lunes 25 de noviembre de 2024 11:08 am
Eddy Tolentino

Son muchas las voces de preocupación que se han levantado en la Gran Manzana por la avanzada de la tecnología en áreas que pudieran amenazar la permanencia de miles de empleados en sus puestos de trabajo, y legisladores buscan documentar mejor el impacto que está teniendo en diferentes industrias.

José Pineda lleva más de 10 años ganándose la vida como ayudante de mecánica, reparando automóviles en diferentes talleres entre Queens, Brooklyn y El Bronx. Y aunque gracias a su experiencia, el guatemalteco ha ganado reputación en la industria, que no lo deja descansar ni un día, confiesa una preocupación que últimamente lo ha venido embargando: teme que en unos años robots lo dejen sin trabajo.

Y es que el auge del desarrollo y la implementación de la inteligencia artifical, que ya es protagonista en varios sectores como las comunicaciones, servicios de reparto, limpieza y hasta en construcción y mecánica, lo asusta un poco.

“No es que yo me oponga a la tecnología; por el contrario, me parece que a muchos nos ha ayudado a hacer más fácil las cosas, pero ya estoy empezando a ver en algunos talleres que hay equipos y máquinas que están reemplazando a la gente y aunque yo soy muy bueno en lo que hago, me espanta que un día un robot me deje sin sustento”, asegura el padre de familia, de 35 años.

Jesús Castillo, quien trabaja en construcción, tiene impresiones similares y confiesa que especialmente en el último año ha visto cómo equipos tecnológicos sofisticados han sido utilizados para labores en las que ocupaban a varios trabajadores.

“Antes uno veía tractores o máquinas en las obras que no se movían solas sino que necesitaban a gente, pero ahora hay aparatos que no necesitan a nadie, y aunque obviamente no hemos llegado al punto de que un aparato ponga solito ladrillos, pisos o arme diseños, me preocupa mucho que en unos años avancen tanto y limiten el uso de la mano de obra humana”, dijo el colombiano.

Las voces de preocupación sobre los efectos negativos que pudiera tener el uso no balanceado de la inteligencia artificial, también asalta a organizaciones sindicales que agremian a miles de trabajadores en diferentes industrias que se sienten amenazadas, por lo que hacen un llamado a las autoridades y líderes legislativos neoyorquinos para que regulen protegiendo a los trabajadores.

Así lo deja ver Manny Pastreich, presidente de la unión sindical 32BJ SEIU, que agrupa a más de 175,000 trabajadores, entre ellos, empleados de limpieza, conserjes, oficiales de seguridad, trabajadores de aeropuertos y empleados de servicios de alimentos, muchos hispanos e inmigrantes, quien pide que las empresas no pongan a la tecnología por encima de las personas.

“Hemos visto intentos de crear robots que cuestan decenas o incluso cientos de miles de dólares y que no pueden hacer el trabajo que nuestros miembros de la 32BJ han hecho durante las últimas décadas. Los formuladores de políticas municipales y estatales deben garantizar que los hombres y mujeres que cuidan de los residentes, los edificios y la infraestructura de Nueva York tengan protecciones razonables”, aseguró el líder sindical.

Pastreic advirtió que son cautelosos respecto del impacto que la tecnología podría tener en los trabajadores neoyorquinos, y mencionó que hay tareas específicas que solo trabajadores pueden hacer.

“La tecnología ha progresado enormemente en las últimas tres décadas, pero los limpiadores de la 32BJ siguen demostrando ser indispensables. En pocas palabras, el toque humano: el cuidado de los edificios y de los inquilinos, los ojos y oídos en los edificios y las relaciones que se construyen a lo largo de los años no pueden ser reemplazados”, dijo el sindicalista. “Nuestros miembros se ponen manos a la obra cuando otros están fuera, limpian según diferentes especificaciones y se dedican a los edificios y a los inquilinos a menudo durante toda su carrera. Pueden distinguir entre un pendiente perdido y un trozo de basura. Hasta este punto, los robots sólo pueden realizar un trabajo muy limitado que podría complementar el trabajo de un humano, como pulir un piso que un humano ya ha preparado“.

Y a fin de abordar y documentar mejor el impacto de la inteligencia artificial en la fuerza laboral actual en la Gran Manzana, la Asamblea estatal realizó recientemente una audiencia donde escuchó historias y preocupaciones sobre el uso que se ha dado a los avances tecnológicos en los cinco condados, y presentó cuestionamientos.

La presidenta del Comité de Trabajo del órgano legislativo, Latoya Joyner, y el presidente del Comité de Ciencia y Tecnología, Steven Otis, recalcaron la necesidad de que la integración de la inteligencia artificial a los sitios de trabajo, que ha aumentado rápidamente en los últimos años, a fin de lograr mayor rentabilidad, eficiencia y productividad, no desplace a los trabajadores.

El asambleísta Alex Bores puso en dos frases el sentir de muchos trabajadores, sobre la inteligencia artificial y su impacto y aseguró que semejante transición debe hacerse con pasos delicados.

“La gente debería estar entusiasmada con la inteligencia artificial, debería temerle. Es un cambio enorme no sólo en el lugar de trabajo sino en la forma en que hacemos todo”, dijo el líder político.

Tras escuchar a líderes y representantes de agremiaciones laborales, una de las principales inquietudes que fue planteada fue el daño que podría causar la inteligencia artificial, a trabajadores poco calificados, como aquellos que cumplen labores en centros de atención al cliente y tiendas.

Christopher Ford, miembro de la junta ejecutiva de la Federación de Empleados Públicos, insistió en que la inteligencia artificial es una buena herramienta, pero coincidió con trabajadores en que es fundamental que se dicten reglas que eviten que se use de manera incorrecta y genere desplazamiento de mano de obra.

“Cosas como el Departamento de Trabajo, desempleo, decisiones sobre seguros, trabajo social, toma de decisiones para personas en libertad condicional, cosas así. Esas son decisiones que se pueden automatizar, porque siempre necesitan tener a un ser humano supervisando”, comentó, al tiempo que mencionó que hay que trabajar en no promover sesgos actuales, a través de la tecnonología.

El panelista agregó que sostener discusiones sobre el tema servirán para que toda su implementación se haga de manera más equilibrada.

“Ese es un paso importante para garantizar que estas discusiones estén sobre la mesa y que haya transparencia y apertura en ellas”, dijo Ford.

En la diligencia legislativa se aseguró que datos de una encuesta del año pasado sobre inteligencia artificial, adelantada por McKinsey, muestran que el uso que dan de esas herramientas las empresas, se ha más que duplicado desde 2017. Asimismo, se advirtió que el 50% de las compañías han implementado la incorporación de la inteligencia artificial al menos en un área comercial.

Josh Kellerman, director de políticas públicas de la unión sindical Retail, Wholesale and Department Store, puso de manifiesto la urgencia de que a la par del avance de la inteligencia artifical se invierta en entrenamientos y reentrenamientos al personal.

“Una de las formas en que lo pensamos es que (los empleadores) no están invirtiendo en la capacitación y mejora de las habilidades de los trabajadores tal como están, ¿por qué lo harían cuando se inventa una nueva tecnología? Hay una descalificación general de la fuerza laboral de bajos ingresos en el país”, aseguró el vocero.

El asambleísta de Queens, Clyde Vanel, cuestionó a los panelistas sobre si hay planes de reasignación laborales cuando trabajadores son reemplazados en sus roles por inteligencia artificial, e insistió en garantizar protecciones a los empelados.

“Solía tener que pasar por los puestos de peaje y teníamos que pagarle a gente allí. Pero ahora, ese proceso ha sido automatizado y reemplazado por inteligencia artificial”, mencionó el legislador, al dar solo un ejemplo de lo que la inteligencia artificial ha hecho en algunos sectores.

Stan Koniszewski, agente comercial de la Unión sindical Local 294 Teamsters recalcó que cualquier decisión política relativa a la inteligencia artificial debe tomarse teniendo en cuenta tanto la seguridad pública como la protección de los trabajadores.

“Representamos a decenas de miles de trabajadores cuyo lugar de trabajo es un vehículo. Nuestros miembros consideran que cualquier inteligencia artificial en un vehículo, y especialmente cualquier tecnología de vehículo totalmente autónomo, es una amenaza directa a su trabajo y una amenaza significativa a la seguridad pública”, mencionó Koniszewski al hablar de cómo la tecnología puede poner en riesgo la permanencia de miles de chóferes en sus trabajos.

“Cualquier tipo de inteligencia artificial debe regularse para proteger al público exigiendo un funcionamiento seguro y abordar de manera significativa lo que muchos, incluidos los Teamsters, ven como un impacto potencialmente catastrófico en la fuerza laboral estadounidense”, agregó. “Cualquier legislación que no proteja al público o a los trabajadores afectados no cumplirá con el estándar que exige la Hermandad Internacional de Teamsters en nombre de nuestros miembros y del público”.

La presidenta del Comité Laboral de la Asamblea, Latoya Joyner, cerró la audiencia asegurando que los datos recopilados en la diligencia y saber qué tecnologías se están utilizando actualmente, al igual que qué protecciones, será importante para discutir, a medida que se desarrollen negociaciones sobre la normativa de la inteligencia artificial.

Actualmente está pendiente una pieza de ley que busca establecer un grupo de trabajo estatal que analice más a fondo la inteligencia artificial, y aunque fue aprobada en ambas cámaras en la sesión legislativa de este 2023, aun falta que se convierta en ley y se eche a andar.

Datos sobre uso de inteligencia artificial

  • 100% y más ha crecido el uso de inteligencia artificial desde 2017 en empresas
  • 50% de las compañías han implementado la incorporación de la inteligencia artificial al menos en un área comercial

Por  Edwin Martínez

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