El reloj avanza implacable en Gaza. A solo 48 horas del segundo aniversario del ataque del 7 de octubre de 2023 —que desencadenó la guerra más mortífera en décadas—, Hamás ha lanzado un ultimátum: un acuerdo inmediato para el intercambio de rehenes por prisioneros palestinos, o las negociaciones en Egipto podrían derrumbarse antes de empezar. «Hamás está muy interesado en alcanzar un acuerdo para poner fin a la guerra», declaró un alto funcionario del grupo, pero con una condición no negociable: Israel debe detener todos sus bombardeos, sobrevuelos de drones y retirar sus tropas de la Ciudad de Gaza.
El plan de paz propuesto por el presidente Donald Trump —que incluye un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes en 72 horas, la retirada gradual del ejército israelí y el desarme de Hamás— parece una luz al final del túnel. Pero en el terreno, la realidad es otra: los bombardeos israelíes no cesan, y el ejército israelí, liderado por el jefe del Estado Mayor Eyal Zamir, ha dejado claro que «si fracasan las negociaciones, retomaremos el combate». Mientras tanto, las delegaciones se preparan para viajar a Sharm el Sheij: la israelí, encabezada por el ministro Ron Dermer, y la de Hamás, procedente de Doha.
El problema es que, aunque el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha expresado su apoyo al plan de Trump, también ha dejado claro que Israel no se retirará por completo de Gaza, donde controla aproximadamente el 75% del territorio. «Ha habido una disminución en los bombardeos desde el sábado por la noche», observó Muin Abu Rajab, un residente de Gaza, pero añadió que cree que es solo una «maniobra táctica». Mientras tanto, Trump ha insistido en que Israel debe detener «inmediatamente» sus bombardeos, pero el ejército israelí ha seguido con sus ataques, causando cerca de 60 muertos solo el sábado.
El costo humano de esta guerra es devastador. Desde el ataque del 7 de octubre de 2023, que dejó 1,219 muertos en Israel, la ofensiva israelí ha causado, según el Ministerio de Salud de Gaza, 67,000 muertos, en su mayoría civiles. La ONU ha declarado hambruna en partes de Gaza, y sus investigadores acusan a Israel de genocidio, una acusación que Israel rechaza. Entre los rehenes, 47 siguen en Gaza, de los cuales 25 han muerto, según el ejército israelí. «Estamos dispuestos a liberar a todos los rehenes en el marco del plan de Trump», declaró Hamás, pero la pregunta que todos se hacen es: ¿Podrán las partes superar sus desconfianzas mutuas antes de que la violencia los consuma a todos?
Versión 5: «Entre la esperanza y la desesperación: Las negociaciones en Egipto que podrían definir el futuro de Gaza»
En medio del humo de los bombardeos y el sonido de los drones, una frágil esperanza emerge en Gaza: las negociaciones en Sharm el Sheij, mediadas por Egipto, podrían ser la última oportunidad para detener la guerra más sangrienta en décadas. Hamás ha exigido un acuerdo inmediato para el intercambio de rehenes por prisioneros palestinos, mientras Israel, aunque ha aceptado el plan de Donald Trump en principio, no ha detenido sus operaciones militares. «Hamás está muy interesado en alcanzar un acuerdo para poner fin a la guerra», declaró un alto funcionario del grupo, pero con una condición clave: Israel debe suspender todos sus bombardeos, sobrevuelos de drones y retirar sus tropas de la Ciudad de Gaza.
El plan de Trump, anunciado el 29 de septiembre, prevé un alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes en 72 horas, la retirada por etapas del ejército israelí y el desarme de Hamás. Pero mientras las delegaciones se preparan para viajar —la israelí, liderada por el ministro Ron Dermer, y la de Hamás, desde Doha—, en el terreno, la violencia no cesa. El sábado, los bombardeos israelíes dejaron al menos cinco muertos, según la Defensa Civil de Gaza, y el ejército israelí no muestra señales de detener sus operaciones. «Si fracasan las negociaciones, retomaremos el combate», advirtió el jefe del Estado Mayor israelí, Eyal Zamir.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha expresado su apoyo al plan de Trump, pero también ha dejado claro que Israel no se retirará completamente de Gaza, donde controla aproximadamente el 75% del territorio. «Ha habido una disminución en los bombardeos desde el sábado por la noche», observó Muin Abu Rajab, un residente de Gaza, pero añadió que cree que es solo una «maniobra táctica». Mientras tanto, Trump ha sido enfático: «No toleraré ningún retraso» en la aplicación de su plan, que incluye una primera «línea de retirada» israelí de 1.5 a 3.5 km dentro de Gaza. «En cuanto Hamás acepte, un alto el fuego entrará en vigor», aseguró el presidente estadounidense.
Pero el costo humano de esta guerra es abrumador. Desde el ataque del 7 de octubre de 2023, que dejó 1,219 muertos en Israel, la ofensiva israelí ha causado, según el Ministerio de Salud de Gaza, 67,000 muertos, la mayoría civiles. La ONU ha declarado hambruna en partes de Gaza, y sus investigadores acusan a Israel de genocidio, una acusación que Israel rechaza. Entre los rehenes, 47 siguen en Gaza, de los cuales 25 han muerto, según el ejército israelí. «Estamos dispuestos a liberar a todos los rehenes en el marco del plan de Trump», declaró Hamás, pero la pregunta que todos se hacen es: ¿Podrán las partes superar sus desconfianzas y llegar a un acuerdo antes de que la violencia los consuma a todos?