológico que se identificaba como mujer.

“Mantuve esto en secreto”, dijo Ceyeye Doroshow, la organizadora del funeral, al diario estadounidense The New York Times.

Doroshow dijo que los amigos de Gentili solicitaron que el servicio fúnebre se llevara a cabo en la Catedral de San Patricio porque “es un ícono”, y consideraban de similar manera a Gentili.

A lo largo de la liturgia, el P. Edward Dougherty, que presidió la Misa, se refirió a Gentili con pronombres femeninos y describió al hombre identificado como trans como “nuestra hermana”. Además, durante las oraciones de los fieles, el lector rezó por la así llamada atención sanitaria de afirmación de género, mientras que los asistentes se referían con frecuencia y aprobación a Gentili como la “madre de las prostitutas”.

No está claro si el personal de la iglesia católica sabía que Gentili era un hombre que se identificaba como mujer. La Catedral de San Patricio remitió todas las solicitudes de medios a la Arquidiócesis de Nueva York, que no respondió a las solicitudes de comentarios antes de la publicación de este artículo.

En declaraciones previas al New York Times, el portavoz arquidiocesano Joseph Zwilling dijo que “un funeral es una de las obras de misericordia corporales”, que son “un modelo de cómo deberíamos tratar a los demás, como si fueran Cristo disfrazado”. Aparte de los comentarios de su portavoz, la Arquidiócesis de Nueva York no había emitido ninguna declaración oficial sobre el servicio fúnebre en San Patricio hasta el viernes por la noche.

Diversos medios de comunicación han presentado el evento como una ocasión trascendental y un signo de que la Iglesia Católica está cambiando su enseñanza, o al menos su tono, sobre la sexualidad y la antropología humana.

La revista Time describió el hecho de que se celebrara un servicio fúnebre para un activista trans en una catedral católica como algo que “no es poca cosa”, mientras que The New York Times describió el servicio como “una pieza exuberante de teatro político”.

El sacerdote jesuita James Martin, de conocido activismo LGBTQ ycuyo enfoque hacia la inclusión pastoral ha causado controversia en la Iglesia Católica, expresó su aprobación por el servicio fúnebre.

“Celebrar la Misa fúnebre (sic) de una mujer transgénero en San Patricio es un poderoso recordatorio, durante la Cuaresma, de que las personas LGBTQ son parte de la iglesia tanto como cualquier otra”, dijo al New York Times. “Me pregunto si hubiera sucedido hace una generación”.

Sin embargo, otros católicos no compartieron la posición del sacerdote jesuita.

En X (antes Twitter), CatholicVote describió el servicio fúnebre como una “burla de la fe cristiana DENTRO de la Catedral de San Patricio” por parte de activistas trans.

Otros pidieron que el Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, y su Arquidiócesis respondieran ante lo que consideran un sacrilegio.

“¿Está planeando el Cardenal Dolan hacer reparaciones y exorcizar y consagrar el altar y la nave?”, dijo un usuario de X, aparentemente haciendo referencia a los pasos que tomó la Diócesis de Brooklyn cuando una estrella pop interpretó un video musical inapropiado en el santuario de una iglesia parroquial.

Muchos de los 1.000 asistentes llevaban ropa drag y reveladora. Al pie del altar había una imagen de Gentili, nacida en Argentina, con un halo, rodeada por las palabras en español “prostituta”, “travesti”, “bendita” y “madre”.

El activista trans Óscar Díaz le dijo a Time que “se sintió apropiado” despedir a Gentili con un servicio fúnebre en San Patricio, describiendo el evento como un acto para otorgar “santidad” a una persona activista transgénero.

El servicio para Gentili estuvo marcado por varios momentos fuera de lo común para un funeral católico y han generado inquietudes sobre la irreverencia y el sacrilegio.

Por ejemplo, durante la liturgia, los asistentes vitorearon, aplaudieron y gritaron “¡Cecilia!” y “madre de putas”.

Una interpretación del “Ave María” por parte del cantor de la catedral fue interrumpida cuando un asistente gritó “¡Ave Cecilia!” y bailó por el pasillo central.

Una reflexión realizada en medio de la liturgia por una persona laica comparó el activismo de Gentili para normalizar el trabajo sexual y abogar por la atención médica relacionada con el género con el ministerio de Cristo a prostitutas y marginados.

En otra reflexión, Díaz describió a Gentili como “esta puta, esta gran puta, Santa Cecilia, madre de todas las putas”. Los reunidos se pusieron de pie y aplaudieron mientras el P. Dougherty permanecía sentado, con la barbilla en la mano.

Después de asistir a iglesias bautistas y católicas, Gentili se identificó como ateo aunque sugirió un interés reciente en Dios en una entrevista de noviembre de 2023.

“La religión ha sido un aspecto tan fundamental de mi vida que siempre tendré algún tipo de conexión con ella. Todavía anhelo un sentido de comunidad y pertenencia que sé que muchas personas encuentran en la fe”, dijo Gentili.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.

Por Jonathan Liedl, Matthew McDonald

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