martes 3 de diciembre de 2024 3:12 pm
Eddy Tolentino

Musk ha anunciado que tendrá en la calle «millones de robotaxis». Eso mismo prometió para 2020.

Desde la compañía aseguran que el verdadero negocio del mercado está en el software de sus coches.

Tesla vive sumido en una montaña rusa de emociones. En las dos últimas semanas sabemos que pretende despedir al 10% de su plantilla. La compañía ha presentado los resultados del primer trimestre de 2024 esta misma semana con datos terroríficos para cualquier otra empresa. Y, sin embargo, sus acciones han subido.

En estos momentos, la empresa pasa por un punto de inflexión que puede marcar su futuro. Acostumbrada a vender más y más modelos y tener unas tasas de crecimiento espectaculares en los últimos años, el inicio de 2024 ha supuesto un jarro de agua fría para sus planes expansivos.

Aunque el cierre de 2023 ya amenazaba con un enfriamiento en la demanda de los modelos de la compañía, sus ventas terminaron por eclipsar esto con el Tesla Model Y convirtiéndose en el coche más vendido del mundo. Por supuesto, era la primera vez que un coche eléctrico lo conseguía.

Entre sus cifras, Tesla ha confirmado una caída de ventas unitarias de modelos de un 8,5%, respecto al mismo periodo de 2023. Sus ingresos también han caído un 9% y, sobre todo, se han desplomado sus beneficios netos un 55%.

El contexto mundial del coche eléctrico en este primer trimestre ha sido un verdadero problema para los fabricantes. Marcas como Mercedes han confirmado que están retrasando sus planes para dar el salto al «todo eléctrico» y el mercado vive entre la espada y la pared. Cada renovación de un coche en el mercado añade un centenar de kilómetros de autonomía y en el horizonte empiezan a atisbarse modelos con precios más asequibles que hasta ahora.

Pero, de momento, los precios siguen siendo altos y el mercado empieza a dar síntomas de estancamiento. La parte alta del mercado parece estar satisfecha y sin coches verdaderamente asequibles o capaces, el cliente parece estar retrasando la compra de esta tecnología.

A todo lo anterior hay que sumar que Tesla ha sufrido algunos problemas de abastecimiento por los conflictos en el mar rojo y un incendio intencionado que provocó la parada total de su fábrica de Berlín donde produce su coche eléctrico más exitoso.

El (pen) último golpe de efecto

Con este panorama encima de la mesa, Tesla ha presentado sus resultados y lo que se esperaba que fuera una catástrofe para la compañía no ha sido tal. A las cifras les han acompañado algunas promesas… que los inversores han comprado. Porque en los últimos cinco días el precio de la acción ha subido un 10%.

Aunque las cifras no acompañan, Elon Musk ha dado un nuevo golpe de efecto. En su llamada con accionistas, el CEO de la compañía ha dejado claro que la gran prioridad ahora es conseguir el mejor vehículo autónomo. No solo habla de ayudas a la conducción, también de un automóvil completamente autónomo, un robotaxi.

«Si alguien no cree que Tesla vaya a solucionarlo (los problemas del coche autónomo), creo que no debería ser inversor en la empresa. Lo haremos», aseguró Musk, según recogen en Bloomberg.

La respuesta, una vez más, ha sido la de prometer avances de los que, de momento, tenemos pocas esperanzas o un horizonte muy difuso. Musk aseguró que la compañía operará con «millones» de vehículos completamente autónomos que se podrán alquilar tanto para trayectos cortos como para viajes largos. En el medio económico lo definen como una suerte de Airbnb de la automoción.

Acompañado de este anuncio, Musk también se refirió al Full Self Driving (FSD), su sistema de conducción autónoma más avanzado y que lleva años prometiendo que alcanzará un nivel 3 de autonomía. Es decir, que podrá trasladar al conductor sin la necesidad de que preste atención a la carretera o tenga las manos en el volante. ¿Cuantos años? En 2016 ya aseguraba que el coche tenía todos los elementos posibles para conseguirlo pero luego se demostró que era un montaje.

Asegura que Tesla está en conversaciones para que otro fabricante opere con su sistema, una vía de negocio que espera seguir explotando en el futuro. De hecho, el propio Elon Musk ya ha llegado a asegurar en otra ocasión que es el software y no el hardware (el coche) donde realmente está el negocio y el futuro de la compañía.

Pero hasta ahora el FSD no ha dejado de dar dolores de cabeza a la compañía. Aunque es uno de los sistemas más avanzados del mercado, las esperanzas puestas en esta funcionalidad provocan que con cada nuevo retraso o cancelación se ponga más en duda sus buenos resultados o su hoja de ruta. Tampoco han ayudado las palabras grandilocuentes de Musk en todo este tiempo. Y, al mismo tiempo, Mercedes ha conseguido homologar el primer coche con funciones de autonomía de nivel 3 en Estados Unidos.

El historial nos dice que Elon Musk está ante un nuevo golpe de efecto. Si echamos la vista atrás, hace un lustro ya nos prometió que en 2020 conoceríamos su servicio de robotaxis. Ahora nos dice que esos coches se fabricarán como un puzzle y que hay preparados nuevos modelos, nada dijo del hipotético Model 2 y sus 25.000 dólares (otra promesa incumplida). De hecho, ya se habla de un Model 3 compacto.

Y lo peor que tiene Tesla delante de sí es la realidad. Aunque hasta ahora han demostrado estar por delante de los fabricantes tradicionales en la producción de automóviles eléctricos, la llegada de un coche de 25.000 dólares no deja de retrasarse y en estos momentos sería un verdadero golpe encima de la mesa. Mientras, el tiempo corre y los rivales empiezan a tomar posiciones.

Temiendo que no sea aquí donde la compañía pueda ofrecer algo diferente y rompedor, Musk no deja de afirmar que esa ventaja competitiva la encontrará en la inteligencia artificial y el coche autónomo. Pero los primeros proyectos están demostrando que esa es una carrera a muy largo plazo.

Cruise y Waymo llevan años experimentando con lo que esperan que sea un negocio enorme en el futuro pero sus avances son lentos y están siendo cuestionados por los propios ciudadanos que sufren día a día sus pruebas en las calles. Cruise, incluso, ha visto cómo se le retiraba su licencia para operar. Otros, incluso, han caído por el camino.

Solo el tiempo dirá si, de nuevo, Elon Musk ha ganado el tiempo suficiente para capear el temporal o, realmente, está en lo cierto. De momento, sus previsiones de crecimiento en la suscripciones a sus servicios de ayuda a la conducción no se están cumpliendo y la caída en los ingresos está impidiendo amortizar todo el esfuerzo invertido.

Alberto de la Torre

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