El 1 de noviembre de 2025 marcó el inicio de una crisis de salud para millones de familias estadounidenses, que se enfrentan a aumentos drásticos en las primas de sus seguros médicos tras la expiración de los subsidios de Obamacare. Con el Congreso en un estancamiento político y los republicanos negándose a extender las ayudas, cerca de 20 millones de personas verán cómo sus primas se disparan, en algunos casos más del 100%.
Familias en la cuerda floja
Rachel Mosley, una profesora de preescolar en Florida, descubrió que su seguro familiar se triplicará en 2026, pasando a consumir un tercio de sus ingresos. «No sé cómo vamos a pagarlo», admite. «Si tengo otro problema de salud, no podré pagar la factura del hospital». En Nebraska, Audrey Horn, una jubilada, verá cómo su prima anual aumenta de $1,740 a más de $2,430, un golpe que su familia no puede absorber. «Ya estamos luchando con la inflación», dice. «No sé cómo vamos a manejar esto».
El origen del problema: Política y presupuesto
Los subsidios de Obamacare, ampliados durante la pandemia, redujeron el costo de las primas para millones. Sin embargo, con el cierre parcial del gobierno desde octubre y la falta de un acuerdo presupuestario, estos subsidios expiraron. Los republicanos, liderados por Donald Trump, se han negado a negociar su extensión, argumentando que no hay fondos sin recortes en otras áreas.
Según KFF, el vencimiento de los subsidios podría hacer que una prima promedio de $888 en 2025 aumente a $1,906 en 2026, un incremento del 114%. La CBO estima que 4 millones de personas podrían perder su cobertura médica.
El impacto en la economía y la sociedad
El aumento en las primas no solo afecta a las familias, sino que tiene repercusiones económicas más amplias. Cuando las personas pierden su seguro, dejan de recibir atención preventiva, lo que lleva a enfermedades más graves y costosas. Además, los hospitales terminan absorbiendo los costos de los pacientes no asegurados, lo que aumenta las primas para todos.
«Es un círculo vicioso», explica Mark Shepard, economista de Harvard. «Cuantas más personas pierdan su seguro, más caro se vuelve el sistema para quienes sí lo tienen».
¿Qué se puede hacer?
Los demócratas han propuesto una extensión temporal de los subsidios, pero los republicanos insisten en que no hay dinero sin recortes en otras áreas. Mientras tanto, millones de familias se ven obligadas a tomar decisiones difíciles: pagar primas que consumen una gran parte de sus ingresos o arriesgarse a quedar sin cobertura.
Organizaciones como KFF y grupos de defensa de los derechos de los pacientes están presionando al Congreso para que actúe. «Necesitamos una solución ahora», dice Linda Blumberg, experta en políticas de salud. «No podemos permitir que millones de personas queden sin cobertura en medio de una crisis de costos».
Un futuro incierto
Para familias como la de Rachel Mosley, el futuro es desalentador. «No sé qué haremos si no podemos pagar el seguro», admite. «Tal vez tengamos que vender la casa o que mi esposo tome un segundo trabajo. Pero incluso así, no sé si alcanzaría».
La crisis de los seguros de salud en EE.UU. no es solo un problema económico, sino también humanitario. Sin acceso a atención médica asequible, millones de personas se ven obligadas a elegir entre su salud y su estabilidad financiera.