domingo 24 de noviembre de 2024 2:41 pm
Eddy Tolentino

Un padre mexicano murió luego de pasar casi siete años en coma después de que un extraño lo golpeara en una calle en Brooklyn (NYC). Su familia está solicitando ayuda financiera ante el Consulado y que el acusado por “delito menor” ahora sea procesado por homicidio.

Domingo Tapia murió tras pasar casi siete años en coma después de que un extraño lo golpeara en una calle en Brooklyn (NYC) y su familia está solicitando ayuda financiera ante el Consulado de México para ayudar a pagar su funeral.

“Su desconsolada familia está tan devastada por la percibida falta de justicia como por su pérdida” y esperan que Gary Anderson, condenado por la golpiza como delito menor, ahora sea acusado del homicidio que ha dejado a dos niños huérfanos, destacó NBC News.

Tapia había estado hospitalizado, sin responder, desde que lo golpearon en la cara mientras andaba en bicicleta en el vecindario Bedford-Stuyvesant de Brooklyn en junio de 2017. El padre de dos hijos tenía entonces 38 años y fue atacado en Fulton Street, cerca de Albany Avenue, mientras viajaba a casa desde su trabajo en una tienda de comestibles, sufriendo una fractura de cráneo.

Tapia fue puesto en coma inducido médicamente. Sus dos hijos tenían entonces 5 y 7 años. Ahora lo único que queda de él son los recuerdos junto a la cama de hospital donde lo vieron la mayor parte de sus cortas vidas.

Nos despertamos y mamá dijo que nuestro papá no sobrevivió”

Pedro Tapia

Niño hijo de la víctima

“Nos despertamos y nuestra mamá dijo que nuestro papá no sobrevivió”, declaró el hijo mayor, Pedro Tapia, hoy de 13 años. Su hermano José ahora tiene 11.

La madre de los niños, Esther Díaz, dijo a través de un traductor que su esposo había estado sufriendo mucho y ella sabe que ahora él está en un lugar mejor. Agregó que la ausencia de Tapia ha sido un desafío familiar. “Ha sido una lucha lidiar con los niños”.

La esposa ha tenido que trabajar horas extras y ha enfrentado una letanía de otras luchas desde que ese golpe arrancó a Tapia de sus vidas. Ahora, Díaz y su familia sólo desean que Anderson sea acusado de homicidio, pues en su momento sólo fue declarado culpable de un delito menor de agresión y sentenciado a tres años, aunque alguien les dijo que salió de la cárcel en seis meses.

La oficina del fiscal de distrito de Brooklyn no respondió de inmediato a una solicitud sobre si presentaría cargos mejorados contra Anderson dado el trágico acontecimiento. Según la ley de Nueva York, es casi imposible que los fiscales acusen de delitos más graves a alguien que lanza un puñetazo mortal o que hirió gravemente a una víctima. Hasta la fecha los legisladores no han logrado cerrar el vacío legal, algo que los amigos y familiares de Tapia consideran injusto.

El mes pasado otro padre mexicano murió tras ser baleado “al azar” durante una aparente pelea entre pandilleros en una estación del Metro de Nueva York en El Bronx.

Días antes, en ese mismo condado otro mexicano fue fatalmente apuñalado afuera de un bar durante una pelea también entre supuestos pandilleros.

El Diario

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