sábado 28 de diciembre de 2024 4:17 am
Eddy Tolentino

En un acto que refleja una creciente preocupación por la justicia y la rehabilitación de los reclusos, defensores de dos iniciativas de ley en Nueva York están presionando por una reforma en el sistema de libertad condicional, apuntando a un trato más justo para aquellos internos que han cumplido una parte significativa de sus penas y han demostrado un cambio positivo. La libertad condicional, en principio un derecho otorgado a los prisioneros que cumplen ciertos requisitos y muestran progreso durante su encarcelamiento, no siempre se lleva a cabo como debería. A pesar de la existencia de esta posibilidad, muchos internos en el estado de Nueva York, como José Saldaña, se han visto privados de este derecho durante años, incluso después de haber cumplido con los requisitos establecidos por la ley.

En respuesta a esta situación, este miércoles, un grupo diverso de manifestantes, incluyendo exreclusos, defensores, políticos y familiares de prisioneros, se reunieron en varias ciudades del estado para exigir que la Legislatura apruebe dos propuestas de ley que permitirían una revisión más justa de las solicitudes de libertad condicional. Estas leyes no solo podrían reducir las tasas de encarcelamiento, sino que también permitirían ahorrar cerca de $522 millones anuales que podrían ser invertidos en programas para las comunidades.

Una de las principales iniciativas propone que los prisioneros mayores, que han cumplido al menos 15 años de condena y han mostrado signos de rehabilitación, sean considerados para la libertad condicional. Otra de las propuestas busca restablecer la misión original de la Junta de Libertad Condicional, que es evaluar si los prisioneros están preparados para reintegrarse a la sociedad, en lugar de negarla con base únicamente en los delitos cometidos en el pasado.

José Saldaña, quien pasó 38 años en prisión, relató cómo, a pesar de haber demostrado un cambio significativo durante su tiempo en la cárcel, le fue negado el derecho a la libertad condicional en cinco ocasiones. Asegura que la Junta no evalúa adecuadamente los esfuerzos de rehabilitación de los internos, sino que se enfoca únicamente en el crimen por el cual fueron condenados, perpetuando una suerte de castigo eterno que ignora el crecimiento y los esfuerzos de cambio de los prisioneros.

Carol Shapiro, excomisionada de la Junta de Libertad Condicional, también se sumó al llamado, lamentando que el sistema actual no reconozca adecuadamente los esfuerzos de rehabilitación de los prisioneros. Shapiro explicó que las decisiones de libertad condicional se están tomando de forma punitiva y, en muchos casos, se basan solo en el delito cometido en el pasado, sin tener en cuenta quién es la persona hoy en día. Además, señaló que las disparidades raciales en las decisiones de libertad condicional son un problema grave, con los internos hispanos y negros siendo los más afectados por la falta de justicia en este sistema.

Por su parte, la asambleísta Amanda Séptimo expresó que la batalla para aprobar estas leyes en la Legislatura no será fácil, especialmente en un clima político influenciado por voces conservadoras. Sin embargo, destacó que cada vez más legisladores están reconociendo que la seguridad no solo depende de la policía, sino también de la evaluación de los sistemas y los recursos que se invierten para fomentar la rehabilitación. Aclaró que las iniciativas de ley no buscan liberar a todos los reclusos, sino otorgarles el derecho de ser evaluados en función de su rehabilitación y su preparación para regresar a la sociedad de manera responsable.

La senadora Julia Salazar, quien está patrocinando el proyecto de ley de “Libertad Condicional Justa y Oportuna”, también expresó su apoyo y subrayó que el actual sistema de libertad condicional de Nueva York es demasiado punitivo. Aseguró que estas leyes representan un paso importante hacia una justicia más equitativa y hacia la integración efectiva de los reclusos rehabilitados en la sociedad.

Finalmente, el senador Robert Jackson hizo un llamado a sus colegas en Albany para aprobar estas leyes, afirmando que la verdadera justicia se basa en la redención y la oportunidad de las personas para enmendar sus errores. Según Jackson, al permitir que los prisioneros rehabilitados sean liberados bajo condiciones apropiadas, Nueva York podría enviar un mensaje de esperanza y transformación, alineando su sistema de justicia con los valores de equidad, seguridad y segundas oportunidades. En este sentido, las iniciativas buscan dar un paso crucial hacia una sociedad más justa, que valore tanto la rehabilitación como la reintegración de los individuos que han demostrado su capacidad para cambiar y ser una fuerza positiva en la comunidad.

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