lunes 30 de diciembre de 2024 1:02 pm
Eddy Tolentino

En los centros de datos de Tesla, la inteligencia artificial se entrena para adaptarse a diversas condiciones de conducción, pero según algunos empleados, esa IA es deliberadamente entrenada para ignorar ciertas señales de tráfico.

El sector automovilístico enfrenta dos grandes desafíos: eliminar los vehículos de combustión y lograr que los coches puedan conducirse solos. Tesla, pionera tanto en coches eléctricos como en sistemas de conducción autónoma, está en el centro de este proceso. Las gigantescas fábricas de Tesla, conocidas como Gigafactorías, no solo producen vehículos, sino que también desarrollan el software que los controla, incluido el Autopilot, que gestiona la interpretación de las cámaras y los sensores para guiar el vehículo.

Sin embargo, aunque el sistema Autopilot no es perfecto, los incidentes ocurridos en los últimos años podrían estar relacionados con decisiones deliberadas en el diseño del software. Según testimonios de empleados, se entrena la IA para que se comporte como un conductor humano, lo que en algunos casos incluye ignorar señales como las de “no girar con una luz roja” o “no girar en U”.

En 2022, Tesla tomó la decisión de eliminar radares y sensores de sus vehículos, lo que generó preocupación por la seguridad, ya que estos dispositivos eran clave para la conducción autónoma. Esto llevó a un aumento en los accidentes reportados, algunos relacionados con el sistema de conducción autónoma.

Los empleados que trabajan en los centros de datos de Tesla revisan y etiquetan miles de horas de vídeos capturados por los vehículos, entrenando a la IA para tomar decisiones en fracciones de segundo. Aunque este proceso es crucial, varios trabajadores han señalado que en ocasiones se les pide que ignoren ciertas normas de tráfico en favor de una “experiencia de conducción más humana”.

A esta controversia se suman preocupaciones sobre la privacidad. En 2023, se reveló que empleados de Tesla habían compartido imágenes privadas capturadas por las cámaras de los coches, lo que levantó serias críticas. Tesla ha implementado medidas para controlar estas filtraciones, como agregar marcas de agua en las imágenes.

Finalmente, las condiciones laborales en los centros de datos de Tesla también han generado descontento. Los trabajadores han denunciado un control excesivo sobre su productividad, llegando a monitorear el tiempo que pasan en los baños. Esto derivó en una campaña sindical en Buffalo, Nueva York, que fue respondida con el despido de cientos de empleados por bajo rendimiento.

En resumen, mientras Tesla avanza en la automatización de la conducción, surgen preocupaciones sobre la seguridad, la privacidad y las condiciones laborales en sus centros de datos.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com.

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